A pesar del crecimiento de la economía de 3,3% en septiembre, la alta tasa de desocupación de 10,2% tiene con los pelos de punta a todos los sectores de la economía
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La oferta del Gobierno de que las empresas podrían tener una rebaja en sus impuestos si contratan personas jóvenes para impulsar el empleo y frenar la tasa de desocupación de 10,2%, es prácticamente uno de los objetivo complicados para cumplir.
Nadie se explica que un país que está creciendo 3,3% durante este año, por el contrario registra la alta tasa de desempleo. Solo en la construcción, que es uno de los mayores generadores de empleo, en septiembre registró un resultado negativo pero a lo largo del año ha creado más de 100 mil empleos.
Las empresas están preocupadas por el alto impacto que han tenido que afrontar por el pago de tributos que originaron las últimas reformas tributarias y solo hasta ahora tienen un respiro con la Ley de Financiamiento que está en veremos.
De allí que muchas de ellas, y dada la situación de incertidumbre y de cambio de reglas para el sector corporativo, están siendo cautelosas para la generación de empleo. Incluso algunas, han tenido que despedir gente para poder cerrar el año en números positivos, a la espera de una reforma laboral para el próximo año.
Y es que los números no mienten. Para de septiembre de 2019 la tasa de desempleo fue 10,2%, en el mismo mes de 2018 esta tasa fue 9,5%. La tasa global de participación se ubicó en 62,8% lo que representó una disminución de 1,6% frente a septiembre de 2018 (64,4%). La tasa de ocupación fue 56,3%, lo que significó una disminución de 2% respecto al mismo mes de 2018.
Las cifras
Para el total nacional, la tasa de desempleo de los hombres en el trimestre julio-septiembre 2019 se ubicó en 8,3%, para las mujeres fue 13,7%. En el mismo trimestre de 2018 estas tasas se ubicaron en 7,5% y 12,1%, respectivamente. Para el trimestre julio-septiembre 2019, la tasa de desempleo de los hombres fue menor en 5,4% respecto a la de las mujeres. En el mismo trimestre del año anterior, esta diferencia fue de 4,6%.
El total de ocupados en septiembre es de 22.230.000 mientras que los desocupados son 2.531.000. En el mes se presentó un incremento de 153.000 personas sin trabajo frente al mismo mes de 2018. Además cerca de 8 millones de personas son subempleados, como lo señala el DANE en septiembre de este año.
La Economía Naranja
Pero entonces qué hacer con este problema que está creciendo como una bola de nieve. Una de las soluciones que puede tener el país es en el pleno desarrollo de la Economía Naranja. La ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho, expresó que las posibilidades laborales que se abren en este sector gracias a las nuevas tecnologías y a los nuevos medios digitales son infinitas.
“El mundo ha cambiado mucho y las carreras profesionales como las conocemos están cambiando. Hay oficios y ocupaciones que las nuevas generaciones van a tener y que quizás aún no conocemos. El mundo va cada vez más rápido y por naturaleza los jóvenes son más cercanos a esos cambios que el resto de la población”, dijo.
Dentro de todo eso que está ocurriendo, sin duda la Economía Naranja es una alternativa que hoy se observa con menos prevención que antes.
Para poner un ejemplo, los influenciadores y los ‘youtubers’ realizan actividades que hasta hace muy poco hubiera sido descabellado considerar como opciones de vida, pero que hoy permiten generar ingresos.
La apuesta del Gobierno nacional con la Economía Naranja en los siguientes tres años es impactar los diversos tipos de agentes que integran este renglón de la economía. “Es decir, vamos a fortalecer todos los eslabones de la cadena, desde la creación y la producción, hasta llegar a la comercialización de esos bienes y servicios culturales que nos van a posicionar ante el mundo como un país creativo e innovador”, dijo la Ministra.
El empuje del crecimiento
La tasa de crecimiento crítica para reducir el desempleo está entre 3,7% y 3,8%. Así que si no crecemos a esa tasa no se va a revertir esa situación. Si bien estamos creciendo, no es suficiente”, aseguró el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía.
