Aunque cada industria tiene sus particularidades, todas comparten la necesidad de sistemas y procesos que funcionen sin interrupciones. Es por eso que la confiabilidad, definida como la capacidad de un sistema para desempeñarse de manera consistente bajo determinadas condiciones, proporciona el marco necesario para garantizar la continuidad operativa y minimizar riesgos.
De acuerdo con el empresario y experto en desarrollo industrial, Fernando Arias, “la confiabilidad ha emergido como un principio aplicable de manera universal, siendo esencial para el éxito de las industrias y teniendo una importancia transversal a todos los sectores, desde la manufactura hasta la salud, pasando por la tecnología y el transporte”.
El ingeniero mecánico resalta que “la confiabilidad no solo garantiza operaciones eficientes, sino que también refuerza la confianza de los clientes, los usuarios y los socios comerciales. Por ejemplo, en la industria de la salud, la confiabilidad en los equipos médicos es crucial para garantizar diagnósticos precisos y tratamientos efectivos. En el sector de la tecnología, los servidores y centros de datos confiables aseguran la disponibilidad de servicios digitales esenciales”.
Señala que “en la logística, vehículos y sistemas de transporte confiables permiten cumplir con plazos de entrega, fortaleciendo la cadena de suministro global. Sin embargo, implementar principios de confiabilidad implica algunos desafíos”.
Expone el experto que muchas organizaciones enfrentan barreras similares, como la resistencia al cambio, la falta de inversión inicial en pequeñas y medianas empresas, y la escasez de personal capacitado para implementarla. Estos factores pueden limitar la adopción de estrategias proactivas, dejando a las empresas vulnerables ante fallos costosos y tiempos de producción muertos.
Otro reto común es la necesidad de integrar tecnologías avanzadas, como el Internet de las Cosas y la inteligencia artificial, en la infraestructura existente. Estas herramientas son esenciales para habilitar soluciones de mantenimiento predictivo y gestión eficiente, pero requieren un cambio cultural y operativo dentro de las organizaciones.