¿Desastre colombiano en la Libertadores? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Jueves, 5 de Marzo de 2020
Redacción Deportes

Desencanto ha causado el desempeño de América, Junior y Medellín en la apertura de la fase de grupos de la Copa Libertadores, pero los resultados no son para rasgarse las vestiduras porque todavía queda mucha tela por cortar.

En una ronda de seis partidos cualquier cosa puede suceder y aunque los tres cayeron como locales, todavía tienen la posibilidad de levantarse y pelear un cupo a la siguiente ronda.

La última vez fue que un club colombiano clasificó a octavos de final en el torneo continental fue en 2018, lo hizo el Atlético Nacional de Jorge Almirón.

Ahora, si se tiene en cuenta que Deportes Tolima quedó eliminado en la ronda previa ante Internacional de Porto Alegre, el arranque es muy malo, pero, por ahora, la esperanza se puede mantener, no hay que ser tan trágicos y más bien esperar lo que sigue con optimismo.

Sin embargo, Medellín que fue derrotado 1-2 como local por Libertad de Paraguay, debe estar analizando qué hacer para clasificar en un grupo en el que Boca Juniors aparece como el gran favorito a llevarse uno de los cupos.

El ‘Poderoso’, si quiere repuntar, tendrá que ir a la Bombonera a arañar puntos, ganarle los seis en disputa a Caracas y pensar en, como  mínimo, un empate en el duelo de ida ante los guaraníes.

El problema del Medellín es que no ha logrado una continuidad en su juego y así como tiene momentos brillantes, hay otros en los que se ve muy opaco, comete muchos errores y da ventajas.

También tiene en contra que el siguiente encuentro es con Boca Juniors, que ya se habrá liberado de la definición del título en la Superliga argentina y estará concentrado totalmente en la Libertadores, torneo que espera ganar.

El técnico Aldo Bobadilla tendrá que trabajar mucho, sobre todo en lo motivacional para recuperar a un plantel que aflojó y que suma varias actuaciones para olvidar, tanto en la Liga Betplay como en el torneo continental.

¿Y América?

Los ‘Diablos Rojos’ perdieron ante Gremio en casa y aunque no cumplieron su objetivo de regresar al torneo, tras 11 años de ausencia, por la puerta grande, ello no quiere decir que ya no tengan nada que hacer.

Ahora tendrán que jugar dos partidos seguidos de visitante ante Católica en Chile e Internacional en Brasil, dos rivales duros, ante los que tendrá que sacar cuando menos 4 puntos si quiere soñar con los octavos, de lo contrario tendrá que enfocarse en ir a Suramericana.

Con los escarlatas ocurre algo similar con lo del Medellín, el plantel viene en un bajón alarmante y para completar el técnico Guimaraes ha tenido que improvisar, como por ejemplo poner a Jesus Cabrera, que es volante de armado, como de marca, pero en la medida en que recupere a los lesionados o inhabilitados, se puede esperar que retome la senda de las buenas presentaciones.

América, como Medellín, disponen de nóminas competitivas, que pueden pelear un cupo para los octavos, pero necesitan reaccionar, dejar de lado la ansiedad y hacer un juego más práctico. No hay que olvidar que en el fútbol a veces hay que hacer sacrificios si se quieren sacar los puntos que den clasificaciones.

El más duro

Lo de Junior, por su parte, era de esperarse. Al frente tenía nada menos que al vigente campeón de la Libertadores y gran favorito a alcanzar la final este año.

Los ‘Tiburones’ recibieron un gol de ‘camerino’ y desaprovechó varias opciones que tuvo para empatar. Se vio desorganizado y se notó la jerarquía de Flamengo, que lo pasó por encima y le ganó 2-1 en el Metropolitano de Barranquilla. Más allá de la derrota y que tendrá complicados enfrentamientos contra Barcelona de Ecuador e Independiente del Valle, el Junior todavía tiene con qué remontar su andar, aunque los favoritos (Flamengo y del Valle) ganaron y pican en punta.

En el siguiente encuentro, frente a Independiente del Valle, es fundamental para las aspiraciones de los barranquilleros. Un triunfo a domicilio los dejará en posición de soñar, una derrota prácticamente los sacará de carrera. Es por ello que el técnico Julio Comesaña, antes que ponerse a lamentarse, a buscar a quien culpar, debe es pensar en cómo aprovechar la supermónima que le armaron los Char.

Junior tiene una delantera que mete miedo: Teo Gutiérrez, Miguel Ángel Borja y Edwin Cetré, pero su defensa es frágil y si hay alguien culpable de ello es Comesaña, quien no la trabajar, ¿o será que va a culpar a Amaranto Perea?

Optimismo

Por el momento todavía hay espacio para ser optimistas y esperar que los tres elencos colombianos avancen a octavos de final de la Libertadores y que no tengan que conformarse con luchar por un cupo a la Suramericana.

La cuestión es qué hacer para que los tres clubes demuestren que el torneo colombiano, por el que hay que pagar por ver, vale la pena.

La impresión inicial es que el fútbol colombiano es para entre casa, que los equipos no están al nivel de los más poderosos del área y que soñar con volver a ganar una Copa de este calibre, no es posible.

Sin embargo, quedan cinco partidos por disputar 15 puntos en contienda y si hay motivación, si se logra mentalizar a los jugadores de que se puede, se logrará el objetivo.

Lo que no se debe hacer, por el momento, es considerar que la participación colombiana en la Libertadores es una debacle, una catástrofe. No, todavía hay camino por recorrer y un avance de dos de tres, si no se puede los tres, no es un descalabro. Hay que tener calma y esperar a que la fase de grupos continúa su marcha para establecer, ahí sí, si fracasamos o si salimos airosos.