Impuso las condiciones, controló el partido, pero no fue contundente en su regreso a la Libertadores
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No es el primer partido en el que Millonarios cede puntos por la falta de contundencia, ni será el último si el técnico, sea Hugo Gottardi o el titular Miguel Ángel Russo, no encuentran la fórmula mágica para que los delanteros, los volantes o los defensas, como ocurría el año pasado, conviertan aunque sea una de las múltiples opciones que genere.
Anoche en El Campín, frente a unos 26 mil espectadores, ante Corinthians, especialmente en los primeros 45 minutos, los azules impusieron las condiciones, dominaron las acciones, arrinconaron al rival, pero no lograron concretar, como tampoco lo hicieron en la segunda mitad, por lo que debieron conformarse con un 0-0 en su regreso a la Copa Libertadores.
El empate deja un mal sabor porque los celestes jugaron para ganar. Se les abona la intensidad para presionar al adversario y no permitirle que hiciera el juego que quería y que era atrincherarse para tirar pelotazos y buscar en una acción aislada el gol que les diera la ventaja.
Los laterales Palacios y Banguero fueron fundamentales con sus continuas excursiones al ataque, lo mismo que el posicionamiento de De los Santos, un poco más adelantado para facilitar que ‘Carachito’ Domínguez y David Silva estuvieran más cerca de sus delanteros.
También fue importante la aparición de Cristian Huérfano y Elíser Quiñónez como extremos y de Ayron del Valle por el centro, pero se equivocó al dedicarse a tirar pelotazos que siempre fueron bien controlados por la defensa del ‘Timao’.
En los primeros 45 minutos se generaron cuatro aproximaciones a gol, dos de ellas muy claras pero no supo definir, mientras que el visitante apenas se acercó en una ocasión y Faríñez controló sin apuros.
El ‘Timao’ se sacudió en la parte complementaria, pero no pudo descifrar el cerrojo del arquero venezolano Faríñez y terminó contando los segundos para el pitazo final.
Pero lo hizo porque Millonarios le bajó a la intensidad del juego, entre otras razones porque Huérfano y Quiñónez se quedaron sin aire y los cambios introducidos por el técnico Gottardi no dieron los frutos esperados.
Ovelar no trascendió, como tampoco lo hizo Carrillo, quien tan solo intentó en un par de remates de media distancia sorprender. En el caso de Montoya, ingresó como extremo pero terminó por el centro o por la derecha, pero no pudo desplegar ese juego que lo caracteriza como generador de ideas y de pases gol.
Sorprendió ver a un equipo brasileño y más con la tradición de Corinthians, encerrado defendiéndose, y sobre todo, tirando el balón a cualquier lado, reventándolo sin pena con tal de sacarlo del área.
Queda el mal sabor de haber planteado un gran partido, de haberlo jugado con mucha intensidad, con situaciones de gol, pero justamente sin definirlo y lo peor es que no es un problema nuevo sino que ha sido de este año, tanto en los partidos de la Copa Fox como en lo que va de la Liga. ¿Qué hacer?, esa es una situación que deben analizar los directivos y el cuerpo técnico porque dominando los partidos no es suficiente para buscar avanzar en la Libertadores.
Otro factor para tener en cuenta es que teniendo buenos cobradores de tiros libres, no se animan a pegarle al arco sino que buscan segunda jugada.
Eso sí, lo bueno que dejó el partido es que Millonarios mostró que tiene argumentos para pelear de igual a igual con cualquier rival.
En su segunda salida, el 15 de marzo, los celestes visitarán a Independiente de Argentina, mientras que los paulistas recibirán el 14 del mismo mes al Deportivo Lara de Venezuela.