Ismail Olamilekan y su hermano Sodiq compraron "Fan ID", el 'pasaporte' para los aficionados del Mundial-2018 en Rusia. Esperaban poder vivir y trabajar en ese país, pero se encontraron, como decenas de otros nigerianos, estafados y sin dinero, lejos de casa.
A sus 21 años, Ismail pagó 250.000 naira (600 euros) a un agente de Lagos para obtener una Fan ID, que permite entrar a Rusia sin visado.
"Este hombre nos dijo que con las Fan ID podríamos obtener un trabajo y seguir aquí", cuenta a la AFP.
"Pero cuando llegamos descubrimos que era una estafa, que únicamente se había llevado nuestro dinero y que nos había mentido", explica.
Como él, decenas de nigerianos llegaron a Rusia coincidiendo con el Mundial de fútbol, con la esperanza de poder quedarse a vivir allí y trabajar en ese país. Incluso con el sueño de poder encontrar un equipo de fútbol en el que probar suerte.
La ONG Alternativa, que lucha contra el tráfico de seres humanos, afirmó que ayudó a 50 nigerianos bloqueados en Rusia y estima en unos 200 el número de los que se vieron en una situación difícil en Moscú debido a este fraude.
Dormir en el aeropuerto
Las Fan ID, una especie de 'acreditación de hinchas', de plástico y con un cordón, permite a los aficionados acceder al territorio ruso del 4 de junio al 15 de julio, y salir de él hasta el 25 de julio.
Son gratuitas para los aficionados que han comprado una entrada para un partido, pero parece que algunas fueron vendidas a nigerianos, fuera del sistema puesto en marcha por el gobierno ruso.
La FIFA subrayó que las Fan ID son controladas por las autoridades rusas, que aseguran por su parte que "se esfuerzan en identificar y reducir las ventas de entradas" fraudulentas para los partidos.
Para los hermanos Olamilekan, a la suma pagada para las Fan ID se añade también la de los billetes de avión, más de 800 euros en cada caso.
"Juego al fútbol en Nigeria. (El agente) me dijo que podría tener una carrera como futbolista en Rusia", explica Ismail.
En el aeropuerto moscovita de Vnukovo, unos diez nigerianos dormían el martes desde hace varios días en el suelo. Su agente anuló el vuelo de regreso sin su acuerdo, con el objetivo de recibir él la devolución del importe.
En total habían pagado a ese agente 2.400 euros por sus vuelos y entradas para los partidos, acompañadas de la Fan ID.
"Dormimos en el suelo, como idiotas. No tenemos ningún sitio al que ir", reconoce Alonge Ademola, de 35 años, que en Lagos trabajaba en el sector del cemento. "Queremos volver a nuestro país. Hemos llorado, hemos gritado, pero todavía no hemos encontrado solución", afirmó.
En el centro de Moscú, unos cincuenta nigerianos pasaron la noche delante de la embajada de Nigeria, que dijo a la AFP que encontró alojamiento para 57 de sus compatriotas y que está colaborando con las autoridades rusos para repatriar a las víctimas del fraude.
"Extremadamente rentable"
"Las Fan ID son un negocio extremadamente rentable" para los traficantes de seres humanos, explica a la AFP Yulia Siluianova, portavoz de la ONG Alternativa.
Desde la diplomacia rusa, una portavoz, Maria Zakharova, estimó que el problema debía ser resuelto por las personas afectadas con las embajadas de sus países.
"No se puede excluir la posibilidad de que algunos de nuestros invitados extranjeros utilicen el Mundial para intentar de una manera u otra, a menudo ilegalmente, atravesar las fronteras rusas para entrar en un país europeo", añadió Zakharova en una conferencia de prensa.
Para los hermanos Olamilekan, la aventura rusa termina aquí. De aquí a algunos días, tomarán el avión para volver a Nigeria.
No han dicho todavía nada a sus padres, que se endeudaron para financiar su viaje a Rusia.
"Hablé con ellos la pasada noche. Me preguntaron si teníamos un trabajo y si vivíamos bien. Decidí decirles que sí. Pero no me gusta mentir a mis padres", cuenta Ismail.
"La única opción que nos queda es volver a casa y trabajar para pagar las deudas de nuestros padres. Doy las gracias a Dios. He recibido una lección", suspira.