Por Gustavo Veloza Posada
Periodista de EL NUEVO SIGLO
MÁS ALLÁ de pensar en candidaturas presidenciales, el exministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas está recorriendo el país, para comprobar una realidad. Se trata de palpar entre la población y lejos de las grandes capitales, una situación real de la gente, de la forma cómo los está golpeando la situación económica.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, Cárdenas señaló que en las regiones pudo comprobar que el país necesita un acuerdo en lo fundamental, porque el que propuso el presidente Gustavo Petro no quedó en nada. A juicio del exministro, el país requiere un acuerdo con tres puntos esenciales: que haya garantías para las elecciones del 2026, revisar la política de paz y desmontar reformas como la de salud y servicios públicos que afectan a la población.
EL NUEVO SIGLO: Últimamente lo hemos visto muy activo en medios, visitando regiones y acercándose a la gente. ¿Podríamos esperar una candidatura presidencial de cara al 2026?
MAURICIO CÁRDENAS: No es el momento de hablar de candidaturas presidenciales, por lo menos en mi caso personal. Quiero aportar ideas y movilizar sectores por fuera de la política tradicional hacia la unión. Lo que corresponde ahora es exigirle al gobierno resultados, gestión y avances concretos. Hay que evitar una debacle antes del 2026. Esa es la prioridad. Aún falta mucho para el 2026. No es el momento de candidaturas que dividen. Es el momento de propuestas que unan para evitar que caigamos por el precipicio. En 2026 puede ser tarde.
El costo de vida
ENS: ¿Qué opina sobre que las tasas de interés y la inflación estén bajando, pero la gente del común, la que va a hacer mercado, no está sintiendo eso?
MC: Que la inflación sea baja no quiere decir que los precios están bajando. Los precios se quedaron arriba. Y a la gente no le alcanza la plata porque los precios subieron y no han bajado, están subiendo, ahora a un menor ritmo, pero siguen subiendo. O sea, nada bajó de precio y, por lo tanto, el bolsillo de los colombianos sigue muy apretado. Entonces, eso es una ilusión óptica, pensar que porque está bajando la inflación van a bajar los precios. No, los precios no bajan, los precios siguieron arriba. A la gente no le alcanza para el mercado. Los servicios públicos subieron, el arriendo subió, el transporte subió.
ENS: ¿Qué política se debería desarrollar para que efectivamente baje el costo de vida?
MC: Es que tenemos un gran problema. El aumento del costo de vida se debió en muy buena parte a que en el país subió muy fuertemente el dólar en un momento dado y nosotros tenemos una economía que, si tuviéramos un motor más, digamos potente y estuviéramos en una situación económica de más dinamismo, más crecimiento, sobre todo exportaciones, pues el dólar podría bajar y con eso bajan todos los precios. Si baja el dólar en Colombia baja todo, baja la comida, bajan los electrodomésticos, baja el combustible, baja todo. Pero si la economía no se maneja bien, el dólar sube.
El gran acuerdo
ENS: ¿Quedó en nada el gran acuerdo que propuso el presidente Petro?
MC: Ese acuerdo ya quedó desfasado, no se hizo. Yo creo que el presidente nos está demostrando que no tenía realmente intención, que menciona el tema del acuerdo como parte de una estrategia política, pero sin realmente una intención real de volverlo en un escenario para que haya una negociación sobre unos puntos mínimos. Entonces, yo creo que el país sabe que eso fue más bien un tema de retórica.
Yo estoy convencido de que el país necesita un acuerdo y si no lo hace ahora lo va a hacer para el 2026. Mientras más se demore este gobierno en hacerlo, peor le va a ir porque debe ser un acuerdo muy básico.
ENS: ¿Qué debería tener ese acuerdo?
MC: A mí me parece que el acuerdo debe tener tres puntos: el primero, garantizar que haya elecciones; sí, eso quiere decir que haya presupuesto y que haya garantías electorales, y que haya seguridad en el país para hacer elecciones 2026. Punto número dos: que el Gobierno revise completamente la política de paz total, porque eso nos está generando muchos problemas de inseguridad, narcotráfico, aumento de la presión de estos grupos al margen de la ley, muchos de los cuales son organizaciones delictivas.
