Estamos a pocos días de definir si Don José Pekerman se queda o se va, pero hay tanto ‘bochinche en la calle’ -como dicen los caleños- que la verdad valdría la pena que primero los directivos supieran si se van a quedar o van a parar a la Picota.
Hace unos días, recién llegado del Mundial Rusia 2018, hablé con el Presidente de un equipo que me dijo: “Esto está podrido”. Creo que si vemos el significado del calificativo que trae el diccionario de la Real Academia de la Lengua, que dice: corrompida o dominada por la inmoralidad, la cosa estaría de verdad preocupante, y a decir verdad lo está. El negocio de la reventa de la boletería de los juegos de la eliminatoria para el mundial tiene que primero quedar claro, porque eso viene desde hace mucho tiempo, nadie le había metido el diente a ese negocio en el que están involucrados los más ‘encopetados’ directivos del fútbol nacional.
Es que para ser sinceros el directivo tiene razón, en el fútbol pasa de todo y nadie dice nada, todos se quedan callados, ya se les olvidó el tema de la compra de resultados que se denunció ante la Fiscalía, y que se sepa, hasta este momento no hay nada claro. Entonces los actuales mandamases son “cómplices” de lo que ocurre. Afortunadamente la Superintendencia, gracias a una persona a la que muy seguramente le quedaron mal en el negocio, puso al descubierto semejante ejercicio a costillas del pueblo que vive, come, almuerza y desayuna fútbol.
Por esa razón estoy proponiéndoles a los directivos que primero aflore la verdad, que dejen de estar asistiendo a reuniones en sitios donde no los vea nadie, no les escuchen y que casi a las escondidas se quieran poner de acuerdo para evitar un ‘picotazo’.
Muy inteligentes resultaron quienes eligieron a Jorge Enrique Vélez como presidente de la Dimayor. De Superintendente de Notariado y Gerente de campaña presidencial a Presidente del fútbol profesional, quien con sus amigos del alto gobierno procurará sacarlos del mayor de los escándalos que se ha vivido en este deporte.
Entonces mi Presidente tenía razón. Esto huele mal, ya tenemos a un exdirectivo de las Grandes Ligas en Estados Unidos contando los detalles de cómo se manejan las cosas por debajo de la mesa y cómo supuestamente se reciben coimas, y si como lo dicen en los rincones de los estadios, salen todos comprometidos, ¿con qué moral van a elegir a un Director Técnico para la Selección Nacional? ¿No les parece que es mejor que primero ellos solucionen sus problemas judiciales y después se pongan a contratar? ¿No sería mejor dejar para el nuevo Comité Ejecutivo, que llega en septiembre, la designación o ratificación del adiestrador?
¿Por qué quienes supuestamente están salpicados no dan un paso al costado y dejan el campo para que gente nueva llegue sin las viejas “mañas”? ¿Qué es lo que tiene el fútbol tan bueno que todos se lo pelean? ¿Será el dinero que produce la venta de jugadores? ¿Serán las taquillas de los partidos de fútbol de la Selección? ¿Los multimillonarios contratos que la Federación firma con las empresas de televisión son lo que los mantiene? O ¿las platas que reciben de la FIFA?
Mientras tanto, la afición colombiana sigue escuchando a los comentaristas -que cada uno tiene a su candidato- claro, no elegimos, son simples recomendaciones, y como yo también tengo derecho a opinar, creo que a un señor como José Pekerman lo tendrían que mantener, porque los números gobiernan al mundo y estos son los de mi paisano, les recuerdo que tiene la nacionalidad colombiana. Llegó el 5 de febrero de 2012, dirigió su primer partido ante México en un compromiso amistoso el 29 de febrero de ese año, le tocó el mes bisiesto y ganó por dos a cero. En los dos mundiales que estuvo jugó nueve partidos, ganó seis, ante Grecia, Costa de Marfil, Japón y Uruguay en 2014 y en Rusia se impuso a Polonia y empató dos, con Senegal e Inglaterra, y perdió uno con Brasil, sus hombres marcaron 18 goles y recibieron diez tantos de sus adversarios. Y si por algún motivo algo le falta, en total dirigió 78 partidos, ganó 43, empató 17 y perdió 18.
Así las cosas, cuando se tiene un balance de esta naturaleza es mejor dejar al malo conocido que traer uno bueno por conocer. Mantengan a Don José, con sus cualidades y sus defectos. Así aún no gane títulos, tenemos un equipo que tarde o temprano dará muchas glorias. Dejen el afán.