Consumo privado debe ser el motor de la economía colombiana: expertos | El Nuevo Siglo
EL CONSUMO privado nuevamente se perfila como el principal motor de la economía colombiana /Foto: AFP
Miércoles, 6 de Marzo de 2024
Redacción Economía

UN ESTUDIO desarrollado por el equipo de Análisis Económico de Deloitte, sobre el panorama del país y los desafíos que enfrenta este año para el crecimiento, indica que el consumo y la demanda de los hogares deben convertirse en elementos fundamentales para el Producto Interno Bruto.

“Tal como ocurrió en los años posteriores a la pandemia, el consumo privado nuevamente se perfila como el principal motor de la economía colombiana, potenciado, principalmente, por la disminución de la inflación y la reducción de las tasas de interés”, afirma Daniel Zaga, Director de Análisis Económico para Deloitte Spanish Latin.

Esta percepción del país, desarrollada en un contexto sobre las perspectivas económicas para la región Andina, “se perfilan con un horizonte marcado por las dificultades del escenario local y las oportunidades que representa el mercado global”.

Haga clic aquí para seguirnos en WhatsApp

Resiliencia económica

En el análisis desarrollado por investigadores de Deloitte, se destacan las fortalezas y oportunidades que podrían contribuir a la resiliencia económica de la región y explica que la economía colombiana en 2023 no creció lo esperado.

“En 2023, Colombia tuvo un crecimiento de 0,6%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). En 2022, el año cerró en 7,3%. Para 2024 se espera que esa cifra mejore levemente y se sitúe cercana a 1,5 %”, señalan los economistas.

Explican que “en primer lugar, tras alcanzar un pico de inflación del 13,3% en marzo de 2023, se anticipa una caída significativa en los primeros meses de 2024. En segundo lugar, el Banco de la República ha iniciado una tendencia a la baja en su tasa de interés, pasando de 13,25% a 12,75%, con pronósticos que apuntan a una tasa del 8% para finales de año. Esto podría estimular el crédito y, por ende, la compra de bienes durables (particularmente vivienda y vehículos), e impactar positivamente en la actividad económica”.

“Sin embargo, existen riesgos latentes. La principal debilidad es que el aumento en el consumo no impacte a la actividad productiva. En particular, hay tres ramas que se contrajeron en 2023, como son la construcción, la manufactura y el comercio. Estas actividades concentran aproximadamente un tercio de la población económicamente activa y si su reactivación no se consolida la tasa de desempleo, del 10% en diciembre, podría aumentar”, agrega Daniel Saga.

Por lo pronto, el mayor consumo debería impulsar a la manufactura y el comercio, puesto que son los principales proveedores de bienes. Sin embargo, queda pendiente saber qué va a pasar con la construcción. Para este último es importante que se mejore la ejecución de la inversión pública, ya que el componente más rezagado es la construcción de obras civiles.

Precisamente, en un diagnóstico por parte del Fondo Monetario Internacional para Colombia, el organismo dice que “se espera que el PIB real crezca un 1,3% este año a medida que las políticas macroeconómicas se normalicen gradualmente. Se espera que el consumo privado, actualmente por encima de los niveles observados antes de la pandemia, se modere este año a medida que los hogares se desendeuden y las condiciones del mercado laboral se suavicen, mientras que la inversión privada se recupere gradualmente, aunque se mantenga por debajo de los niveles prepandemia”.

Economía Mundial

Asegura el FMI en su informe, que “los riesgos para la economía mundial se han moderado, aunque permanecen elevados. Una intensificación de los conflictos geopolíticos alrededor del mundo podría endurecer aún más las condiciones financieras mundiales, perturbar las cadenas de suministro y elevar los precios mundiales de los alimentos, lo que afectaría negativamente las perspectivas de crecimiento de Colombia y aumentaría las presiones inflacionarias”.

Por otro lado, indican que, “a nivel interno, un fenómeno de El Niño más fuerte de lo previsto también podría obstaculizar la actividad económica y elevar la inflación. Una demanda privada más débil de lo esperado debido a unas condiciones financieras más duras y/o un mercado laboral más débil también representan riesgos a la baja para el crecimiento”.