Otro punto para mí del Acuerdo Nacional es no seguir adelante con una serie de reformas que son totalmente contraproducentes para Colombia. Por ejemplo, la reforma a la salud, la reforma que han anunciado a los servicios públicos domiciliarios. Entonces, pondría decir que esos tres elementos en el Acuerdo Nacional y sobre esos mínimos, pues armar los consensos, Pero creo que el Gobierno no tiene la intención de hacerlo realmente.
Problemas fiscales
ENS: ¿Cómo es su propuesta intermedia sobre los problemas fiscales que dejaría el Sistema General de Participaciones?
MC: La hice antes de que se votara esta semana, diciendo esencialmente que sí hay que reforzar la descentralización, sí hay que aumentar los recursos que les llegan a las regiones, pero que se dé una señal desde el punto de vista de la Constitución, en el sentido de que se va a volver a un modelo en el que las transferencias sean un porcentaje de los ingresos corrientes de la Nación. Pero que por vía de ley se va a establecer cuál es ese monto y cuáles son las transferencias, las competencias que también se van a delegar en los gobiernos territoriales. Entonces, que sea una ley la que establezca el monto y la que establece las competencias y que esa ley se debe revisar cada diez años.
ENS: Ese proyecto ya está causando mucha incertidumbre en los mercados. ¿Cree que si se aprueba las firmas calificadoras van a extremar su posición respecto al país?
MC: Es un proyecto que es políticamente adictivo, pero económicamente radioactivo. Porque nadie puede −desde el punto de vista político− marginar de una medida que va a darle más plata a las regiones. O sea, ningún grupo de gobierno de oposición puede realmente marcar una distancia frente a este proyecto de ley que es totalmente adictivo y por eso se le acabó sumando todo el mundo.
Pero es económicamente radioactivo, ¿por qué? Porque empieza a generar unos daños que hacen que incluso antes de que entre en vigencia, se vuelva sumamente costoso. O sea, antes de que se materialicen los costos fiscales, ya estamos viendo, por ejemplo, dos consecuencias. Uno financiarse a la Nación le sale mucho más caro, ya le está saliendo más caro la emisión, y esta semana se encareció frente a lo que hubiera sido sin ese acto legislativo. Y dos, el Banco de la República no pudo bajar tanto las tasas de interés como habría podido por cuenta de eso. O sea, es políticamente adictivo, económicamente radioactivo. Y ya empezamos a ver los costos sin haber visto todavía ningún beneficio.
Crecimiento
ENS: ¿Qué piensa sobre el crecimiento económico este año?
MC: Pues no podemos celebrar que la economía en vez de crecer 1,6%, que era lo que estábamos proyectando, ahora el Banco de la República diga que es 1,9%. En todo caso, es un crecimiento muy pobre. No es un crecimiento que permita realmente mejorar de manera significativa las condiciones de vida en el país. Al país lo que le falta es un impulso grande a su crecimiento económico. Y yo me temo que realmente esa es una de las agendas que va a quedar postergadas para el 2026 por la razón más sencilla de todas, y es que para crecer se necesita de inversión y para que haya inversión se necesita confianza y en esto no hay confianza.
La politiquería
ENS: ¿Cree que todas esas reformas el gobierno las está impulsando, aparentemente con fines electorales?
MC: Entra en una categoría preocupante porque son decisiones que se tomaron con un criterio puramente electoral y con el 2026 en la mira. Con esto el ministro Juan Fernando Cristo busca tener una bandera de campaña para lanzarse a la presidencia en el 2026. Con esto, el presidente Petro busca quedar bien con gobernadores y alcaldes, sin él asumir ningún costo, porque eso lo van a pagar. Pero esa cuenta la va a pagar el próximo gobierno. Y con esto los congresistas buscan tener también el apoyo en las regiones.
¿Pero quién paga los platos rotos? Pagan los platos rotos los colombianos que tienen que comprar los productos importados con un dólar más alto, que ya lo estamos viendo esta semana a $4.400, pagamos los platos rotos los colombianos que tenemos que pagar los impuestos para tratar de cuadrar estas cuentas. Pagan los platos rotos quienes necesiten financiamiento a largo plazo, porque también se encareció el financiamiento de largo plazo en Colombia. O sea, los costos son muy grandes, pero están muy diluidos en mucha gente y los beneficios solo los reciben los políticos. Los beneficios son puramente politiqueros y los costos los asume todo el país.