LA AFILADA aguja, añadida por el arquitecto Eugene Viollet-Le-Duc durante el rediseño de la catedral en el siglo XIX y que sustituye a una aguja de madera anterior que se había deteriorado, volverá a colocarse a finales de 2023, según el Ministerio de Cultura de Francia.
"Las obras avanzan a buen ritmo", declaró un portavoz del ministerio. El derrumbe de la aguja de madera fue uno de los momentos más dramáticos del incendio del 15 de abril de 2019.
El organismo informó que se instalará un reloj prácticamente idéntico al que ardió en el incendio de abril del 2019. Fabricado en el mismo taller y fechado el mismo año que el de Notre-Dame.
Este inesperado “hermano gemelo” podría ayudar a la reconstrucción del que quedó gravemente dañado por las llamas.
El artefacto fue encontrado en un cobertizo situado bajo las campanas de la iglesia de la Santísima Trinidad, a 4 kilómetros de Notre-Dame. Allí, entre varias esculturas abandonadas y muebles viejos, descansaba el gigantesco reloj abandonado cuando lo descubrió el relojero y experto en arte Jean-Baptiste Viot, mientras realizaba un inventario por encargo.
Según declaró Viot en AFP, una placa de estaño certifica con la inscripción “Año 1867. Construido por Collin”, que se trata de una obra de ingeniería realizada el mismo año y en el mismo taller que el de Notre-Dame, que resultó gravemente dañado. “Es una suerte. Es como encontrar otra edición de un libro quemado. Su valor es incalculable”, explica a la agencia de noticias francesa.
Debido a las llamas y la desaparición de los planos del aparato, no existía hasta la fecha prácticamente ninguna indicación que pudiese servir de guía para su reconstrucción.
Con la finalidad de conservar la identidad de las piezas del reloj, se fabricó una versión idéntica con los mismos materiales originales: 500 toneladas de madera de roble para la estructura y 250 toneladas de plomo para la cubierta y los adornos.
Las autoridades francesas han tenido que asegurar a sus homólogos europeos que se han tomado las medidas de seguridad adecuadas.
Los trabajos preparatorios para reinstalar la aguja comenzaron recientemente, con la colocación de andamios y la entrega de piedras cortadas a medida a lo largo del Sena.
Una vez terminada, la aguja alcanzará los 100 metros de altura.
Fecha límite
Las autoridades fijaron el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, como fecha límite para la instalación de las agujas, sin embargo, hay que esperar que las condiciones sean favorables y se cumpla la ejecución en el tiempo que está contemplado.
No obstante, la catedral del siglo XII, que antes recibía unos 12 millones de visitantes anuales, no podrá acoger a los asistentes a los Juegos Olímpicos que París acogerá en julio y agosto de 2024.
Entretanto, se ha completado el minucioso trabajo de limpieza de los muros interiores de la catedral -un total de 42.000 m2-, así como el de los murales, herrajes, carpintería, vidrieras y esculturas que sobrevivieron al incendio.
Frente a la fachada principal se ha construido un hangar provisional para que los escultores restauren y sustituyan sus estatuas.
Se están estudiando nuevos diseños para el interior y este verano se elegirá el ganador.
La decisión de incluir arte contemporáneo entre las obras expuestas en la catedral suscitó polémica el año pasado.
El arzobispo de París, Laurent Ulrich, declaró recientemente que quería "un viaje educativo y espiritual... no el equivalente a un museo".
Juegos Olímpicos
La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París tendrá lugar en las aguas del río Sena, que atraviesa el centro de la ciudad y rodea la Cité, la isla donde se encuentra Notre-Dame.
Jost era la mano derecha de Georgelin, que falleció el mes pasado en un accidente de senderismo.
Esa muerte inesperada "podría haber" ralentizado el trabajo, pero "de hecho, estamos realmente decididos a continuar con sus esfuerzos. Se lo debemos a muchas personas, pero también se lo debemos a él", indicó el nuevo responsable.
La catedral de Notre-Dame, en París, recuperó en el cuarto aniversario de su incendio, la base de madera de la famosa aguja que corona el tejado del templo.
La base, un entramado de 80 toneladas de peso, es el elemento central sobre el cual se asienta la aguja, de 96 metros, que originalmente fue erigida en el siglo XIX por el arquitecto Viollet-Le-Duc, que fue el gran reconstructor de la catedral.
Órgano
El gran órgano, que resultó indemne, pero quedó cubierto de ceniza de plomo, fue desmontado, y sus 8.000 tubos están siendo reinstalados uno a uno.
La investigación judicial sobre el origen del incendio sigue abierta, así como otra sobre la contaminación que provocó la fundición del plomo.
El incendio de Notre-Dame conmocionó a la sociedad francesa, y la movilización popular reunió una cifra récord de 846 millones de euros (935 millones de dólares al cambio actual) para la restauración.
Escenario de un voraz incendio en 2019, la catedral de Notre-Dame de París sigue revelando sus secretos de construcción a medida que avanza su rehabilitación, como el uso de grapas de hierro para mantener la solidez de su estructura.
Ese corsé de hierro fue utilizado desde el inicio de la construcción, a partir del año 1160.
Un siglo después, con el templo prácticamente terminado, Notre-Dame pasó a ser el edificio construido más alto de su época, con una bóveda que culmina a 32 metros, según un estudio publicado en la revista PLOS de la Academia de Ciencias estadounidense.
"No se sabe aún muy bien cómo se atrevieron, y lograron, sus constructores levantar esos muros hasta esas alturas", explica a la AFP el arqueólogo Maxime L'Héritier, principal autor del estudio.
La documentación de la época es "realmente muy escasa", así que "solo puede hablar el monumento", explica este profesor de historia medieval de la Universidad Paris-8.
Primeros constructores
La catedral podría contener más de un millar de grapas, de todas las tallas, entre 25 centímetro y 50 centímetro de largo. En algunos casos pesan varios kilos.
Su función es mantener el ensamblaje de los sillares de la nave del templo, de las columnas del coro, de las piedras en los muros de las tribunas superiores o de los elementos que ornan las cornisas.
"Es la primera vez que se utiliza masivamente el hierro en una catedral gótica, en lugares muy específicos", indicó el arqueólogo.
El estudio recuerda que el uso de las grapas era conocido desde la Antigüedad, desde los templos griegos al Coliseo de Roma.
Pero en esos casos eran utilizados solo para los grandes sillares en la base, sobre los cuales se erigían los pisos superiores.
Notre-Dame supone una concepción "mucho más dinámica de la arquitectura, en la que se tiene en cuenta el movimiento de las estructuras, y las fuerzas que se ejercen en todas direcciones", explica L'Héritier.
Los primeros albañiles utilizan las grapas en los muros de las naves laterales del templo, en 1160. Ese uso se prolonga luego en las partes superiores, a lo largo de más de 50 años.