La inflación regresó a su cauce | El Nuevo Siglo
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Sábado, 8 de Febrero de 2020
Redacción Economía
El costo de vida para los colombianos se mantiene estable durante este año y no se espera un incremento en las tasas de interés a corto plazo
 

Con un Índice de Precios en enero de 0,42%, el comportamiento de la inflación volvió a ceder y se metió otra vez dentro del rango promedio establecido por el Banco de la República de entre 2% y 4% para este año.

De acuerdo con los analistas privados, “este resultado impone un sesgo bajista importante para nuestro pronóstico de inflación de 3,5% al cierre de año. Esta sorpresa fue contundente por su magnitud y también por presentarse en un mes en el que suelen revisarse precios y, por ende, que acumula buena parte de la inflación del resto de año. Por ello, el reporte acota uno de los mayores riesgos que preveíamos en el corto plazo: que esta variable rondara e incluso superará el límite superior de la banda de tolerancia del Emisor de 4%. De hecho, suponiendo que en adelante el avance mensual de los precios es el de nuestro escenario base, la inflación no pasaría de 3,9% en el primer semestre.

Señalan los expertos del Bancolombia que “este registro es el segundo más bajo para el mes desde que se adoptó el esquema de inflación objetivo, y fue notablemente inferior al que estaba descontado por el mercado (0,57%) y nuestra expectativa (0,56%). La IPC sin alimentos fue el que más aportó al resultado (0,3%), aunque la lectura fue moderada. Allí, los servicios no transables (0,33%) ejercieron la presión más importante, a raíz del alza en los arriendos. Por su parte, los bienes transables vieron un incremento en sus precios de 0,3%, jalonados por los productos para aseo personal”.

 

Retroceso

De esta manera, en términos anuales, la inflación retrocedió hasta 3,62%. Esto implicó una corrección de 18 puntos frente al reporte de cierre de 2019, que se explicó por una desaceleración importante en el rubro de alimentos (4,67%) y de los regulados (4,25%). Entre tanto, el avance anual del índice sin alimentos ni regulados descendió a 3,06%, por una tendencia mixta entre inflación anual de transables más elevada (2,47%), contrarrestada por una moderación en la inflación de no transables (3,32%).

El rubro de alimentos presentó un incremento de 0,81% mensual. “Aunque el impacto de las heladas fue moderado, el comportamiento del rubro sorprendió al alza nuestra expectativa. El mes pasado fueron los restaurantes (0,89%) los que más aportaron a este resultado. Además, en la canasta de alimentos para consumo dentro del hogar (0,76%) hubo una presión importante en los cereales, frutas y hortalizas, que se vio parcialmente contrarrestada por un menor precio en los tubérculos y el plátano”.

Así, la inflación anual de esta canasta descendió a 4,67%, donde los productos con mayor variación fueron las frutas, cereales y lácteos. El mes pasado, fueron los arriendos (0,29%) los que explicaron el avance. Sin embargo, el comportamiento en el resto de servicios (médicos, de alojamiento y seguros, entre otros) no mostró variaciones significativas.

En términos anuales el índice de los no transables disminuyó hasta 3,32%, en donde la mayor presión continúa en servicios educativos (5,76% anual). En el rubro de transables (0,3% mensual), el ajuste de enero superó al observado un año atrás y a su promedio histórico.

Este rubro continuó ganando terreno en la contribución a la inflación, en esta oportunidad, por cuenta del alza en el precio de los productos de aseo personal, de limpieza del hogar, productos farmacéuticos, la cerveza y finalmente de las prendas de vestir. La caída en la tarifa de tiquetes aéreos moderó parte del avance.

 

Inflación anual

Por lo anterior, la inflación anual de los transables (2,25%) fue la única métrica de los grandes rubros que se aceleró. Las bebidas alcohólicas y el alza en el precio de los vehículos son los ítems que contribuyen en mayor medida a tal lectura.

Referente a los regulados (0,22% mensual), la energía favoreció un registro bajo para este conjunto de servicios. En enero, la tarifa de este servicio público disminuyó 1,69%, y la del gas 0,89%. Tal evolución no fue suficiente para contrarrestar el alza en la tarifa del transporte por carretera (1,65%), que suele ser elevado durante el mes, pero sí logró limitar en buena medida el aporte de este rubro a la variación agregada de los precios.

En este sentido, la inflación anual de los regulados disminuyó hasta 4,25%, su lectura más baja desde marzo de 2017, gracias a una desaceleración en la inflación de combustibles y de servicios públicos.

En el caso de la inflación básica, la métrica que excluye el grupo de alimentos avanzó 0,3% mensual, mientras que la que excluye además los regulados lo hizo en 0,32%. Tales registros implican que, en términos anuales, dichas métricas se situaron en 3,3% y 3,06%, respectivamente, el mes pasado. En promedio, esto implica una desaceleración de 6 puntos respecto a diciembre. No obstante, para el caso de la inflación sin alimentos y sin regulados, la lectura implica un avance superior al observado en enero de 2019, como consecuencia de la mayor inflación de transables.

Los analistas del Banco Itaú señalan que “esperamos que la inflación termine el año cerca del 3,3%. La normalización de los precios de los alimentos, después del shock de oferta del año pasado, junto con las expectativas de inflación ampliamente ancladas, limitaría las presiones inflacionarias en un futuro cercano”.

 

Las tasas de interés

Mientras tanto los investigadores del Bancolombia señalan que bajo este panorama más despejado de precios al consumidor, consideramos que la estabilidad de la tasa de interés de referencia se mantendrá estable en 4,25% por lo menos en lo que queda de este semestre.

“En efecto, el reporte de inflación del primer mes del año nos llevó a revisar nuestro escenario central anterior, en el que el Emisor incrementaría en 25 puntos su tasa repo en abril. Este pronóstico estaba sustentado principalmente en el supuesto de que en el primer trimestre de 2020 la inflación se aceleraría hasta superar el límite superior del rango de referencia del Banco de la República”, explican los analistas.

A su vez, esto podría deteriorar las expectativas de inflación, lo que motivaría a la autoridad monetaria a enviar una señal para contener las mismas. “Como ya dijimos, el panorama inflacionario luce hoy en día más moderado, por lo que el argumento que sostenía el alza prevista de tasas ha dejado de ser válido. Si bien creemos que la postura de política monetaria se orientará al terreno neutral, en los próximos meses no estarán dadas las condiciones para que se presente este giro. Seguimos considerando que el siguiente movimiento en la tasa de intervención será un incremento, ya que eventualmente la orientación de la política monetaria deberá apuntar a condiciones neutrales”, indican los investigadores.

 Sin embargo, para que tal acción se concrete se requieren varias condiciones que no se vislumbran en el futuro inmediato. La más importante es que haya una presión al alza en la inflación básica, originada en que las firmas locales busquen una recuperación de sus márgenes de utilidad en el contexto de una demanda interna sólida. Un incremento de la tasa repo también se originaría por un cierre de la brecha de producto negativa que subsiste en la economía, o por consideraciones de estabilidad financiera ante un eventual crecimiento adicional del crédito de consumo que llegase a afectar la posición financiera de los hogares.