El organismo destaca situación fiscal pero alerta por las tensiones comerciales
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Colombia sigue estando expuesta a un endurecimiento abrupto de las condiciones financieras internacionales, de acuerdo con el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), al concluir su revisión correspondiente a 2018.
Señala el organismo que “si bien las perspectivas son positivas, la economía sigue siendo vulnerable a la incertidumbre relacionada con un endurecimiento repentino de las condiciones financieras mundiales y una escalada de las tensiones comerciales o geopolíticas”.
Sin embargo, los directores celebraron el compromiso de las autoridades de seguir aplicando políticas muy sólidas y reformas estructurales de gran alcance para abordar las vulnerabilidades pendientes, garantizar la estabilidad macroeconómica y promover un crecimiento sostenible e inclusivo.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, dijo que éste es un importante espaldarazo por parte del FMI que reafirma la seriedad con la que Colombia se tomó la coyuntura de los precios del petróleo para evitar que la economía colapsara.
“Nuevamente el Fondo Monetario Internacional, una autoridad independiente, rigurosa y objetiva, respalda la manera como enfrentamos el choque petrolero. Para ellos, completando el proceso de ajuste debido al golpe tan fuerte como el que vivimos en el pasado reciente, muestra que desde afuera son conscientes de la importante tarea que hicimos para sobrellevar un duro momento”, resaltó Cárdenas Santamaría.
Barreras
De otro lado, indica el informe del FMI que “los continuos esfuerzos por reducir las barreras comerciales y una cierta recuperación del crecimiento mundial contribuirán a sustentar el fuerte crecimiento de las exportaciones. La implementación del Acuerdo de Paz fomentará el desarrollo regional y reducirá la desigualdad. Los riesgos para estas perspectivas aún se inclinan a la baja y se derivan en parte de las necesidades aún considerables de financiamiento externo.
Los directores ejecutivos elogiaron a las autoridades por su sólida gestión macroeconómica y las mejoras del marco de políticas, las cuales han asegurado el ajuste necesario, afianzado la recuperación, y reducido tanto la pobreza como la desigualdad del ingreso”.
Reformas
Los directores recalcaron que las reformas estructurales deberían centrarse en elevar la productividad y el crecimiento potencial. Señalaron que la implementación de los proyectos de infraestructura de Cuarta Generación y el Acuerdo de Paz brinda la oportunidad de avanzar en las prioridades identificadas, que incluyen mejorar el clima empresarial, abordar la informalidad en el mercado laboral, garantizar el acceso a educación de alta calidad y promover la inversión en infraestructura. También es importante reducir las barreras al comercio internacional.
Sostienen los expertos que “en 2017, gracias a una gestión adecuada de las políticas, Colombia está cerca de finalizar el proceso de ajuste a importantes shocks externos, al tiempo que siguió avanzando hacia un crecimiento inclusivo. El crecimiento económico se moderó a medida que se redujo la inversión privada y el consumo, en coherencia con el menor nivel de ingreso nacional. Algunos retrasos en el programa de infraestructura también contribuyeron a la caída de la inversión privada”.
De otro lado, la consolidación fiscal continuó, guiada por la regla fiscal, y contribuyó a la reducción del déficit en cuenta corriente que también se vio respaldada por una leve recuperación de las exportaciones de petróleo y no petroleras.
Asimismo, señala el organismo que “los ingresos derivados de la reforma tributaria estructural ayudaron a proteger la inversión pública y el gasto social. A medida que se disipaban los shocks, la inflación descendió rápidamente hacia el nivel fijado como meta y el ciclo de relajación iniciado por el banco central apoyó la recuperación observada en el segundo semestre del año, protegiendo al mismo tiempo el anclaje de las expectativas de inflación. A pesar de la moderación del crecimiento, los indicadores sociales mejoraron, observándose una reducción de la pobreza y de la desigualdad del ingreso en 2017”.
Sostiene en su revisión el FMI que “el déficit en cuenta corriente cayó al 3,4% del PIB y continuó estando financiado en gran medida por la inversión extranjera directa (IED). Las entradas de inversión de cartera se moderaron ligeramente, pero siguieron siendo abundantes, y la participación extranjera en el mercado local de deuda pública continuó aumentando. El sistema bancario ha superado bien la desaceleración económica y la entrada en vigor de la ley de conglomerados prevista para el presente año mejorará el marco regulatorio y de supervisión, incluida la gestión de los riesgos relacionados con las empresas y los de origen externo.