Colombia, séptimo país en el mundo donde más han subido los alimentos | El Nuevo Siglo
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Jueves, 23 de Marzo de 2023
Redacción Economía

De acuerdo con el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Colombia es de los países del mundo donde los alimentos más han subido de precio, lo que explica por qué tantos hogares gastan el mismo dinero, pero les alcanza para menos mercado.

De acuerdo con el organismo, Colombia es el séptimo país del mundo donde la inflación de los alimentos ha sido más alta en 2023, con un incremento del 26,2%.

Por encima de Colombia están Turquía (71%), Hungría (46.9%), Lituania (33.2%), Letonia (28,2%), Eslovaquia (27,5%) y Estonia (27,4%).

Sin duda en el país cualquier ciudadano o familia del país puede evidenciar el incremento en el costo de vida y especialmente de los alimentos.

En el último informe del DANE sobre la inflación para febrero de 2023 la tasa fue del 13, 28%, evidenciando un leve aumento en comparación con el mes de enero cuando se ubicó en el 13,25%.

Esa entidad precisó que esta cifra aumentó 5,27 puntos porcentuales frente al dato reportado en febrero del 2022, cuando fue del 8,01%.

De acuerdo con el DANE, "el comportamiento mensual del IPC total en febrero de 2023 (1,66%) se explicó principalmente por la variación mensual de las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Educación. Las mayores variaciones se presentaron en las divisiones Educación (8,50%) y Muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar (2,04%)".

La lista de los alimentos que más subieron de precio en febrero de 2023 frente al mismo mes del año pasado, la encabeza la arracacha, ñame y otros tubérculos (103,90 %), la cebolla (75,78 %) y los plátanos (48,84 %). La única disminución de precio se reportó en la subclase papas (-1,69 %).

En el último mes, los mayores incrementos de precio se registraron en las subclases moras (9,88 %), naranjas (8,61 %) y frutas frescas (7,49 %). Ocho subclases bajaron de precio, entre otros, la yuca (-6,7 %), el tomate (-6,36 %) y las papas (-1,71 %).

Impacto

De otro lado, un informe de Corficolombiana, titulado “Alivio en inflación de alimentos 2023: Diagnóstico y perspectivas”, se reconoce el fuerte impacto de los insumos importados en los precios históricamente altos de los alimentos que se registraron en 2022 y se plantea la inflación estimada que tendrían en 2023.

Si bien la entidad financiera dice que en 2023 hay “riesgos al alza” que podrían empujar la inflación de los alimentos, entre los que se encuentran factores climáticos desfavorables, una mayor devaluación del peso y el cierre de vías por razones sociales o de desastres naturales, también se muestra optimista frente a lo que pueda ocurrir.

Por una parte, la entidad hace eco de las estimaciones del Banco Mundial, según las cuales el encarecimiento de los principales insumos analizados va a desacelerarse durante el año.

Asimismo, Corficolombiana ve factores internos que favorecerían una menor inflación. Uno de ellos consiste en que se espera que el fenómeno de la Niña cese en marzo, lo que beneficiaría la producción de alimentos en Colombia. Para la entidad, otro de estos factores es la reforma tributaria, que tendría “un impacto adicional de 2% sobre la inflación de alimentos en noviembre y diciembre de 2023”.

El mundo

De otro lado, el informe de la OCDE, señala que, a raíz de la mejora de la confianza de las empresas y los consumidores, la caída de los precios de los alimentos y la energía y la reapertura de la economía china, las últimas perspectivas económicas provisionales proyectan un crecimiento mundial que alcanzará el 2,6 % en 2023 y el 2,9 % en 2024.

Se prevé una inflación general retroceda gradualmente hasta 2023 en la mayoría de los países del G20, del 8,1% en 2022 al 5, % en 2023 y al 4,5% en 2024.

Esto se debe a la entrada en vigor de una política monetaria más estricta, a la disminución de los precios de la energía tras un invierno suave en Europa y a los precios mundiales de los alimentos declinante.

Sin embargo, la inflación subyacente sigue siendo persistente, sostenida por fuertes aumentos en los precios de los servicios y las presiones de costos de los mercados laborales ajustados. Las presiones inflacionarias requerirán que muchos bancos centrales mantengan tasas de interés oficiales altas hasta bien entrado 2024.



Sostiene el organismo internacional que el crecimiento anual del PIB en los Estados Unidos se proyecta en 1,5% en 2023 y 0,9% en 2024 a medida que la política monetaria modera las presiones de demanda. En la zona del euro, se prevé que el crecimiento sea del 0,8 % en 2023, pero aumente al 1,5 % en 2024 a medida que disminuya el lastre sobre los ingresos por los altos precios de la energía. Se espera que el crecimiento en China se recupere al 5,3 % este año y al 4,9 % en 2024.

Perspectiva

“La perspectiva actual es un poco más optimista que nuestras previsiones anteriores, aunque la economía mundial sigue siendo frágil”, dijo el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. “Algunos riesgos clave, como las perturbaciones persistentes a gran escala del mercado de la energía y los alimentos, se han mitigado por ahora, sin embargo, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, la persistencia de la inflación de los servicios, la turbulencia del mercado financiero y la disminución constante de las perspectivas de crecimiento subyacentes, podrían ser fuentes de mayor perturbación. Un apoyo fiscal más específico y reformas estructurales para reactivar el crecimiento de la productividad serán clave para optimizar la recuperación y las perspectivas de crecimiento a largo plazo”.

La OCDE señala que la mejora de las perspectivas se encuentra en una etapa inicial y que los riesgos siguen sesgados a la baja. La incertidumbre sobre el curso de la guerra en Ucrania y sus consecuencias más amplias es una preocupación clave. El impacto general de los cambios en la política monetaria es difícil de medir y podría continuar exponiendo las vulnerabilidades del sector financiero y bancario y dificultar que algunas economías de mercados emergentes paguen sus deudas. Las presiones en los mercados energéticos mundiales también podrían reaparecer, lo que daría lugar a nuevos picos de precios y mayores presiones inflacionarias.

La política monetaria debe mantener el rumbo hasta que haya señales claras de que las presiones inflacionarias subyacentes se reduzcan de manera duradera.

Para mitigar los precios

El apoyo fiscal debe ser prudente y debe centrarse más en los más necesitados para mitigar el impacto de los altos precios de los alimentos y la energía. Una mejor focalización y una reducción oportuna del apoyo general ayudarían a garantizar la sostenibilidad fiscal, preservar los incentivos para reducir el uso de energía y limitar el estímulo adicional de la demanda en un momento de alta inflación.

Es necesario reavivar los esfuerzos de reforma estructural para reactivar el crecimiento de la productividad y aliviar las limitaciones de la oferta. Mejorar el dinamismo empresarial, reducir las barreras al comercio transfronterizo y la migración económica y fomentar mercados laborales flexibles e inclusivos impulsaría la competencia, mitigaría la escasez de oferta y fortalecería las ganancias de la digitalización.