La alerta del Banco de la República sobre la falta de liquidez del Gobierno generó en los mercados financieros del país incertidumbre y confusión, debido a que en menos de un año la caja del Gobierno se desplomó para poder cumplir con sus compromisos de gasto interno y también poniendo en riesgo el pago de la deuda.
Tanto es así que el saldo de los depósitos del Tesoro Nacional en el Banco de la República a inicios de abril cayó a un mínimo de $4,1 billones, cuando el saldo medio entre 2002 y 2022 fue de $25,9 billones para el mismo periodo. Incluso, el resultado de 2024 es bastante inferior al del año pasado, cuando el Gobierno contaba con $14,8 billones.
Con corte al pasado 10 de mayo, el saldo de recursos del Tesoro Nacional en el Banco de la República cayó a $3 billones, muy por debajo de los $31 billones que había un año atrás.
Sin embargo, esta situación, de acuerdo con lo establecido por EL NUEVO SIGLO, está mejorando en los últimos días, hasta el punto que los ingresos han subido a casi $9 billones debido al pago del impuesto de renta, como es normal en el mes de mayo de cada año.
Sin embargo, para las finanzas del país es critica la situación, ya que varios analistas consultados por este diario señalan que se debe a la demora del Gobierno de solicitar al Congreso la ampliación del cupo de endeudamiento, lo que ha sido normal en las últimas administraciones.
Pero, ¿cómo se llegó a esta situación?
Desde el presupuesto
El exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry dijo a EL NUEVO SIGLO que “mi interpretación es que esto viene desde el presupuesto de 2024 y el plan financiero, hechos a finales de 2023. Allí se sobreestimaron los ingresos en cerca de $26 a $30 billones por cuenta de supuestos 'litigios por ganar' y 'eficiencia de la DIAN'. Esos dos rubros estaban tremendamente sobreestimados. Con eso se elaboró un presupuesto de gastos”.
Considera Echeverry que “adicionalmente, no se tuvo en cuenta que las utilidades de muchas empresas iban a caer y desaparecer y esa es la base del impuesto de renta. Para mayo se ve que esas tres cosas no se van a cumplir, lo cual reduce el recaudo; y de otro lado, el Gobierno se compromete con nuevo gasto casi semanalmente, mantiene los costosísimos subsidios a la gasolina y paga intereses cuantiosos de la deuda. Menos ingresos y más gastos dan una desaparición de la caja”.
Por su parte el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, dijo a este diario respecto a la situación de liquidez que “las cifras son que a abril la caja del Gobierno estaba por debajo de los $10 billones y usualmente debería estar alrededor de los $30 billones. Hay dos factores que explican esa baja liquidez: primero, los ingresos tributarios han estado sistemáticamente por debajo de la meta, es decir, no se han cumplido las previsiones y eso implica menor caja para el tesoro. Segundo, hay una concentración importante de amortizaciones de deuda en este año, que también han presionado la caja del Gobierno”.
Sostiene Mejía que “resolver esto pasa por aumentar el ritmo de recaudo, especialmente a través de medidas antievasión y antielusión, y hacer operaciones de reperfilamiento de la deuda pública, que logren desconcentrar las amortizaciones de la deuda del corto hacia el mediano plazo”.
Los gastos creciendo
Al mismo tiempo, el exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo dijo que “son varias las razones por las cuales la situación de liquidez del Gobierno, o sea de caja, se ha estrechado tremendamente en los últimos días. La primera de ellas es que los gastos vienen creciendo a un ritmo superior al de los ingresos tributarios. Mientras los gastos están creciendo al 20 %, los ingresos tributarios apenas lo están haciendo al 4 %. Esto se debe a que el Gobierno está montado en un carrusel frenético de gastos y por el bajo comportamiento de la economía los impuestos no han respondido a las expectativas que se tenían”.
