¿Cómo superar la crisis de la Selección? | El Nuevo Siglo
EL TÉCNICO Carlos Queiroz tiene tiempo para trabajar, replantear y enderezar el camino hacia Catar 2022. Colombia está a dos puntos del cuarto en la eliminatoria.
Foto AFP
Miércoles, 18 de Noviembre de 2020
Redacción Deportes

El panorama, por los catastróficos resultados en los últimos dos partidos de la eliminatoria, pinta muy oscuro, pero la realidad es que la clasificación al Mundial de Catar 2022 está al alcance de la Selección Colombia y depende solo de aplicar correctivos.



Ese recomponer el andar no parece ser con la solución más fácil, sacar al técnico Carlos Queiroz, porque como lo dijo el profesor Jorge Luis Pinto, no existen procesos de dos partidos o de solo victorias.

Desde luego que perder 6-1 es doloroso y mucho más lo es por la desidia de los jugadores y la falta de tacto del adiestrador portugués a la hora de planificar los partidos y hacer cambios, pero hay que tener en cuenta otros factores y por ende sus responsables.

El próximo partido será frente al líder Brasil, que lleva puntaje perfecto, en marzo, por lo que hay tiempo para analizar cada paso que se vaya a dar y tomar las decisiones que permitan encausar a una Selección Colombia que parece haber perdido la memoria, estar en coma y en cuidados intensivos, si se quiere, aunque no desahuciada.

Colombia está a dos puntos del cuarto lugar, que da cupo para Catar 2022 y a 5 del tercero. Se da por descontado que Brasil y Argentina son fijos en la cita de mundialista, así que todavía nada está perdido, pero hay que reaccionar.



¿Qué hacer para superar la crisis y recuperar el optimismo? EL NUEVO SIGLO presenta siete puntos clave:

  1. Liderazgo. Es notoria la ausencia de liderazgo tanto en la cancha como de parte de la dirigencia. No hay un miembro del Comité Ejecutivo de la Federación que dé la cara en las derrotas, aunque sí aparecen cuando se gana. Hoy ya el presidente de la Federación, Ramón Jesurún o Álvaro Gonzáles Alzate tendrían que haberse pronunciado pero no lo han hecho y siguen inmersos en solucionar sus problemas por la reventa de boletas, antes que apersonarse de la situación y dar luces de cómo solucionar la crisis por los malos resultados. Ahora bien, en la cancha la falta de un líder es mucho más notoria. Nadie habla y al que lo hace lo miran feo. Cómo se extrañan a Carlos ‘Pibe’ Valderrama, Freddy Rincón, ‘Chicho’ Serna, Leonel Álvarez, Mario Yépez, ‘Tino’ Asprilla, quienes tenían voz de mando y si no se escuchaba al entrenador, ellos se hacían oír y  ‘despertaban’ a sus compañeros de los letargos en los que se sumían, como ocurrió en Barranquilla y Quito.
  2. Nómina. Mucho se ha dicho que a la Selección siempre van a llegar los que mejor estén en mejor condición en sus clubes y por ello Queiroz y su séquito de asistentes están pendientes del desempeño de cada uno de los jugadores que actúan en Europa y México. Sin embargo surgen dudas, y ese es otro punto a corregir, porque si el seguimiento fuera tan estricto, Yerry Mina y Dávinson Sánchez no hubieran jugado. No debe haber temor a dejar fuera al que esté bajo de forma y más si en sus clubes están relegados al banco.
  3. Funcionamiento. Entre los dos primeros partidos de la eliminatoria y los dos siguientes se perdieron aspectos clave para el funcionamiento de la Selección y se dejaron de lado algunos que le daban solidez a la defensa. Queiroz prescindió de un volante de marca y hasta de los dos para jugar con dos mixtos que no quitan ni acompañan y mucho menos hacen los relevos cuando los laterales se van al ataque. Si el técnico portugués continúa tendrá que revaluar esa decisión y pensar en cómo darle equilibrio a un equipo que hasta hace poco era compensado y hoy esta descuadernado. Ello también incluirá el tratar de recuperar la memoria táctica y el compromiso de los jugadores. No de otra manera se verá una Selección Colombia ordenada. Lo demás depende de los jugadores, que se comprometan, que corran, marquenm luchen y no, por ser figuras, esperen que otro haga el trabajo que les corresponde. Todos tienen que aportar sacrificio y cuando se pierde el balón ayudar a recuperarlo.
  4. Asistente técnico. Un factor que preocupa es el desconocimiento que tienen Queiroz y sus asistentes de las condiciones en las que se disputan las eliminatorias suramericanas. Es por ello que es urgente que la Federación incluya un asistente colombiano que aporte, diferente a Arturo Reyes, quien poco o nada incide en las decisiones. Si el técnico portugués tuviera a su lado una persona que lo alerte sobre los efectos que puede causar el calor de Barranquilla en jugadores que no están habituados al mismo o la altura de Quito, a lo mejor el rendimiento en esos dos juegos hubiera sido menos desastroso.
  5. Hablar claro. Es urgente una reunión entre directivos, cuerpo técnico y jugadores, así sea virtual, en la que cada uno se sincere. No se puede seguir pensando en voz baja que Queiroz se tiene que ir pero públicamente guardar silencio. Si no lo quieren, que se lo digan y busquen los recursos para indemnizarlo. Del lado del técnico, que reconozca sus errores y la necesidad de una persona que lo asesore con detalles que le son desconocidos y que lo atempere a la hora de planificar los partidos y en el desarrollo de los mismos. Y de parte de los jugadores, si no están contentos con las decisiones del entrenador, que se lo digan y se busquen soluciones antes que seguir rompiendo el grupo, que es lo que pareciera está ocurriendo.
  6. Trabajo. De acá al siguiente partido solo queda analizar, trabajar y recomponer. Los directivos tienen la tarea de atemperar los ánimos en el vestuario y si hay indicios de indisciplina, castigar a los responsables. Si la incomodidad es por las determinaciones del técnico, buscar consensos y hacer entender a las partes que prima lo general, eso es el país, sobre lo particular. Del lado del técnico, abrirse a las sugerencias del plantel, escucharlos y poner en práctica lo que considere puede contribuir a solucionar la crisis. Y, del lado de los jugadores, saber que si aceptan el llamado tienen que venir a darlo todo por la Selección, no solo hacerlo por cumplir  táctica y disciplinariamente, añadiendo una dosis de actitud, de vergüenza deportiva.
  7. Sumar y sumar. Por último, es hora de empezar a sumar. Sin embargo, una derrota contra Brasil no será el fin del mundo, aunque sacarle un punto si será un golpe anímico. En lo que no debe caer Colombia es en la idea de que mientras sus rivales cedan puntos, todo está bien. Hay que corregir errores, no enloquecerse, disciplinarse y salir a ganar sin importar quién es el técnico.