El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien asiste a las reuniones de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en Washington, insistió en la necesidad de que se adelante desde ya un plan de rescate financiero para Venezuela, una vez deje el poder el actual presidente Nicolás Maduro.

Según señaló el alto funcionario, dicho plan podría costar alrededor de US$60 mil millones, y el objetivo del mismo sería la estabilización de la economía venezolana impactada por el actual modelo que ha implantado el gobierno del vecino país.

El Ministro dijo que "nadie sabe cuándo va a darse un cambio de gobierno en Venezuela (actualmente liderada por el presidente Nicolás Maduro) pero tenemos que estar preparados para eso".

Recalcó que "el objetivo es la estabilización macroeconómica" de Venezuela.

Reafirmó que el costo de este fondo, por US$60 mil millones, está "basado en un nivel mínimo de importaciones para Venezuela, tiene que poder importar para abastecer su agricultura y su industria, y sus bienes de consumo, para asegurar una dieta básica".

Expresó que Venezuela enfrenta una profunda crisis económica que le ha hecho perder la mitad de su Producto Interno Bruto (PIB), desde 2013 y sufre además de una hiperinflación que ha provocado la escasez de alimentos y medicinas. "Estamos viendo una espiral que como todas las hiperinflaciones terminará mal", advirtió.

El funcionario recodó que "hasta ahora Colombia lo ha hecho con sus propios recursos y presupuestos, pero ya empieza a haber problemas fiscales, porque estamos hablando de números muy grandes que requieren servicios de salud, educación, asistencia para su alimentación".

Otro de los temas que abordará el Ministro, durante las reuniones de primavera del FMI y del Banco Mundial será el ingreso de Colombia a la OCDE.

Comercio libre

A su turno la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Cristine Lagarde, insistió en que no se debe comprometer el ambiente global de comercio e inversiones, a los que definió como dos "motores" del crecimiento.

"El crecimiento está siendo impulsado por las inversiones y por el comercio. ¿Por qué comprometer estos dos motores?", expresó la ejecutiva, en referencia a las crecientes tensiones comerciales, especialmente promovidas por EU y que encontraron una firme respuesta en China y la UE.

Aún en un escenario de marcados desacuerdos generados por las características del intercambio comercial, dijo Lagarde, los países deben mantener cautela de no resquebrajar un sistema que hasta ahora ha funcionado.

En una conferencia de prensa al inicio de las reuniones de la primavera boreal, en Washington, Lagarde advirtió que si las tensiones comerciales entre EU y China derivan en una guerra generalizada de tarifas y barreras, no habrá vencedores.

De acuerdo con Lagarde, un escenario de guerra comercial no afectará solamente a las economías de EU y China sino "a todos los países", ya que se trata de un sistema "interconectado".

Dijo que el impacto directo de una guerra comercial en el crecimiento económico no es "sustancial", pero en cambio provocaría una "erosión generalizada de la confianza", que a su vez tendrá consecuencias directas en las inversiones.

Para Lagarde, "la cooperación internacional ha servido muy bien durante muchos años y permitió más progreso para más gente que en cualquier otro momento de la historia", pero sin embargo, ese escenario ahora "está siendo cuestionado, especialmente en lo que se refiere al comercio".