Asegura que “el recaudo estaba sobreestimado, puesto que esperaban conseguir recursos de los llamados tribunales de arbitramento tributario, que no han aprobado la ley respectiva. Con eso esperaban conseguir $11 billones, que no los conseguirán en este ejercicio. Por eso el Gobierno, ante esta situación, se está teniendo que endeudar a niveles muy altos. Está pidiendo que le aumenten el cupo de endeudamiento y está también anunciando que va a presentar una propuesta para flexibilizar la regla fiscal, que no es otra cosa que pedir autorización para endeudarse más y más. Esto es preocupante, porque el comportamiento de las finanzas públicas no permite que se siga con este plan de gastos, en que todos los días se anuncian nuevos rubros y nuevos subsidios y los ingresos tributarios van para abajo. Sería muy grave que entráramos en una espiral de endeudamiento y por eso es que se han prendido las alarmas en este sentido en el país”.
Pobre escenario
Consultado sobre esta misma situación, el también exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, actual rector de la Universidad EIA, señaló que “el país está llegando a una situación crítica de caja, al punto que comparativamente con el promedio histórico, está cayendo en un 85 %. Por estas fechas siempre teníamos en caja disponibles cerca de $26 billones. Hoy solamente tenemos cuatro billones y eso es el resultado de cuatro cosas. La primera de ellas, un escenario de crecimiento muy pobre, muy exiguo, con cuatro trimestres cercanos al 0 %; la inversión privada con cinco trimestres decreciendo y sectores claves de la economía con caídas en el crecimiento de varios meses: industria, comercio, vivienda, servicios, restaurantes. Hay una acumulación de más de dos recesiones seguidas en la inversión privada en el país. Todo eso que genera menor recaudo, entonces, si hay menos recaudo, hay menos disponibilidad de caja”.
Sostiene Restrepo, como segunda razón, que “el gasto primario está creciendo de manera sustantiva a pesar de que ha habido mala ejecución; el gasto primario está creciendo al 22 %, mientras que los ingresos de recaudo tributario están creciendo solo al 4 %, entonces evidentemente ahí hay una problemática muy complicada y es que hay un ejercicio de derroche, sobre todo en gasto burocrático, que está generando presiones de caja. Tercera razón, porque se contemplaron unos ingresos tributarios que claramente no se iban a lograr y porque no se tenía sustento legal. Es el caso de los arbitramentos de litigios y ahí también hay una menor capacidad de recaudo fiscal, porque no se están cumpliendo metas. Simultáneamente con esto, como cuarta razón, el Gobierno se demoró en presentarle al Congreso de la República el aumento del cupo de endeudamiento internacional, que es el que le permite financiarse a través de bonos internacionales, entonces le ha tocado acudir al endeudamiento interno de TES, pero no es suficiente. Creo que ahí hay algunas de las razones por las cuales estamos viendo este menor nivel de caja de la Nación en este momento”.
Cupo de endeudamiento
El exministro dice que lo que se debe hacer es “lograr la aprobación del cupo de endeudamiento al Congreso de la República, explicándole bien por qué se necesita ampliar ese cupo. Además, es un procedimiento que se hace cada tres o cuatro años, que es normal hacerlo explicando muy bien la circunstancia en que nos encontramos en materia de caja y cómo a través de una emisión de bonos internacionales podríamos solventar partes de esa problemática”.
Asimismo, Restrepo recomienda al Gobierno desarrollar “una política fuerte de congelamiento y gasto público, reducir gastos innecesarios, inversiones innecesarias, para tratar de disminuir el crecimiento del gasto primario; por lo menos al ritmo al cual están creciendo los ingresos fiscales. Hay que hacer la política de reactivación económica y trabajar con el sector privado, enviándoles señales de confianza, pero también trabajar con ellos en estrategias puntuales que permitan que la economía supere el escenario de estancamiento en el que nos encontramos en los últimos cuatro trimestres en el país”.
La emergencia económica
Por su parte, el experto académico y analista del Observatorio Fiscal de la Universidad del Rosario, Henry Amorocho, dijo a EL NUEVO SIGLO que “la situación de caja del Gobierno ha mejorado en los últimos días, hasta el punto que esta semana llegó a $9 billones por el pago del impuesto de renta, como ocurre todos los años en mayo”.
