Los “Pintores de la Independencia” develan los rostros de los próceres | El Nuevo Siglo
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Domingo, 24 de Noviembre de 2019

El carácter pionero de la gesta independentista de Colombia es lo que evocará el arte de “Pintores en tiempos de la Independencia: Figueroa, Gil de Castro, Espinosa”, una exposición que a través de 112 obras de diferentes museos y colecciones explora los protagonistas de este hito histórico, los eventos militares y los escenarios donde estos sucedieron.

En la exposición, que tendrá lugar desde este 29 de noviembre en el Museo Nacional de Colombia, se podrán encontrar los trabajos de los artistas  que conocieron y pintaron  a los libertadores de América del sur como José Gil de Castro (1785-1837), pintor mulato nacido en el Virreinato del Perú, y los artistas santafereños Pedro José Figueroa (1770-1836) y José María Espinosa (1796 -1883) fueron testigos de las transformaciones sociales, políticas y culturales en Colombia y el sur del continente en las primeras décadas del siglo XIX.

Dado que conocieron a los protagonistas de las luchas por la independencia, sus trabajos documentan de primera mano la transición entre el régimen colonial al republicano, a través de las imágenes originales de sus más importantes protagonistas.

La exposición cuenta con 112 obras de diferentes museos y colecciones privadas de Perú, Chile, Argentina y Colombia. Estas piezas permiten problematizar la apariencia de los próceres, los eventos militares y los escenarios donde estos sucedieron. Así mismo, la exposición permite explorar la producción, la circulación y conservación de estas imágenes desde el momento en que fueron ejecutadas hasta el presente.

Esta exposición presenta por primera vez en Colombia la obra del pintor peruano José Gil de Castro, hijo de un pardo libre y de una esclava liberta, y quien es considerado el precursor de la pintura chilena por haber trabajado activamente tanto en Lima como en Santiago de Chile. Gil de Castro siguió la campaña de José de San Martín desde Santiago hasta Lima y continuó activo hasta su muerte en 1837. Su producción se equipara con el trabajo de Pedro José Figueroa y José María Espinosa, que fueron los artistas que vivieron la transición entre el periodo colonial y las primeras décadas de la República de Colombia y pintaron a Antonio Nariño, Simón Bolívar, Policarpa Salavarrieta y Francisco de Paula Santander, entre otros.

Este intercambio, que pone en diálogo la obra de estos tres importantes artistas, busca abrir nuevos campos en la investigación sobre el arte latinoamericano de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.

La exposición está organizada en cuatro ejes, a través de los cuales se analiza la manera en que estos pintores abordaron la creación de las imágenes de la Independencia en sus territorios.

En el primer eje, “Cuerpos Gloriosos”, se explora cómo el rostro y el cuerpo de los héroes se plasmaron en imágenes que fueron veneradas y reproducidas a lo largo del tiempo. En esta sección también se presenta un análisis de los materiales de estas pinturas, que dan nuevos indicios sobre su carácter documental, por encima del ilustrativo, y ponen en evidencia las complejidades sociales y políticas de la época de la Independencia.

En el segundo eje, “Paisajes heroicos”, se presentan las formas de representación del paisaje y el territorio como lugares de identificación y construcción de memoria de las nuevas naciones americanas.

En el tercero, “Muertes ejemplares”, se muestra cómo ciertos rituales con los que se construyó la patria se heredaron de tradiciones religiosas. En virtud de dichos rituales, quienes lucharon por la libertad fueron considerados víctimas civiles sujetas a tortura y muerte por sostener la causa revolucionaria, lo que los llevó a ser identificados como mártires de la patria. En Colombia, esta tradición se encarna principalmente en la figura de una mujer: Policarpa Salavarrieta, y en Perú ocurre algo similar con la imagen de José Olaya. Ambos sacrificios los hicieron merecedores del culto patriótico.

En el último eje, “De súbditos a ciudadanos”, se expone cómo estos tres pintores vivieron en tiempos de cambios radicales en la política, pero también en las costumbres y la vida social. Fueron hijos, testigos y protagonistas de su tiempo desde diferentes lugares, y nos legaron un conjunto de imágenes que hoy en día nos permite identificar a quienes lucharon por la independencia hace doscientos años.