Nace festival para matar la desesperanza y abrazar la vida | El Nuevo Siglo
Cortesía
Domingo, 30 de Junio de 2019
Una cita para impulsar en los jóvenes el autocuidado y constructivo entretenimiento. Testimonios de vida para decir no a las drogas

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ROCK, rap, deportes extremos, concursos de graffiti, danza urbana y conferencias enfocadas al autocuidado y prevención de consumo de drogas: Todo esto es Kill and Eat, un festival nacido en Colombia pensando en los jóvenes y sus necesidades de sano y constructivo entretenimiento.

Diariamente los adolescentes tienen una amplia gama de ofertas y posibilidades que terminan siendo eso únicamente: entretenimiento vacío y evasión que no atienden sus necesidades emocionales más profundas como son su identidad y el sentido claro de una razón y un propósito para vivir.

Como adultos, la mayoría de veces, somos testigos mudos e indiferentes ante la desesperanza y destrucción que se apodera de la vida de miles de jóvenes y que se traduce en el aumento de casos de depresión y suicidio juvenil, consumo de drogas como vía de escape, violencia como único medio de expresión y criminalidad como medio de subsistencia. Aquí vale la pena preguntarse: ¿De verdad todo está perdido? ¿Cómo sociedad, no hay nada qué podamos hacer?

En este contexto, un grupo de personas que por experiencia propia conocieron el mundo de las drogas, las adicciones, la desadaptación social y la soledad, se han dado a la tarea de diseñar nuevas herramientas que llamen la atención de los jóvenes y los conecten con su propio valor y la prevención como únicas armas de defensa. Y para eso nada mejor que acudir a lo que a ellos más les gusta: La música, los deportes, el juego y la alegría. 

Así nace Kill and Eat Fest (Festival Matar y Comer, en español), un nombre que puede sonar bastante inusual, pero cuyo significado es matar la desesperanza y abrazar la vida. 

Recreación, grupos de apoyo, conferencias para los muchachos y sus padres sobre los factores de riesgo, saber actuar a tiempo, desarrollar disciplinas de autocuidado y prevención de consumo hacen parte de la programación de este festival. 

Kill and Eat es un evento gratuito que  se llevará a cabo  el sábado 13 de julio en una antigua bodega de ensambladora de carros ubicada en la carrera  35 No. 15-55 , frente a la Estación Zona Industrial de Transmilenio de la Calle 13. Los interesados en adquirir los pases de entrada o en participar en los diferentes concursos pueden inscribirse previamente en la página oficial del evento www.kefest.com  También pueden recibir información adicional en el teléfono 7042864 de Bogotá.

A lo largo del día habrá conciertos de rock, rap, obras de teatro, grupos de danza urbana, concursos de arte urbano y graffiti, competencia de videojuegos, BMX y Skateboard .Todo esto ambientado en un montaje de grandes escenografías, show de luces y sonido.

Invitados

Esta cita artística  por y para los jóvenes tiene varios invitados especiales como el conferencista principal, el norteamericano Ryan Ries, fundador de “The Whosevers” (Los Cualquiera), una organización que usa música en vivo, patinaje y arte urbano para hablar abiertamente sobre  el abuso de sustancias psicoactivas y la adicción sexual en jóvenes y adultos.  Ries se ha dedicado en los últimos años a dar su impactante testimonio de vida como celebridad del jet set internacional y drogadicto rehabilitado.

Por Colombia también participarán conferencistas especializados en estos temas, entre ellos Jeff Korte, John y Chak García, este último el gestor del festival.

Y, el menú musical estará a cargo de los dominicanos El Philippe y Natán “El Profeta” de la agrupación Aposento Alto, quienes han cobrado gran relevancia dentro del rap cristiano, mientras por Colombia estarán en tarima las bandas Oveja Cósmica, Bajo sombra, Dj AX, Dj KAH, Fow Band y Nueva Raza.

La idea de Chark

Este festival fue pensado y organizado por Chak García, un colombiano que conoció desde su adolescencia el duro camino de las adicciones, la vida de la calle y el universo de las tribus urbanas con sus fronteras invisibles que lo llevaron a experimentar la violencia, el rechazo y el señalamiento social como consecuencia de una vida marcada por el desenfreno y la autodestrucción.

A través de su relación con Dios, el arte audiovisual, la música y la expresión artística logró reenfocar su vida. Bajo el slogan “Hablamos igual pero no decimos lo mismo”, dicta conferencias en colegios y encuentros juveniles sobre depresión, adicciones, suicidio, embarazo adolescente, subculturas e impacto de las redes sociales.

Acerca de la motivación que tuvo al organizar este festival, García afirma: “La sociedad y el hombre se enfrentan hoy a múltiples opciones. Cada decisión trae consecuencias positivas o negativas para cada persona, su núcleo social y familiar. El problema es que no somos conscientes de ello…Por ello y aunque no es una tarea fácil tenemos que hacer algo, por pequeño que sea, para ayudar a nuestros jóvenes”.