Respeto a los llamados del Gobierno sobre el cupo de endeudamiento, señala que “el proyecto ya se radicó con mensaje de urgencia y se espera que se nombren los ponentes y se haga la discusión”.
Sostiene el experto que “el ministro de Hacienda debe exponer sus justificaciones de por qué se está pidiendo ese monto, que es bastante alto, ya que son US$17.500 millones y desde luego el Gobierno tendrá que argumentar con qué piensa pagar eso”.
Sobre el anuncio del presidente Petro de acudir a una emergencia económica por una cesación de pagos, el analista sostuvo que “no habría lugar a solicitar un estado de emergencia económica sobre una situación que no se va a presentar este año, porque eso está financiado ya con presupuesto de este año. Toca esperar que el Congreso de la República haga el debate y se lleve a cabo en el escenario que es el de la deliberación en el Congreso. Pero no creo que haya una cesación de pagos ni mucho menos que haya las condiciones para invocar un estado de emergencia económica, porque Colombia no lo tiene en este momento”.
Asegura Amorocho que “hablar de estado de emergencia económica genera expectativas muy negativas y genera incertidumbre en los mercados y desde luego puede traer consecuencias en la tasa de cambio, pero los efectos se van a ver más la próxima semana”.
La regla fiscal
A su vez, el director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, Oliver Pardo, dijo sobre el problema de caja que “hay que diferenciar dos temas: uno es el cupo endeudamiento y otro el cumplimiento de la regla fiscal. El cupo de endeudamiento es un tema normal, dado que cada cinco años el gobierno tiene que pedir un aumento en su cupo. Esto no tiene nada de extraordinario y no debería ser causa de ningún tipo de traumatismo”.
Argumentó el catedrático y analista que “el tema grave es el cumplimiento de la regla fiscal, que es lo que sí está afectando el problema de caja. Entonces, cuando hay un problema de caja no tiene que recurrirse a un mayor endeudamiento y es que ahora el Gobierno no puede cumplir con sus obligaciones y por lo tanto tiene que comenzar a hacerlo. Lo normal es que el Congreso sí autorice el cupo de entrenamiento y luego que se utilice bien ese cupo. Pero el verdadero problema es el cumplimiento de la regla fiscal y es que el endeudamiento adquirido por la pandemia nos está pasando factura”.
Además, sostiene Pardo: “El gasto ha aumentado de manera desmedida y el recaudo no está alcanzando, y otro problema y es que el recaudo estaba sobreestimado, dado que se esperaba que se recaudaran $15 billones por arbitrajes y ese ingreso tampoco se está materializando”.
Riesgo de cesación de pagos
Sobre las presiones del Gobierno al Congreso por el cupo de endeudamiento, el exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo argumentó a este diario que “es comprensible que el Gobierno urja al Congreso para que apruebe la ley que amplía el margen de endeudamiento. Es un pulso frecuente que se ve en la vida democrática y parlamentaria de los países europeos y en los Estados Unidos. Lo que resulta incomprensible son los argumentos que utiliza el presidente Petro para presionar a las comisiones económicas del Congreso. Amenazar que podríamos caer en cesación de pagos o en una emergencia económica si no se amplía el cupo de endeudamiento, es una manera bastante rudimentaria y burda de argumentar”.
Asegura Restrepo que “la amenaza de que podríamos entrar en cesación de pagos, lo único que logra es asustar a los mercados (como ya sucedió), enlodar sin necesidad la credibilidad de Colombia e inducir a que nos cobren más altas tasas de interés los bancos a los que les vamos a solicitar más créditos. Y amenazar con una emergencia económica si no se amplía el cupo de endeudamiento, no es menos desacertado. Los estados de excepción constitucional no existen para que el Ejecutivo presione al Legislativo, utilizándolos como arma arrojadiza para amedrentar al Congreso”.