Por Emilio Sanmiguel
Especial para El Nuevo Siglo
LA CARMINA Burana de Carl Orff (1895 – 1982) suele ser una obra agradecida con sus intérpretes, no le presenta mayores retos al coro, las partes solistas – salvo la soprano- tampoco son imposibles e inexorablemente lleva al público a brindar aplausos atronadores y grandes ovaciones.