Reconoció que una vez la economía logre ese crecimiento seguramente las cifras de desempleo que se mantienen en dos dígitos comenzarán a bajar de manera sostenida.
Sin embargo, lamentó que esa proyección no se va a lograr en el corto plazo lo que puede generar preocupación entre las familias colombianas.
De otro lado, la Asociación Nacional de instituciones Financieras (ANIF) dio a conocer las proyecciones que tiene en materia económica para el cierre del año y aunque en la mayoría de los temas Colombia sale bien librada, esa entidad dice que el país se reja en materia de desempleo.
El gremio prevé que el desempleo en el país cerrará este año muy cerca del 11%, teniendo en cuenta que durante los últimos meses este indicador ha aumentado en cerca de un punto porcentual.
De cumplirse la proyección, el indicador estaría muy por encima del resultado obtenido en 2018, cuando el desempleo llegó al 9,7%, según DANE.
Las razones
Este incremento estaría asociado a dos factores principales relacionados con la demanda y oferta del mercado laboral, según explicó el subdirector de la asociación, Nelson Vera.
“Las cifras del Dane lo que nos dicen es que la principal razón para el deterioro del mercado laboral es la precaria capacidad de absorción del aparato productivo por parte de la industria y algunos sectores que no vienen tan bien. Es un problema de absorción por el lado de la demanda al no crear los suficientes empleos”, señaló el experto.
Por el lado de la oferta, el subdirector señaló que está incidiendo la llegada de cerca de un millón y medio de migrantes venezolanos a Colombia, lo que le genera presión al mercado laboral del país.
Recientemente este gremio propuso que a los jóvenes de entre 18 y 25 años, se les pague mensualmente el 75% del salario mínimo mensual vigente, es decir, alrededor de 621 mil pesos.
La intención de la propuesta es disminuir el desempleo en este sector poblacional, ya que la tasa llega al 20%. Sin embargo, la iniciativa no fue avalada por el Gobierno Nacional.
Las cifras del Dane sobre desempleo a septiembre son un ejemplo elocuente. El dato global muestra que se perdieron 409.000 puestos en el año. Si se desagregan las cifras, se comprueba que el número de empleados y obreros particulares subió 280.000, se contrataron 96.000 jornaleros y peones adicionales, hay 58.000 personas más vinculadas a trabajos domésticos, 15.000 nuevos trabajadores sin remuneración, y en el Gobierno no hubo un cambio relevante en la nómina, lo que suma en total 445.000 nuevos empleos.
Asimismo, lo que pretende la reforma de acuerdo a la ANIF es “(…) la flexibilización del mercado laboral a través de la reducción de los costos no salariales. Es importante indicar que los mal llamados “costos no salariales” son: seguridad social (salud y pensión), prima legal, vacaciones, cesantías, ARL, las comfamiliares, trabajo nocturno y suplementario, periodo de prueba, incapacidades médicas y costos de despido, es decir, son derechos laborales adquiridos
El envejecimiento
Asimismo en el informe mensual de mercado laboral realizado por Fedesarrollo, señala que “el proceso de transición demográfica se ha acelerado en Colombia en los últimos 13 años, señalando que cada vez falta menos para el fin del bono demográfico el cual vendrá acompañado de un crecimiento rápido de la población adulta mayor en el país. El envejecimiento reducirá la fuerza laboral en el largo plazo, presionando al alza los costos en salud y afectando las finanzas de los sistemas de pensiones”.
El cambio demográfico de los últimos años también señala que el nivel educativo de los colombianos ha mejorado y que una mayor proporción de la población cuenta con educación media completa. No obstante, se observa un desalineamiento entre las habilidades requeridas por el sector público y privado que demanda en su mayoría profesionales universitarios, competencias que solo tiene un reducido porcentaje de la población.
El documento señala que “para mitigar los efectos de la reducción de la oferta de trabajo se debe poner especial atención en algunos segmentos de la población. Además, aprovechar los flujos migratorios hacía el país, especialmente de aquellas personas que se encuentran en edad de trabajar promoviendo su inserción en el mercado formal, así como garantizar condiciones óptimas para incrementar la oferta laboral femenina, serán tareas fundamentales para garantizar sistemas sociales más sostenibles”.