Quizá ningún artista ha estado tan enamorado del color y la luz como el francés Henri Matisse, conocido como el "pintor de la felicidad". Pero una muestra en el Centro Pompidou de París revela su doloroso proceso creativo, confrontando 60 de sus deslumbrantes obras.
"Matisse lleva un sol en las entrañas", dijo una vez Picasso. Y el propio pintor (1869-1954) admitió que "sólo vivía para la luz" y que cuando trabajaba, trataba de no pensar, "sólo de sentir".