Un llamado urgente a un cambio estructural que impulse la reducción de las desigualdades económicas y sociales que afectan a los grupos poblacionales en situación de pobreza lanzó Oxfam a través del estudio "Econonuestra: informe de desigualdad en Colombia".
El informe identifica que los problemas estructurales como la dependencia excesiva del sector primario, la informalidad en el mercado laboral y las profundas desigualdades sociales aún persisten.
De igual manera, el documento señala que para el 2023, en el país, 16,7 millones de personas se consideraron pobres afectando en gran medida a los grupos sociales en mayor vulnerabilidad. Tal es el caso de las mujeres con un 31,3 %, mientras que los hombres alcanzaron el 30,7 % de pobreza.
A partir de 2020, estos desafíos se han intensificado como un efecto colateral de la pandemia de covid-19, incluyendo la pérdida masiva de empleos, la presión sobre los sistemas de salud y educación ya debilitados, un bajo crecimiento económico y un aumento significativo de la deuda pública.
A estos desafíos se suman la crisis climática y la transición demográfica. Se estima que los impactos del cambio climático podrían reducir el PIB per cápita regional entre un 5 % y un 10 % para 2030, exacerbando la pobreza extrema.
Impacto social y económico
La pobreza ha venido afectando en mayor grado a la población indígena, donde su incidencia fue de 64,6 % en las mujeres y de 62,5 % en los hombres, mientras que la pobreza extrema fue de 39,9 % en las mujeres y de 39,4 % en los hombres. Para la población negra, palenquera, afrodescendiente y raizal, la pobreza alcanzó el 48,8 % en las mujeres y el 45 % en los hombres; y la pobreza extrema fue de 21,5 % en las mujeres y de 19 % en los hombres.
“Cuando consideramos factores como ser mujer, vivir en zonas rurales o ser afrodescendiente o indígena, notamos que la pobreza y la extrema pobreza aumentan. Es decir, ciertos grupos enfrentan mayores dificultades económicas y sociales debido a las condiciones de discriminación histórica que ha sufrido esta población”, explica Marcela Prieto, directora ejecutiva de Oxfam Colombia.
Por otro lado, el informe destaca cómo los sistemas fiscales en la región perpetúan esta desigualdad. Con una recaudación promedio del 21,7 % del PIB regional, significativamente menor al promedio del 32,4 % en países de la OCDE, los impuestos recaen principalmente sobre el consumo, afectando desproporcionadamente a los hogares de menores ingresos.
En los últimos diez años, para Colombia los ingresos tributarios han permanecido estancados sobre el 19 % en puntos del PIB, es decir, con 14,3 p.p. menos que el promedio de las economías integrantes de los países de la OCDE, lo que refleja que se dejaron de invertir US$50.895 millones en políticas sociales, infraestructura pública y demás necesidades de la población.
Para superar los efectos pospandemia de la pobreza y desigualdad en Colombia se necesita una movilización sin precedentes de recursos públicos dirigidos a las personas en situación de vulnerabilidad para reducir las brechas de desigualdad.
Recomendaciones
Oxfam Colombia presenta en su informe cuatro recomendaciones para cerrar las brechas de desigualdad a través de medidas fiscales justas:
- Establecer un impuesto a la riqueza extraterritorial no declarada de los hogares más ricos de Colombia.
- Hacer un ajuste profundo que reduzca a la mitad los incentivos tributarios para las grandes corporaciones.
- Constituir tarifas marginales a la renta corporativa para pequeñas y medianas empresas.
- Reducir las pérdidas tributarias resultantes del uso de guaridas fiscales, por medio de la coordinación tributaria internacional y de medidas regulatorias por el control del traslado de estos beneficios.
“La generación de nuevos impuestos que promuevan la progresividad y promuevan el alcance de mayores recursos debe estar orientada al grupo social y sector económico que mayores ingresos tiene. De este modo, el Estado será garante de la justicia fiscal, sostenibilidad económica y financiera del país”, afirmó Sandra Patricia Mojica Enciso, directora de influencia de Oxfam Colombia.
Por último, señalan que la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc-EP presenta uno de los más grandes retos: el crear unas condiciones sociales y económicas para romper con el ciclo histórico que ha perpetuado las desigualdades y las fuentes de violencia, desplazamiento interno y conflicto en el país, con garantías plenas de acceso a la justicia para las víctimas.