Brasil y Argentina bajo presión, Messi en duda y el continente aún con el gusto amargo de Rusia-2018 pero pendiente del sorteo de la Copa América-2019 en Rio, que definirá el jueves los grupos de una de sus ediciones más abiertas, con Chile como campeón vigente y muchas cuentas por saldar.
Embajador de este torneo que regresa a Brasil después de 30 años, el excapitán de la Seleçao Cafú conducirá el sorteo que comenzará a las 20H30 locales (22H30 GMT) en la Cidade das Artes de Rio y decidirá los tres grupos donde competirán las diez selecciones de la Conmebol, además de las invitadas Japón y Catar, del 14 de junio al 7 de julio.
En su quinta Copa América como anfitrión, Brasil será uno de los tres cabezas de serie que estarán en el bolillero 1, junto a Uruguay (7ª del ranking FIFA), máxima ganadora histórica con 15 trofeos, y la urgida Argentina (11ª).
La delicada situación de la albiceleste -sin celebrar un título absoluto desde hace 26 años- no le impidió liderar uno de los grupos, gracias a su posición en la clasificación utilizada por la Conmebol para distribuir los cuatro bombos.
En el segundo estarán la potente Colombia, la actual bicampeona Chile y la mundialista Perú, mientras que en el tercero se encuadran Venezuela, Paraguay y Japón, invitado por segunda vez al torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Ya en el cuarto bolillero aguardarán Ecuador, Bolivia y Catar, que no podrá coincidir con la otra convidada en la primera fase.
Con leyendas locales del pasado y del presente como Zico y Marta, o el ex capitán de Uruguay Diego Lugano como asistentes -además de la "participación especial" del idolatrado Ronaldinho-, el sorteo definirá también el tránsito de las selecciones por las cinco sedes de un torneo que empezará en el estadio Morumbi de Sao Paulo y pasará por Rio, Salvador, Belo Horizonte y Porto Alegre antes de decidir a su ganador el 7 de julio en el mítico Maracaná.
- Bloqueo -
De allí salió destrozada la Argentina de Lionel Messi en 2014, con la final del Mundial perdida ante Alemania, y en ese mismo templo del fútbol sueña con despertar de su pesadilla.
Herida desde entonces, la albiceleste aún tuvo que pasar por el trago de perder dos decisiones en penales ante Chile -en las Copas América de 2015 y 2016-, o de clasificarse in extremis para Rusia, de donde acabó yéndose de los nervios y arrollada en octavos por Francia, eventual campeón.
Pero aún perdió algo peor. Desde aquel bochornoso 30 de junio en Kazán, Messi no ha vuelto a ponerse la albiceleste.
En el nuevo grupo que trata de reconstruir el interino Lionel Scaloni -y que contará ahora con César Luis Menotti como director de selecciones-, confían sin embargo en que la 'Pulga' estará en Brasil.
Con la selección mayor sin títulos desde la Copa América-1993 y derrotada en cuatro de las últimas cinco finales continentales, los precedentes son pésimos. Aunque la motivación de arrebatarle un trofeo en casa a Brasil podría bastar para traerle de vuelta.
- Fantasma -
Los anfitriones tampoco están relajados. Con el trauma del 7-1 ante Alemania todavía muy vivo, la Canarinha de Neymar tendrá que volver a los escenarios de aquel Mundial-2014 que la hundió en una crisis desconocida para este país con más estrellas que nadie.
Con 'solo' ocho títulos (frente a los 15 de Uruguay y los 14 de Argentina), a la Seleçao nunca le obsesionó la Copa América, pero este año es diferente.
Salvador en las eliminatorias, el chasco de Brasil en Rusia -adonde llegó como favorita y cayó en cuartos ante Bélgica- ha puesto a Tite en el disparadero.
Pese al apoyo explícito de los directivos, un nuevo fracaso sería muy difícil de asumir para la orgullosa pentacampeona del mundo, a quien el oro olímpico de 2016 no consiguió cerrarle las heridas.
Abierto
También aguardan con ansia la aguerrida Uruguay de Luis Suárez y Edinson Cavani, dispuestos a sacarse la amargura de Rusia -donde Francia les cortó el paso en cuartos- en un torneo que es patrimonio charrúa, o la bicampeona Chile.
Después de que su generación dorada hiciera historia dos años seguidos, 'La Roja' vivió el anticlímax en 2017 al quedarse fuera del Mundial, y buscará venganza, dirigida ahora por Reinaldo Rueda.
En plena mutación llegará también la Colombia de James Rodríguez, todavía sin técnico fijo tras la salida de José Pekerman, Ecuador o el Paraguay de Juan Carlos Osorio; mientras Perú se encomienda a su venerado Ricardo Gareca para tratar revivir la ilusión que le llevó de vuelta a un Mundial 36 años después.
Más complicada parece la aventura de las flojas Bolivia y Venezuela, o de Japón y Catar, pero si algo dejó claro el enloquecido Mundial de Rusia es que el igualado fútbol global ya no espera por nadie.
Ni por sus viejas campeonas.