El valor de la tasa de cambio oscilará entre $3.280 y $3.310 de acuerdo con las previsiones de los analistas y ante un incremento en la demanda de la moneda por las vacaciones de los colombianos
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Pese a los altibajos en el comportamiento de la tasa de cambio en septiembre y octubre, debido principalmente al impacto del conflicto comercial entre Estados Unidos y China, se considera que el dólar mantenga cierta estabilidad al final del año.
Se considera sin embargo que durante este lapso la moneda reciba fuertes presiones sobre todo por la alta demanda con la celebración de la temporada de vacaciones en que los colombianos demandan más dólares para viajar al extranjero.
El peso colombiano fue la moneda con mejor desempeño frente al dólar en los últimos meses. Luego de haber alcanzado su nivel más alto históricamente en septiembre, la moneda encaminó una senda levemente bajista que se acentuó hacia finales de octubre y comienzos de noviembre como resultado de un tono más positivo en los mercados financieros.
A este movimiento se le sumó el anuncio por parte del Banco de la República respecto a dar por finalizado su programa de acumulación de reservas, el cual había estado suspendido desde mayo. Con esto, el peso logró alcanzar un mínimo de $3.296, nivel que no visitaba desde julio de este año, y una valorización de 4,5% frente al dólar.
Según los investigadores del Bancolombia, “esperamos que en los próximos meses la tasa de cambio promedie un nivel cercano a los $3.330. En virtud de que el precio del crudo mantendrá un comportamiento no tan favorable, el dinamismo de flujos de portafolio a nuestro país no se recuperará y es posible que el dólar a nivel global continúe muy cerca de sus niveles actuales resultado de posibles choques de volatilidad, prevemos que la tasa de cambio cierre el año con un promedio de $3.280 y se mantenga muy cerca de los $3.310 el próximo año. Esto supone una depreciación nominal de 10,9% y de 0,9%, respectivamente”.
Los impactos
Por su parte en las previsiones del BBVA, se precisó que el dólar cerrará 2019 con un valor de $3.388, mientras que para 2020 disminuirá hasta $3.370. “El impacto de la tasa de cambio en la inflación ha sido bajo y todavía se podría esperar un efecto adicional", dice el informe.
Asimismo indicó que para el próximo año no se prevén cambios en el panorama del riesgo global que "gobierna" los mercados locales y pronostica un leve deterioro en el precio del petróleo.
Con respecto a las tasas de interés, el BBVA vaticina que estas se mantendrán estables en 4,25% para lo que resta de 2019 y para 2020, aunque en 2021 se podrá evaluar un pequeño incremento.
"El Banco de la República deberá sortear un escenario marcado por un tipo de cambio al alza y en niveles máximos que han afectado hasta el momento de manera parcial la inflación al consumidor", se lee.
El comportamiento
Entre enero y octubre la tasa de cambio en pesos por dólar se ubicó en promedio en $3.239, registrando una depreciación de 12,2% con respecto al mismo periodo de 2018 y de 9,6% con respecto al promedio registrado en todo 2018.
Este comportamiento estuvo explicado principalmente por la intensificación de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, y la fuerte depreciación del yuan. “Con base en lo anterior y teniendo en cuenta el comportamiento reciente de la tasa de cambio, revisamos al alza nuestro pronóstico de tasa de cambio de $3.180 a $3.280 para 2019 y de $3.200 a $3.350 para 2020”, dice BBVA.
El escenario de 2019 está sustentado en la continuación de la incertidumbre externa, la mayor desaceleración económica mundial, el menor apetito por riesgo y el aumento en la demanda por dólares en un contexto donde la economía estadounidense se está desacelerando menos que otros países, especialmente comparado con la Zona Euro, en donde se espera una mayor debilidad de su moneda producto de los estímulos monetarios del Banco Central Europeo.
“Así mismo, se espera que los recortes en la tasa de interés de la FED compensen una parte de estas presiones al alza. Para el 2020 estimamos que la tasa de cambio continuará depreciándose, debido a un entorno internacional adverso, a los menores precios del petróleo y a un yuan más débil en medio de la desaceleración de China. Sin embargo, este pronóstico está sujeto a nuevos episodios de volatilidad y aversión al riesgo, por ejemplo, provocados por mayores tensiones comerciales entre Estados Unidos y China”, señalan los expertos del Bancolombia.
Los mercados
De otra parte, Daniel Felipe Lombana, analista de estudios económicos de Acción Fiduciaria, señaló que “desde que inició esta guerra comercial se ha mantenido el mismo ciclo, ya que primero Estados Unidos anuncia medidas contra China, lo que causa temor en los mercados y los activos de riesgo pierden valor. Luego, China incrementa el nivel de las tensiones al tomar retaliaciones, lo que genera más incertidumbre. Después se conocen acercamientos entre los dos gobiernos, que incrementan la esperanza de un acuerdo, lo que impulsa las compras en activos de riesgo y en emergentes (…) Nos encontramos en esta última parte del ciclo, por lo que hemos percibido valorizaciones en la moneda colombiana”.
Un segundo factor son los precios del petróleo. Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa, señaló que ante estos aumentos en el crudo y por aversión al riesgo, los inversionistas han buscado adquirir activos refugio como Tesoros y dólar.
“Si suben el petróleo y el dólar no es muy positivo, porque aumenta el precio de la gasolina y se generan presiones inflacionarias. Sin embargo, esta afectación por el lado de la oferta sería de corto plazo, ya que Trump dijo que podría liberar reservas de emergencia de Estados Unidos y otros productores de crudo han dicho que hay suficientes reservas almacenadas para compensar el déficit saudí (que es 5% de los suministros mundiales)”, expresó.
Cabe mencionar que la correlación inversa que existía entre el dólar y el petróleo, en la que cuando uno aumentaba el otro disminuía, se perdió. Raúl Moreno, director de estrategias de Mercado de Global Securities, explicó que esto se debe a que las exportaciones de crudo han perdido participación en las exportaciones totales y a que otros productos que se venden al exterior han cobrado más importancia.