LA SEMANA que comienza será determinante para los esfuerzos de la oposición en Venezuela y la comunidad internacional para que la dictadura de Nicolás Maduro acepte su derrota en los comicios presidenciales del 28 de julio.
Las marchas multitudinarias del sábado en Caracas y las principales ciudades del vecino país evidencian que el régimen perdió definitivamente las calles y que su capacidad para movilizar a miles de simpatizantes para neutralizar a la oposición es cada día menor.
Pero la dictadura no solo perdió en Venezuela, sino que, en un hecho sin precedentes, las manifestaciones contra el chavismo se realizaron en una gran cantidad de países, como Colombia, Argentina, Chile, Estados Unidos, España, Australia, Inglaterra y otros.
A esa circunstancia contundente hay que sumarle las posturas firmes de Estados Unidos, OEA, ONU, Unión Europea, e incluso de gobiernos como los de Colombia y Brasil, los cuales reiteraron en los últimos días que la declaratoria de Maduro como ganador de los comicios del 28 de julio no puede ser reconocida.
De hecho, ya ni siquiera un pronunciamiento del Tribunal Supremo de Justicia, que ayer seguía revisando las actas de votación del Consejo Nacional Electoral, pero que no se han hecho públicas, le serviría a Maduro para tratar de afianzar su postura de declararse ganador.
Ya está claro para la comunidad internacional y gobiernos cercanos al chavismo que mientras no se permita un escrutinio independiente y transparente de los resultados electorales, cualquier pronunciamiento de las autoridades venezolanas, ya sean electorales o judiciales, no tiene ninguna validez.
La oposición, en cabeza de la líder María Corina Machado y del candidato presidencial Edmundo González, ha leído todo este escenario a su favor y por eso no solo insisten en descartar cualquier propuesta de repetición de los comicios (como lo alcanzó a plantear el presidente colombiano, Gustavo Petro) y solo admiten una respuesta por parte de la dictadura: que acepte que perdió en las urnas y proceda a preparar las bases de una transición pacífica del poder con miras a que se produzca un cambio de gobierno el 10 de enero de 2025.
De hecho, Machado dijo en X, luego de las concentraciones: “¡Qué orgullo ser venezolana! El 28 de julio, gracias al heroico esfuerzo de más de un millón de voluntarios, logramos recolectar y digitalizar suficientes actas para comprobar la victoria del presidente electo Edmundo González Urrutia”, indicó.
Antes de eso, durante la concentración en Caracas a la que asistió, pese a estar en clandestinidad, indicó que "¡No vamos a dejar las calles! Con inteligencia, con prudencia, con resiliencia, con audacia y pacíficamente, porque la violencia les conviene a ellos (...). La protesta pacífica es nuestro derecho".
A su turno, González trinó: “A pesar de las amenazas y la represión, los venezolanos exigen el respeto a su voluntad. La fuerza bruta y el lenguaje de odio no detendrán nuestra decisión de iniciar una transición pacífica”.
También destacó que “a todos los venezolanos que se han movilizado en cada barrio, caserío y ciudad alzando su voz, vaya mi mensaje y mi palabra de aliento. Solo unidos vamos a lograr que se respete la voluntad expresada por más de 7 millones el 28 de julio”.
Conteo del TSJ
La tarde del domingo, el Tribunal Supremo de Justicia se desplazó hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas para verificar si, una vez finalizado la fase de peritaje de las actas de las elecciones presidenciales del 28 de julio, su resultado coincide con el del sistema informático del CNE.
Al recinto acudieron Caryslia Beatriz Rodríguez Rodríguez, máxima autoridad del TSJ; así como los magistrados Fanny Beatriz Márquez Cordero, vicepresidenta de la Sala Electoral, e Inocencio Antonio Figueroa, integrante de la misma sala.
Terminada la etapa de transcripción de la muestra representativa de las actas de escrutinios que entregó el máximo ente electoral venezolano, las actas físicas serían validadas en la base de dato de los centros nacionales de totalización del CNE. La intención es lograr, con este doble sistema de verificación, dar autenticidad a los resultados del 29 de julio.
Los jueces entraron en el centro de datos del CNE, lugar neurálgico donde se encuentran los servidores que recogieron los datos de todas las máquinas electrónicas de votación. Estas máquinas generaron, por un lado, los resultados contabilizados electrónicamente, y por otro, las actas entregadas a los interventores de los partidos políticos.
Como se sabe, este procedimiento se debe al recurso contencioso electoral presentado ante la Sala Electoral por el presidente Nicolás Maduro, quien fue declarado ganador de los comicios por el CNE a pesar de las denuncias de fraude de la oposición.
La propia oposición rechaza toda esta revisión del TSJ y considera que el órgano competente exclusivo en materia electoral es el CNE y que debe ser por tanto solo éste el que publique resultados electorales.
Hasta el cierre de esta edición se desconocían los resultados del proceso de validación hecho por el máximo tribunal venezolano.
¿Cederá Maduro?
Pese a todo lo anterior, ya que es claro que cada día tiene menos margen político para tratar de mantenerse en el poder después de enero próximo, el régimen de Maduro insiste en no reconocer el triunfo de González y, por el contrario, refuerza las medidas de represión violenta y persecución judicial a la oposición.
De hecho, Maduro, el pasado sábado, tras las multitudinarias marchas de la oposición y el poco apoyo que tuvo su concentración, aseguró que "la derecha fascista se espichó, se espicharon… Una cosa es el opositor, lo respeto, y otra cosa son los fascistas".
También dijo que "los influencers y artistas de Miami fracasaron, no pueden con el pueblo de Venezuela".
En referencia a sus propias movilizaciones en varias ciudades de Venezuela, Maduro indicó que se trata de "movilizaciones registradas por la paz y contra el fascismo".
"Cuando el pueblo 'chavista' sale a las calles, está garantizada la paz (...) Hoy tuvimos una inmensa movilización del pueblo. Quise salir a recibirla personalmente y me vine entre empujones, sonrisas y abrazos. Soy feliz de abrir las puertas de este palacio presidencial a su dueño, el pueblo venezolano, el único dueño del poder político en Venezuela. Hoy puedo decir con absoluta certeza: ¡Volvimos a ganar! Porque ganaron la paz y el pueblo. No pudieron ni podrán", destacó Maduro.