El 42,8% de los hombres y el 38,9% de las mujeres tienen acceso al crédito formal
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El acceso a los servicios financieros en el país creció durante este año y ya son 28.4 millones de colombianos los que tienen al menos un producto con los bancos y otras entidades. Según el último Reporte Trimestral de Inclusión Financiera de Banca de las Oportunidades, el número de adultos con acceso al sistema financiero creció entre marzo de 2018 y 2019.
Durante este periodo, 1.2 millones de adultos ingresaron al sistema. Así, el indicador de inclusión financiera pasó del 80,1% al 82,3%, 2,2 puntos porcentuales más frente al mismo trimestre de 2018.
“Este salto es el producto de acciones coordinadas de varias entidades del Gobierno, junto con la decisión de los intermediarios financieros por ofrecer mejores productos para atender a las necesidades de los colombianos, especialmente de los de menores ingresos”, señaló Freddy Castro, director de Banca de las Oportunidades.
Las brechas
A pesar de los avances, en el país aún se observan brechas significativas por regiones. Específicamente el Centro Oriente y el Eje Cafetero mantuvieron los niveles de acceso más altos, superiores al 85%, mientras que el Caribe y el Pacífico continúan siendo los más excluidos, con indicadores inferiores al 74%. Además, las brechas por departamentos son de una magnitud mayor. Mientras que en Bogotá, Casanare y Santander registraron indicadores de más del 90%, en Vichada, La Guajira y Vaupés el porcentaje de adultos con productos financieros fue inferior al 50%.
Desde la perspectiva de género, también se observaron algunas brechas. El indicador de inclusión financiera de los hombres fue de 83,5% y el de las mujeres de 80,7%. Esta brecha fue superior en el acceso a financiamiento, en donde el 42,8% de los hombres y el 38,9% de las mujeres tuvieron acceso al crédito formal.
Los recursos
Los montos promedio desembolsados a mujeres fueron inferiores a los de los hombres para todas las modalidades de crédito. En cuanto a la tarjeta de crédito (TDC), el 27,4% de los hombres y el 25,6% de las mujeres tenían una vigente, con un saldo promedio de $5,7 millones y de $4,4 millones, respectivamente. Por su parte, el cupo promedio de ellos fue de $15,9 millones y el de ellas de $12,3 millones.
Respecto al microcrédito, el 9,5% de los hombres y el 9% de las mujeres tenían al menos un crédito vigente. El saldo promedio de los hombres alcanzó los $7,3 millones y el de las mujeres $5,9 millones. Para el crédito de vivienda, el 3,5% de los hombres y el 3,1% de las mujeres tenían al menos uno vigente, con un saldo promedio de $66,8 millones y $54,6 millones, respectivamente.
Entre los factores que explican la brecha de género se encuentran los problemas de inserción laboral. Ellas muestran menor ocupación y salarios más bajos. A pesar de este escenario, el porcentaje de mujeres con productos de crédito en mora de más de 30 días fue de 9,3% frente a 10,9% de los hombres, una diferencia de 1,6 puntos a favor de las mujeres.
Castro comenta al respecto: “La reducción de la brecha de género tiene un impacto positivo en el entorno económico. Las mujeres tienen perfiles de pago más confiables y tienden a invertir las ganancias de sus negocios y emplear los ahorros en formas que tienen un impacto más duradero y significativo sobre la calidad de vida de sus familias. La inclusión financiera fortalece su empoderamiento económico. De esta manera, invertir más recursos para una mayor inclusión financiera favorece la movilidad social, la reducción de la violencia intrafamiliar y de pobreza”.