CUANDO AÚN no se sabe qué va a pasar con ley de financiamiento o reforma tributaria en el Congreso, por el contrario, sí se conoce su impacto sobre las empresas tanto en la carga fiscal como en productividad y la generación de empleo.
Uno de los mayores efectos es que la carga fiscal de las compañías subiría 15%. De allí que los $12 billones que proyecta recaudar el Ministerio de Hacienda con esta propuesta, no solo parecen estar enredados, sino que, a juicio de los analistas, no justifican un nuevo incremento de impuestos y, al contrario, generan un ambiente de incertidumbre y desconfianza en el sector privado.
Impacto
Un reciente un informe económico de la firma internacional de auditoría y finanzas Crowe Co, revela los puntos que más podrían afectar a los empresarios del país, ocasionando pérdidas millonarias en la operación, decrecimiento y reducción en la rentabilidad.
El primer efecto es que el proyecto introducirá una tasa mínima del 20% de tributación sobre la “utilidad depurada”, que corresponde a una base gravable que se calcula a partir de los resultados financieros de acuerdo a varios conceptos contables.
“Esto afectará especialmente a las empresas que no cuentan con sistemas contables sofisticados o personal especializado en tributación. Asimismo, cambiará el método tradicional de cómo se calcula el impuesto sobre la renta, lo que causaría errores en las declaraciones y posibles sanciones”, afirma Pedro Sarmiento, socio y director de Impuestos y Servicios Legales de la firma Crowe Co.
Asimismo, al crear un nuevo impuesto a los activos que no generen ingresos permanentes, entre ellos, terrenos sin utilizar o maquinaria en desuso, “las empresas que tengan estos activos, como las que pertenecen a los sectores de construcción, inmobiliario y manufacturera, tendrán que pagar un tributo adicional sobre sus activos no productivos, poniendo en riesgo su operación en el mediano y largo plazo”, agrega Sarmiento.
Otro punto polémico es que se va a eliminar el régimen simple, perjudicando directamente a las pequeñas y medianas empresas, pues ya no tendrán la opción de contar con un sistema tributario simplificado, lo que podría aumentar su carga administrativa y desincentivar la formalización. Vale recordar que este régimen siempre ha permitido a las pymes cumplir con sus obligaciones fiscales de manera más sencilla y con menores costos.
Como si esto no fuera suficiente, la reforma va a incrementar la tasa del impuesto a la renta a las personas naturales con mayores ingresos, una medida que desincentivaría la atracción y retención de talento en las organizaciones internacionales o multinacionales.
Más impuestos
Según Sarmiento, “las cargas tributarias elevadas para individuos con altos recursos económicos reducen la competitividad del país frente a sus pares de la región que tienen sistemas tributarios más favorables. En otras palabras, los mejores y más calificados ejecutivos verían con buenos ojos irse de Colombia para no pagar mayores impuestos”.
Asimismo, Sarmiento menciona que la iniciativa va a generar una mayor complejidad y carga administrativa, debido a que implementará nuevas normas y cálculos complejos, como los relacionados con la utilidad depurada y el gravamen a los activos no productivos, aumentando la carga administrativa de las empresas. Asimismo, “las compañías tendrán que asumir sobrecostos operativos al tener que contratar asesoría especializada y dedicar más recursos para cumplir con estas obligaciones”, puntualiza el experto.
Otro impacto es que podría disminuirse la generación de nuevos empleos entre un 5% y 10%, sobre todo en las pymes, que no tendrían recursos para ampliar las nóminas y comenzarían a operar por fuera del sistema formal para evitar pagar más impuestos, optando por no registrarse oficialmente o no declarar todos sus ingresos.
Explica Sarmiento que también por la tributaria aumentarían algunos precios de productos y servicios entre un 5% y 15 %, debido a que las compañías, en especial del comercio minorista, trasladarían los sobrecostos por impuestos a sus clientes, afectando el poder adquisitivo de sus usuarios y a larga perjudicando sus ventas. Los principales aumentos se verían reflejados en productos básicos y alimentos (5% al 10%) y servicios de tecnología (10% al 15%).