El coreógrafo Angelin Preljocaj estrenó en el Festival de Aviñón un esperado espectáculo a mitad de camino entre teatro y danza sobre los estragos de la guerra que resultó poco convincente para el público.

"Regreso a Berratham", una "tragedia épica contemporánea" basada en un texto del francés Laurent Mauvignier que, fue aplaudida y abucheada en el Patio de Honor del palacio papal, el escenario más prestigioso del festival en esta ciudad del sur de Francia.

La obra era considerada como uno de los platos fuertes del evento estival por tratarse del experimento de un coreógrafo que lleva tres décadas de creaciones admiradas en el mundo entero.

Los abucheos a Preljocaj se suman a los cosechados por el director del Festival, Olivier Py, para su puesta en escena del "Rey Lear", compensados con la ovación cosechada en cambio por el alemán Thomas Ostermeier para otro clásico de Shakespeare, "Ricardo III".

Entre las 40 obras presentadas este año en el festival figuran tres de directores argentinos: "El síndrome" de Sergio Boris, "Dínamo" de Claudio Tolcachir y "Cuando vuelva a casa voy a ser otro", de Mariano Pensotti, que se estrena el sábado.

"Regreso a Berratham" cuenta la historia de un hombre que regresa a su país después de la guerra, a la búsqueda de un amor de juventud anterior al conflicto.

Pero la narración descriptiva y lineal de la trama por una voz exterior a la acción se vuelve rápidamente melodramática, tediosa y termina restando expresividad al trabajo de los bailarines.

La trama evoca sin nombrarla la guerra en la exYugoslavia, ya que Berratham, el nombre del lugar, es imaginario.

"Hace unos años estuve en un coloquio en Sarajevo", cuenta Laurent Mauvignier. "Cuando les hablé de reconciliación, la gente me miró azorada". "No habrá reconciliación", me contestaron. "La paz será el silencio de la guerra, pero no nos pidan que nos amemos".

- La onda de choque de la guerra -

El conflicto dejó sus marcas en los cuerpos y las mentes: violencia bruta, armas al alcance de la mano y bandas de "lobos solitarios" que siembran el terror.

Angelin Preljocaj, nacido en Francia de padres albaneses que huyeron de Montenegro, explicó que buscó en su ballet para 11 bailarines y tres actores traducir "la onda de choque de la guerra que perdura en los cuerpos".

Para la puesta en escena, el coreógrafo apeló al artista Abdel Abdessemed, que utiliza restos calcinados de autos, bolsas de basura y barreras metálicas que evocan los de una zona en guerra.

La obra marcó el regreso de Angelin Preljocaj al festival de Aviñón, que no visitaba desde hace 14 años.

A los 58 años, se ha convertido en una de las principales figuras de la danza contemporánea. Es autor de unas cuarenta obras, incluyendo "El parque", que desde 1994 forma parte del repertorio del ballet de la Ópera de París.

Sus ballets "Romeo y Julieta", "Blancanieves" o "Las Noches" fueron admirados en el mundo entero. Su compañía de ballet festeja este año tres décadas en el Pabellón Negro de Aix-en-Provence, donde dirige un centro de coreografía desde 2006.