En el inmediato futuro Colombia no exhibe amenazas que puedan llevar en el corto plazo a una situación de crisis macroeconómica. Así lo señaló la Junta Directiva del Banco de la República, que de todos modos advierte que “la forma en la que se ajuste el país a la normalización de la política monetaria en las economías desarrolladas será determinante en el futuro. En particular, el costo de financiamiento externo tenderá a incrementarse, por lo que la posición del país frente al resto del mundo será una consideración clave para las decisiones de la autoridad monetaria en los meses siguientes”.
Asimismo, en la última reunión de los directivos, informaron sobre la adopción de un mecanismo que permitirá acumular gradualmente reservas internacionales. Este operará a través de la subasta de opciones PUT que tendrán una vigencia de un mes. Dichas opciones darán a sus poseedores el derecho de vender dólares al Banco de la República a la tasa de mercado, siempre y cuando la TRM vigente esté por debajo de su promedio móvil de los últimos 20 días hábiles.
Esto permite que el Emisor no compre dólares en momentos en que el peso esté experimentado una tendencia de devaluación. Las subastas se llevarán a cabo todos los meses por un monto que se anunciará en cada convocatoria. Señalan los directivos que la prima a pagar será determinada a través del mecanismo de precio único.
Nivel objetivo
Vale la pena resaltar que la Junta no definió un nivel objetivo de reservas a acumular ni una duración específica para el programa. También aclaró que el esquema no interferirá con la postura de la política monetaria.
Esto quiere decir que si la acumulación de reservas tiende a alejar las tasas de corto plazo de la tasa de referencia el Emisor, esterilizará las intervenciones. Tal esterilización podrá darse a través de operaciones repo o venta definitiva de títulos.
La principal razón que esgrimió la Junta para incrementar el monto de las reservas internacionales es prepararse ante la eventualidad de una disminución o finalización de la línea de crédito flexible que tiene Colombia con el Fondo Monetario Internacional.
Esta línea, que le da acceso al país a una suma de hasta US$11.000 millones en situaciones de estrés externo, fue renovada en mayo pasado por un periodo de dos años. La intención de la autoridad monetaria de fortalecer el colchón externo del país es relevante, dada la perspectiva de que las economías emergentes continúen expuestas a los efectos negativos que pueden traer las decisiones de política de los bancos centrales de los países desarrollados.
En particular, al aumento de la tasa de los fondos federales y a la reducción de la hoja de balance de la Reserva Federal puede sumarse en los próximos meses el fin de programa de compras de activos del Banco Central Europeo. Dichas decisiones pueden deteriorar las condiciones financieras globales y encarecer el costo del financiamiento externo.
Esto constituye un riesgo significativo para Colombia, por cuanto el país sigue manteniendo uno de los déficits en cuenta corriente más elevados en el mundo emergente. Por lo tanto, es razonable contar con mecanismos que fortalezcan la posición de liquidez externa la economía.
Desde la adopción del esquema de inflación objetivo el Banco de la República ha hecho uso de las opciones sobre el dólar tanto para cambiar el nivel de las reservas internacionales como para mitigar la volatilidad de la tasa de cambio. En particular, las opciones PUT de acumulación de reservas se subastaron mensualmente entre noviembre de 1999 y septiembre de 2002. Luego se hicieron esporádicamente subastas hasta agosto de 2004. Finalmente, en el primer semestre de 2008 se llevaron a cabo las últimas ventas de estos contratos.
En promedio se terminó ejerciendo el 57% de todo el monto subastado, el cual ascendió a US$5.174 millones.