Herencia a la que no se puede renunciar ni olvidar | El Nuevo Siglo
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Domingo, 25 de Junio de 2023
Oscar Munévar Forero

Millonarios es tal vez el equipo más querido por los colombianos. No solamente en Bogotá, sino que por donde usted quiera que vaya siempre encontrará un seguidor de la divisa azul. Es de esas herencias que un padre les deja a sus hijos, a la que nunca renunciarán porque quién no quiere disfrutar de una victoria, si por eso no cobran.

Por Millonarios han pasado desde 1949 fulgurantes nombres y hombres que han hecho de esta camiseta la pasión, no de una sino de muchas generaciones. Un legado que estamos seguros perdurará. Orgullosamente quienes son seguidores del equipo embajador siempre se acuerdan de Di Stéfano, Cozzi, Pedernera, Klinger, Larraz, Pizarro, Romeiro, Centurión, Jamardo, Julio Gómez, Gamboa, Sossaa, Brand, Morón Ortiz, Irigoyen, Amado, Díaz, Pimentel, Gallego Bentitez, Zuluaga, Campillo, Villano… Todos ellos hicieron de Millonarios, desde 1949 hasta la fecha, un equipo de primer nivel.

En ese año 49 Millonarios tuvo la suerte de contar con un dirigente con visión, nacido en Barranquilla pero radicado en Bogotá que, además, era un agente aduanero y tenía que viajar por todo el continente. Aprovechando los problemas del fútbol argentino logró contactar a grandes figuras como Alfredo Di Stéfano (después estrella del Real Madrid), Adolfo Pedernera y Néstor Raúl Rossi. Tras contratarlos, con ellos logró la primera estrella del equipo capitalino. De ahí en adelante Millonarios se forjó una historia que hoy lo tiene en todos los escritorios, paredes y recuerdos de los seguidores azules por más de tres cuartos de siglo.

Los jugadores mencionados figuran en cada una de las nóminas de los 15 anteriores títulos. Algunos fueron brillantes. Otros, con menos talento pero que con muchas ganas y deseos, sacaron adelante la fama adquirida por el onceno bogotano.

Pedernera hizo parte de la plantilla que consiguió la primera estrella en 1949 y más tarde fue entrenador en los años 51, 52 y 53, en los que salió campeón. Está en las entrañas de cada uno de los hinchas. Muchas generaciones no lo conocieron, pero se sienten orgullosas de nombrarlo porque es, sin lugar a dudas, insignia del conjunto azul.

Nadie quiere olvidar a otros jugadores que pasaron por el glorioso ballet azul. Algunos de ellos no tuvieron la fortuna de salir campeones pero cómo olvidar esa trilogía de José Fernando Areán, José María Ferrero y Enrique Fernández. Un equipo inolvidable que no logró coronarse ganador.

Se recuerdan, igualmente, astros que estuvieron en muchos de los títulos, sobre todo los conseguidos por el médico Gabriel Ochoa Uribe, que logró armar nóminas con nombres de la talla de Pablo Centurión, Óscar Jamardo, Oswaldo Debrassi, Luis Rubio, Carlos Bolla, Genaro Benítez y Rodolfo Ávila. Esa era como la columna vertebral del equipo que después siguió con la racha de tres títulos consecutivos.

Nueve años más tarde, en 1972, el médico Ochoa conformaría una plantilla sensacional con Alejandro Brand, brillante volante antioqueño; el paraguayo Julio Gómez; el argentino Óscar Villano, que terminó siendo defensa pero vino como volante; Willington Ortiz, Apolinar Paniagua (paraguayo) y Jaime Morón. Estos hombres hicieron las delicias de los seguidores bogotanos, pero no lograron tantas satisfacciones como los campeones.

Otras gestas

Nadie podrá olvidar los títulos del 87 y 88 de la mano de Luis Augusto García, con unas nóminas por lo demás no muy costosas pero con un amor por la camiseta interminable. No perdían oportunidad para mostrar la calidad que tenían y el deseo de agradar a donde fueran.

En este equipo entre los más destacados estaban el argentino Rubén Causillas; y sus paisanos Mario Vanemerack, que con el paso de los años fue técnico del equipo sin muchos éxitos; Juan Carlos Díaz, todo un señor dentro y fuera de las canchas, y que luego sería técnico del Cúcuta Deportivo; Óscar ‘El pájaro’ Juárez, goleador de raza; Mario Videla, de extraordinaria pegada, o “buen pie”, como le dicen ahora; Arnoldo Iguarán, Rubén Darío Hernández, Eduardo Pimentel, Cerveleón Cuesta -hoy asistente del técnico-. Y, claro, no podía faltar Alberto Gamero, recién llegado del Unión Magdalena y hoy coronado campeón como técnico.

Recorrer la historia de Millonarios es volver a recordar a técnicos como Miguel Ángel Russo, quien en plena final recibió la noticia de que tenía cáncer. Aún así lo enfrentó y salió campeón con un conjunto que tenía más corazón que fútbol, que le ponía ganas a toda hora. De hecho, ningún hincha de Millonarios podrá borrar de su memoria el ingreso de Henry Rojas y el espectacular remate para que los azules se llenaran de gloria y consiguieran la estrella 15, en diciembre de 2017, nada menos que ante Santa Fe.

Por esta razón los seguidores de Millonarios dejan en sus hijos la herencia de un equipo que cuando sale a la cancha pone todo el amor y el cariño. Una afición tan fiel como mayoritaria.

Felicitaciones al samario Alberto Gamero que, sin muchas estrellas y más bien jugándosela con jóvenes de las divisiones inferiores, de “la cantera”, ha puesto en el azul de cielo bogotano la estrella 16.

Una historia de gestas interminables, que se remonta a muchas décadas. Una historia que comenzó a evolucionar con Alfonso Senior como primer presidente de Millonarios y que hoy, casi ocho décadas después, sigue dando alegría a sus parciales.