A pesar de que en noviembre la tasa de inflación registró 0,10% sorprendiendo los cálculos de los analistas que predecían 0,19%, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría superar el 4% en el primer trimestre de 2020.
Así lo consideran los analistas del Bancolombia, quienes creen que para el cierre de año la inflación terminaría en 3,9%.
Sostienen que al tomar las cifras históricas del comportamiento de la inflación durante el último mes de cada año, “encontramos que la sorpresa bajista que implicó la lectura de noviembre tiene una incidencia moderada frente al escenario que planteamos en nuestra última actualización de proyecciones. A manera de ejemplo, nuestro escenario podría concretarse si la depreciación de la moneda lleva a que el ajuste mensual de los precios en diciembre sea ligeramente superior al observado al final de 2018 (0,3%), algo que luce factible”.
“En este sentido, consideramos que los siguientes meses serán retadores en materia de inflación. Esto, en la medida en que en nuestra senda prevista para el primer cuarto del 2020 esta variable desbordará el 4%, como consecuencia -principalmente- de una aceleración en la inflación básica, cuyo impulso será más que suficiente para diluir las presiones bajistas que pronosticamos en la canasta de alimentos”, agregaron.
Los intereses
Manifiestan los investigadores que “creemos que la lectura de inflación reciente se alinea con nuestra visión de política monetaria. Según esta, de manera precautelativa el Emisor realizará un ajuste de 25 puntos básicos en su tasa de referencia en la primera mitad del 2020, buscando atajar los riesgos alcistas que permanecen latentes en la inflación básica y, por consiguiente, en las expectativas de los agentes. En nuestro escenario base, este sería el primer paso en búsqueda de un nivel que deje la política monetaria en una postura neutral”.
Referente al comportamiento de la inflación en noviembre, dicen que “el IPC mensual de 0,1%, sorprendió de manera notoria nuestra proyección (0,19%) y la del mercado (0,16%). Además, la cifra fue inferior a la lectura promedio de la última década para el undécimo mes de cada año (0,12%)”.
Según los analistas, “esta sorpresa bajista se explicó porque, contrario a las expectativas, el precio de los alimentos disminuyó en noviembre. En concreto, la inflación de dicha canasta fue de -0,47%, como consecuencia de una caída en las frutas, el plátano, hortalizas y tubérculos. Por el contrario, la inflación básica (0,19%) se encontró en línea con nuestra perspectiva. El avance en este rubro se sustentó en el ajuste de los arriendos y de los servicios públicos de energía y gas”.
De este modo, en términos anuales la inflación descendió y se ubicó en 3,84%. Lo anterior resulta destacable considerando la tendencia alcista que ha predominado desde marzo y la cercanía de la inflación al límite superior del rango de tolerancia del Emisor.
Los precios
No obstante, en esta oportunidad la aceleración en el avance anual de los precios estuvo concentrado en la inflación básica (3,29%), mientras que, contrario a lo que ha ocurrido a lo largo del año, la inflación de los alimentos descendió (5,97%).
Por su parte la inflación en los regulados, “se presentó un avance mensual de 0,46%, sorprendiendo levemente al alza nuestra expectativa y explicando la mayor parte del resultado agregado. La razón detrás de este comportamiento fue el alza en la tarifa de la energía (1,25%) y el gas (2,2%), afectados por el comportamiento de la tasa de cambio y la sobretasa cobrada a los estratos más altos. Por su parte, la inflación anual del grupo se ubicó en 4,55%. Esto implicó una aceleración frente a su último reporte, dando un quiebre a una tendencia de corrección de cerca de 7 meses. De nueva cuenta, esto tiene una explicación en el mayor avance anual de los servicios públicos (energía 5,49% y gas 6,94%), que atiende a los factores anteriormente descritos”.