Ramiro Meneses, el actor colombiano que triunfó en Cannes | El Nuevo Siglo
Foto Anadolu.
Martes, 8 de Mayo de 2018
Agence France Presse

El actor colombiano Ramiro Meneses llega para preparar su personaje en la obra de teatro “Los vecinos de arriba”. Se cambia rápido, luce apresurado; sin embargo responde con palabras meditadas las preguntas de la entrevista, antes de que comience una de sus funciones en Bogotá.

Toma su tiempo para recordar el momento de reconocimiento internacional que tuvo cuando participó en la edición 43 del Festival de Cine de Cannes, en Francia. Paradójicamente apareció cuando comenzaba su carrera actoral.

Con su primera película logró llegar a la cúspide de la interpretación, a la inversa de lo que un actor aspiraría. Comenzó las mieles del reconocimiento al estar en la competencia oficial del Festival con la película “Rodrigo D, no futuro”, en mayo de 1990. A pesar de que la cinta del cineasta colombiano Víctor Gaviria no logró ninguno de los premios principales, el filme le sirvió a Meneses para saltar a la fama en Colombia.

Meneses le confiesa a la Agencia Anadolu que aún hoy “las nuevas juventudes ven la película casi de manera obligada. La ven no solamente como un referente histórico en el cine colombiano sino también musical”. Es una película de culto en la cinematografía latinoamericana, afirma.

El actor reflexiona que su primera experiencia en el cine visibilizaba lo que Colombia sería posteriormente, “el comienzo de las bandolas, la influencia del narcotráfico, cómo cambió la jerga en el país, o sea, ahora decir palabras como ‘gonorrea’ es lo más normal del mundo. En ese entonces no. Hoy en día no importa la clase social, todo el mundo dice gonorrea como si fuera una palabra interesante para decir”.

Tal como lo recalca, a pesar de que fue una experiencia increíble para el actor, que sobrepasa los 43 años, con algo de humildad admite que su protagónico se lo debe a que sabía tocar la batería y tenía una banda.

Según Meneses, el director veía en él a un “tipo muy común y corriente… un ‘pelado’ ahí muy callado”. El recuerdo de Cannes persiste: “Nos gozamos La Croissette como nos dio la gana. Nos respetaron, nos hicieron todas las calles de honor, nos alabaron la película…”

Para un momento y no sin cierta nostalgia dice, “pudo haber sido la película ganadora de ese año (1990)”.

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Meneses ya había dicho en una entrevista para la revista Esquire, “cuando llegamos al Festival de Cannes en 1990, el mánager de María Conchita Alonso quería que trabajara con ellos. Le dije que no”.

“Me hicieron muchas ofertas pero las rechacé todas, no veía mi vida en otro país, o no tenía la madurez mental para hacerlo”, agrega.

El actor no cree que su carrera se debe solo a Rodrigo D y a su paso por Cannes. Eso sí, confiesa que sin la película sus inquietudes artísticas “se hubieran esfumado”.

Para Meneses desde ese entonces, cuando se paró en la alfombra roja del evento cinematográfico más importante del mundo, hasta llegar “al lugar en el que estoy ahora” con el estreno de su obra, “todo ha sido una escalera ascendente, de la cual yo me he trepado peldaño más peldaño. No es una escalera eléctrica. No me salto los peldaños”.

Para el actor colombiano “el movimiento de rock y arte en Medellín (Colombia) que hicimos en los ochenta” era “una ola de creatividad tan diversa y fuerte. Pero a esa generación la mató el narcotráfico. La plata y el sicariato truncaron un movimiento irrepetible en el que muchos creíamos”.

Su recuerdo trae a la mente el trágico destino de la mayoría de los integrantes del elenco de la película, muchos de ellos muertos a manos de esa violencia que inundó las calles de esa ciudad colombiana, dominada por las mafias, el tráfico de drogas, las bandas criminales y bajo la sombra del nombre Pablo Escobar.

Meneses sobrevivió tratando de explorar lo que le gustaba. Afirma que el cuento de la fama “no se lo comió” y siempre quiso seguir una carrera que se dividiera entre el cine comercial colombiano, la televisión y la música. “La batería es mi consentida, cada noche le doy al menos una hora”.

Pasar de la música underground al Festival de Cannes no fue desorbitante, “nunca fue raro ese proceso. Nunca sentí que me las gané… Me he preparado lo suficiente para que esas cosas no me obnubilen ni me llenen de espasmos musculares pensando que es una gran maravilla… Es algo que me tocó en la vida y la he sabido asumir con altura, honestidad. No ha sido gratuito… Hice méritos importantes”.

En la obra de teatro “Los vecinos de arriba”, adaptada de un escrito del dramaturgo, cineasta y escritor español Cesc Gay, Meneses interpreta a un músico no solo frustrado con su arte sino también con su vida de pareja.

El autor, Gay, se ha dado a conocer por las películas “Truman”, ganadora de cinco premios Goya, “Una pistola en cada mano” y “Hotel room”. Esta obra teatral inicialmente fue muy taquillera en España.

El personaje de Julio, interpretado por Meneses, se replantea su propia relación, llena de reproches e inmersa en la monotonía. El enfrentamiento con los vecinos, más abiertos en todo sentido, lo llevará a tomar decisiones definitivas sobre su relación.

La obra contrasta con la vida actual del actor, quien dice que vive libre y desprendido de lo que hizo y hace. En el arte, afirma, “no tengo preferencia de género, a mí me gusta todo, desde la arquitectura hasta la medicina. Me gusta el teatro, la tv, el cine, todos tienen su encanto, con principios fundamentales en el actuar”.

No sabe si le gustaría repetir una experiencia como la vivida con Rodrigo D en Cannes, cuya versión actual se inició este 8 de mayo. “No sé, puede pasar. Así como con Rodrigo D, eso no me 'descrestaría', no me sorprendería. Si llegara a pasar lo vería como la cosa más normal del mundo”.