Roberto Burgos ganó el Premio Nacional de Novela | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Mincultura
Jueves, 26 de Julio de 2018
Redacción Web

La historia de un barrio marginal de la Costa Caribe, visto a través de sus habitantes y narrado mediante monólogos, obtuvo el Premio Nacional de Novela 2018, entregado por el Ministerio de Cultura, con el fin de reconocer la excelencia en la producción literaria en el país.

De acuerdo con el jurado, integrado por el escritor mexicano Álvaro Enrigue y los colombianos Luis Fayad y Liliana Ramírez, la obra ganadora es el resultado de un autor maduro de imaginación fresca. “Es una novela de un gran propósito literario. Montada en una estructura compleja, que alterna los monólogos con la narración en tercera persona, en una progresión de imágenes visuales compuestas mediante un lenguaje al mismo tiempo personal y universal”, señalan los jurados, quienes añaden que la pluralidad de voces y relatos presentes en ‘Ver lo que veo’, “integran una narración sin fisuras en la que se complementan personajes de diferentes clases sociales que cuentan de la formación de un mundo presente y de sus orígenes. Los oficios diversos, los honestos y los que crea la necesidad de sobrevivir, las ilusiones con su esfuerzo, su engaño y también su recompensa. La historia de Colombia narrada en el tono de una melodía equilibrada. La armonía de sus frases, el arte con sentido y sonido, la forma y la fábula unidas en un objeto que pertenece a la mejor literatura”.

En reconocimiento a esta obra, publicada por la editorial Seix Barral, el escritor recibirá $60 millones de pesos, así como la difusión de su libro en ferias y otros eventos literarios nacionales e internacionales.

Al conocer la noticia de su designación como ganador del Premio Nacional de Novela 2018, Roberto Burgos explicó que la escritura de ‘Ver lo que veo’ le tomó cerca de tres años. "Yo estaba buscando un acercamiento a ese mundo de la gente que no tiene un nombre, que no tiene un lugar en las páginas sociales; buscaba fundamentalmente un mundo sin voz y un mundo sin lugar. Con esta novela empecé la búsqueda de esa respuesta, con la convicción de que en esa gente humilde, muchas veces silenciosa, hay una humanidad tremenda y un mundo de cosas que no han dicho. Entonces, la literatura permite que tengan un sitio, una expresión y, de alguna manera, sean sujetos que comparten humanidad y comparten un sitio en la sociedad”.

Respecto a la importancia de recibir el Premio, Burgos señaló que éste encierra para él un valor, tanto en lo personal como en lo literario. “En lo personal es un estímulo, un aliento que queda en el orden íntimo de la sensibilidad del autor, y en el orden social, sobre todo cuando se trata de un concurso que cuenta con jurados serios y de calidad, el Premio cumple la labor de darle un lugar de reconocimiento al libro, de alentar su lectura, sobre todo en un país donde el azar, la lotería o la novedad, juegan determinado papel. En este caso, este reconocimiento, para efecto de una novela, en la que el empeño estético es una nueva misión del autor, tiene el papel de quitarle el miedo al lector de lo que llaman ‘obras difíciles’, porque todo es difícil, hasta la vida misma. Es una oportunidad en el mal momento que vivimos en el que la facilidad se impone, sobre todo frente a lo que exige la lectura de literatura”.

Finalmente, el escritor confesó que la nostalgia es uno de los motivos que lo llevan a escribir. “Siento la necesidad espiritual de volver a mi país natal, que es Cartagena de Indias. Atemorizo a mis amigos diciéndoles que si no lo hago la nostalgia me va a matar. Bueno, eso parece una frase de bolero, pero es un motorcito, porque en tanto no haces ese acto de regresar, te consuelas creando los espacios que ofrece la escritura. Las novelas son lugares donde uno puede vivir, en ese sentido la nostalgia, no sé si ayuda, pero es una razón digna”.