Brasil y Uruguay, dos de los tres campeones mundiales de Suramérica, darán la cara por la región desde cuartos de final en un Mundial de Rusia con acento europeo y con sorpresas al por mayor por la prematura salida de potencias como Alemania, España, Portugal de Cristiano Ronaldo y Argentina de Messi.
Colombia, el último seleccionado suramericano con posibilidades de llegar a esa instancia, quebró ante Inglaterra su sueño de repetir su histórico cuarto de final del Mundial anterior en la ingrata tanda de penales, tras haber luchado como un león herido en los 120 minutos de tiempos regular y suplementario.
El Mundial de las sorpresas tiene visitantes inesperados en esta fase: Suecia, Croacia y el anfitrión Rusia no estaban en los papeles y terminaron ocupando sitios que los pronósticos le asignaban al campeón vigente, a España y al Portugal de Cristiano Ronaldo.
Tampoco estará la Argentina de Messi, líder de una generación que en Rusia sintió el peso de haber perdido tres finales consecutivas (Mundial Brasil-2014 y las ediciones 2015 y 2016 de la Copa América) y fracasó en octavos de final, presa de un descalabro institucional y deportivo.
La Seleçao, sin milagros
La historia los avala pero, a diferencia de Argentina, los seleccionados de Brasil y Uruguay son el resultado de procesos con un rumbo claro.
Brasil busca en Rusia una posible sexta corona porque en 2014 chocó contra un iceberg llamado Alemania que humilló 7-1 al anfitrión del Mundial 2014 y porque terminó por hundirse en las dos últimas Copas América.
Tite tomó el timón con la meta simple de llevar a la Seleçao a puerto seguro: el jogo bonito que, con matices, le dio cinco títulos mundiales.
Así fue como de estar fuera de cualquier opción de clasificar a Rusia, terminó la eliminatoria apabullando a sus rivales desde que Tite asumió en 2016.
Mañana en Kazán no la tendrá fácil ante una atilada Bélgica, pero la verdemarilla luce compacta en todas sus líneas y con un líder como Neymar más enfocado en el equipo que en su propio bienestar personal.
Así lo reconoce el experimentado defensor belga Vincent Kompany.
“Individualmente Brasil es el equipo más fuerte de este Mundial”, consideró Kompany, pero estima que Bélgica “tiene los medios para lastimar a una selección” como la suramericana.
Celeste, sin alardes
Si Brasil no la tiene fácil con Bélgica, Uruguay la tiene muy complicada ante Francia, que trituró a la Argentina de Messi en octavos con un intratable Kylian Mbappé, al parecer una estrella naciente en la elite del fútbol mundial.
“Estábamos en el lugar que queríamos, pero quizás no en el lugar que pensaba la mayoría”, dijo el entrenador Oscar Tabárez, poco después de que su selección sacara a Cristiano Ronaldo de Rusia.
Uruguay no figuraba en el lote de los grandes favoritos. Tampoco quiso estar allí. Es el estilo del veterano ‘Maestro’ Tabárez que sin grandes alardes lleva doce años al frente de un seleccionado con algunas estrellas de la elite mundial surgidas en un país de apenas 3,5 millones de habitantes.
Y cuando parecía que el extenso proceso comenzaba a dar signos de agotamiento, ‘El Maestro’ puso manos a la obra para apadrinar jóvenes como Rodrigo Bentancur que hoy comparten el once con los ya consagrados como Cavani, Luis Suárez y el capitán Diego Godín.
Uruguay comenzó a ser observada con atención en Rusia cuando finalizó la fase de grupos con puntaje perfecto y sin goles en contra.
En el choque de cuartos, la Celeste dará una ventaja significativa si su afilado goleador Edinson Cavani no salta el viernes al campo de juego de Nizhni Nóvgorod por lesión, pero Uruguay no se resignará a la posibilidad de avanzar a semifinales como ocurrió en Sudáfrica-2010 de la mano de Tabárez.
Todo parece indicar que ‘El Matador’ no estará en el duelo ante los Bleus y su reemplazante sería Christian Stuani.
El vertiginoso Mundial de Rusia entra este miércoles en dos días de receso antes de que arranque la instancia de los ocho equipos, tal vez con nuevas sorpresas