La poesía se fue alejando del vallenato: Gustavo Gutiérrez Cabello | El Nuevo Siglo
Gustavo Gutiérrez Cabello, autor de numerosos éxitos vallenatos.
Cortesía Gustavo Gutiérrez Cabello
Viernes, 15 de Julio de 2022
Redacción Cultura

Gustavo Gutiérrez Cabello, uno de los compositores más prolíficos y considerado un poeta del vallenato romántico, se encuentra retirado del mundo artístico. ¿La razón? Pronto cumplirá 82 años y aunque se encuentra bien de salud, el año pasado fue hospitalizado en una clínica de Valledupar por complicaciones del covid-19. Además, él cree que a las nuevas generaciones ya no les gusta la poesía.

Destacado por el romanticismo lírico en cada una de sus composiciones, sus creaciones han sido interpretadas por importantes figuras musicales como Diomedes Díaz, Iván Villazón, Alfredo Gutiérrez, Felipe Peláez, Jorge Celedón, Andrés Cepeda y Fonseca, entre otros.

El amplio repertorio del “Flaco de oro”, como también se le conoce, incluye exitosas canciones como “Lloraré”, “No sé pedir perdón”, “Sin medir distancias”, “Así fue mi querer”, “Mi novia querida” y “Corazón”, entre muchas otras que lograron entrar en el alma de los enamorados de su época.

Durante más de 40 años el compositor, cantante, guitarrista y acordeonista escribió más de 120 canciones, en las que describió los paisajes del “Viejo Valledupar”, sus tristezas, alegrías, desamores y costumbres de la región.

En una entrevista con EL NUEVO SIGLO, manifestó que no piensa volver a componer y que prefiere vivir lo que le queda de vida en su querida Valledupar.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo logró el estilo romántico lírico que tanto ha gustado en el vallenato?

GUSTAVO GUTIÉRREZ CABELLO: Porque de joven fui muy romántico y me gustaba la poesía. Mi padre, Evaristo Gutiérrez, tocaba violín, piano, y oíamos en mi casa música italiana, clásica, cubana. Parrandeaba mucho con Jaime Molina, había un ambiente de ternura, de poesía, de esa Valledupar ancestral. Recuerdo que en ese tiempo en la ciudad solo éramos como 20 mil personas. Era una época muy romántica. Yo declamaba en el colegio, en las calles, y poco a poco me fue gustando el tema de la lírica, creo que porque me gusta narrar mi propia historia con sentimiento; tengo mucha sensibilidad. Disfruto mucho dar a conocer el entorno de mi vida a través de mis canciones.

ENS: ¿Qué es lo que le apasiona, qué le mueve las fibras cuando declama?

RGC: Amo la poesía, la declamación. Me gusta la naturaleza, mi tierra, estar al lado del río, escuchar el viento, mirar el ambiente, eso es lo que me da vida. Creo que eso es por esencia, es de nacimiento.

ENS: Usted ha logrado componer canciones con una carga sentimental, sublime,  espontánea, ¿quién le enseñó a darle ese tono al vallenato?

RGC: Mi papá tocaba violín y piano y un primo hermano de mi padre, Tobías Jorge Enrique Pumarejo Gutiérrez, fue el abanderado del romanticismo de esa época. Él compuso la canción “Cállate corazón” y para mí fue mi maestro. Así fue como comencé a saber de lírica y de la belleza en cada palabra. Cuando yo era joven, a mi papá le gustaba mucho la declamación. Jovencito leía a Pablo Neruda, Federico García Lorca y varios poetas españoles. Entonces me recorría todas las provincias, hacía parrandas con mi acordeón, iba al Patillal, me caminaba todos esos pueblos con mis canciones.

ENS: Más allá de ganar premios y recorrer el mundo, ¿qué le ha dejado el vallenato?

RGC: He tenido muchos reconocimientos: el grado de caballero del Senado de la República; la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico me hicieron un homenaje en el teatro Consuegra, también en el Concejo de Cartagena, la Alcaldía de Bucaramanga, en Neiva y en muchos colegios. La Fundación Festival de la Leyenda Vallenata me hizo un homenaje en el 2013. Esto ha sido grande, pero he sido muy humilde, sencillo, de mi terruño. Todo me ha dejado una buena satisfacción y eso lo expresé en un canto que se llama “El cariño de mi pueblo” donde expreso: “el que toda la gente me quiera es un placer que me da la vida, el que muchos desearían, que todos los amigos míos se llenan de infinita ternura con las canciones mías”. La admiración que la gente tiene por mí es el mayor premio.

ENS: ¿De dónde proviene esa lírica y el sentimiento que caracterizan sus canciones?

RGC: En “Enamórate” yo digo: “aquel gran camino largo, que una vez  yo había pensado muy triste recorrer, con el transcurrir del tiempo entendí que la distancia se puede acortar diariamente si te llenas de amor y así cualquier problema se puede resolver”. Otra de mis declamaciones favoritas es: “Si a un jardín le pidieran flores, yo diría, diría que ella es la que merece el capullo más tierno del día”. Esas son ideas que me fluyen, es mi don, vienen de mi alma, no tengo que hacer ningún esfuerzo.



ENS: ¿En cuánto tiempo compone una canción con esa carga emocional, la poesía, la tenacidad en el mensaje?

RGC: Por las noches, tipo 9:00 p.m., tomaba mi acordeón, un lapicero y un cuaderno y me iba a mi cuarto que está en la parte del fondo de mi casa. Y ahí, en medio del silencio de la noche, en la tranquilidad de mi refugio, empezaban a fluir las palabras, porque ya tenía definido a quién iba la canción o sobre qué iba a componer. A las 5:00 o 6:00 de la mañana terminaba y me iba a descansar.

ENS: Hemos visto que el vallenato ha trascendido, ahora tiene otros ritmos diferentes al de su época, hay otros instrumentos, otros mensajes, ¿qué piensa usted de eso?

RGC: Lo veo muy natural, estamos en la modernidad y cada época tiene su entorno y cada entorno tiene su manifestación. Además, hay muchas influencias de afuera. Cuando yo era compositor en la época de los 50 y 60 Valledupar estaba aislado, en cambio hoy en día están los medios de comunicación, hay mucha interacción con otros aires musicales. Siempre he dicho que cada época tiene su expresión, por ejemplo, la música romántica ya no le gusta a la generación de ahora; le gusta es el despecho, la música popular, con nuevos estilos y eso hay que aceptarlo, pero todavía hay personas a quienes les gusta el vallenato, también  los ritmos de Cuba, de México; a mí, por ejemplo, me encanta el tango. Lo importante es que hay para todos los gustos.

ENS: ¿Entonces usted cree que al vallenato de ahora le hace falta romanticismo, poesía?

RGC: Creo que la gente confunde romanticismo con despecho. Ahora le cantan al despecho, pero no tienen nada de romanticismo y siempre hace falta. Se escuchan los mismos cantos, la misma melodía, pero es lo que le gusta a la juventud y entonces los compositores de ahora hacen eso. Por eso yo me retiré en el año 95, porque yo hice un tema que se llama “No pido más”, que la interpretó Jorgito Celedón, es de las letras más profundas que he hecho en mi vida y pasó desapercibida. Ese fue el golpe de gracia, fue el aviso.

ENS: ¿Esa fue la canción que le dio la estocada para retirarse definitivamente?

RGC: Sí, después de esa canción yo digo: “hay soledades que duelen mucho y hay un silencio para cantar, hoy siento pena y…” la olvidé... Así me di cuenta de que la poesía se fue alejando del estilo musical. Entonces yo me retiré.