Colombia urge reformas para mejorar competitividad | El Nuevo Siglo
Foto cortesía
Miércoles, 6 de Noviembre de 2019
Redacción Economía

Con un aumento del 59% en los ingresos por habitantes y en la reducción de la pobreza del 50% al 27%, Colombia ha logrado avanzar en su competitividad en lo corrido de este siglo. Así lo refleja el último informe del Consejo Privado de Competitividad (CPC) 2019-2020.

La presidenta del CPC, Rosario Córdoba, dijo en la presentación de este reporte que “la competitividad es un asunto de largo plazo. Avanzar exige hacer reformas estructurales en beneficio del interés general. Reformas que en Colombia han sido aplazadas una y otra vez y que son necesarias para resolver problemas complejos que afectan la productividad, la inclusión y el desarrollo sostenible”.

Esta edición del informe, la decimotercera desde que se creó el Consejo Privado de Competitividad en 2007, coincide con avances de Colombia en los principales indicadores internacionales de competitividad.

En el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF), este año el país avanzó en 10 de los 12 “pilares de competitividad” asociados con la productividad; escaló tres posiciones en el escalafón y se ubicó 57 entre 141 economías y cuarto en América Latina.

Los indicadores

En el indicador del Instituto Suizo para el Desarrollo de la Gerencia (IMD) se observaron mejores puntajes en los cuatro “factores de competitividad”, lo cual permitió subir seis puestos en el ranking, para ubicarse 52 entre 63 países y tercero en América Latina.

Por su parte, en el Doing Business del Banco Mundial, aunque no fue posible mejorar en el escalafón -por saltos importantes de otros países-, Colombia mejoró en seis de las 10 “áreas de facilidad para hacer negocios”, aumentó su puntaje agregado y se mantuvo tercero en América Latina.

En su presentación, la Presidenta del CPC señaló que la competitividad es importante porque los datos muestran cómo los países más competitivos son a su vez los de mayores ingresos, equidad de oportunidades y satisfacción con la vida. Y es que la competitividad no es otra cosa que una visión multidimensional del desarrollo, que reconoce que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para la prosperidad. Por esto, es indispensable trabajar simultáneamente en diversos frentes, como lo son el fortalecimiento de las instituciones, la educación, la salud, el buen funcionamiento de los mercados, la innovación y el ambiente macroeconómico, entre otros.

Políticas públicas

Señala el análisis que los buenos resultados en 2019 se explican en parte por buenas políticas públicas que Colombia ha implementado en los últimos años. Se destacan la estabilidad macroeconómica y resiliencia de la economía, la mayor y mejor conectividad vial, la modernización del sector energético, las mayores coberturas en educación y salud, y la reducción de la informalidad laboral.

De acuerdo con la presidenta del CPC, “para consolidar los avances y lograr un desarrollo equilibrado y sostenido de crecimiento económico, equidad y sostenibilidad ambiental, es necesario emprender reformas estructurales. Avanzar requiere construcción colectiva, estrategia, liderazgo, voluntad política y continuidad. Esto es buena política pública”.

Asimismo, Córdoba se refirió a “los intolerables”. Así denominó a siete problemas estructurales de los cuales el país ha sido espectador, y que tienen enormes impactos negativos que además aumentan en el tiempo y que, a pesar de ser bien conocidos, no ha sido posible resolver.

Los “intolerables” están relacionados con problemas de las instituciones, la educación, el empleo, el sistema pensional, el comercio exterior, la sostenibilidad ambiental y las brechas entre territorios.

Es intolerable que Colombia ocupe el puesto 123 entre 141 países en el indicador de carga regulatoria del WEF; que por la baja calidad de la educación preescolar los niños no desarrollen las competencias cognitivas, sociales y emocionales necesarias para la vida; que Colombia tenga la segunda tasa de desempleo más alta de América Latina y casi la mitad de los ocupados en empleos vulnerables; que solo uno de cada cuatro colombianos en edad de jubilación reciba una pensión contributiva y que los subsidios vayan mayoritariamente a las personas de mayores ingresos; que 30 años después de la alegada apertura económica, el peso del comercio exterior en el PIB sea prácticamente el mismo; que este siglo se haya deforestado en Colombia un área que equivale al tamaño de Dinamarca; y que las brechas regionales sean tales que las oportunidades económicas dependen drásticamente de la región donde un colombiano nace, como también la probabilidad de morir por causas evitables.