Debido al impacto de las lluvias en las regiones productoras, la producción de cacao en el país cayó 14,5% en el año que finalizó el pasado 30 de septiembre y frente al período 2016/2017, al pasar de 64.325 toneladas a 54.991 toneladas. Así lo informó el presidente ejecutivo de Fedecacao, Eduard Baquero López.
Entre las razones que explican la caída están las lluvias que afectaron las principales zonas productoras de cacao en los primeros meses del año, que no solo afectaron al cacao sino a otros productos y también las vías, como ocurrió en los Llanos Orientales, o los perjuicios ocasionados por el invierno en Hidroituango.
La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) informó que en lo corrido del año (enero–octubre) las lluvias han generado 1.205 eventos en 578 municipios de 30 departamentos del país, dejando a 112 personas fallecidas y más de 73.500 familias afectadas.
Las regiones
Los departamentos de Cundinamarca, Santander, Antioquia, Tolima, Norte de Santander, Meta, Boyacá, Huila, Chocó y Bolívar han sido los que más eventos han registrado durante el año con inundaciones, deslizamientos, vendavales, movimientos en masa, crecientes súbitas, avenidas torrenciales, tormentas eléctricas y granizadas.
En cuanto al balance del sector en el año cacaotero, se debe tener en cuenta en los años 2016 y 2017 se lograron niveles récord de producción, por lo que la baja experimentada en 2018 impactó el resultado del año cacaotero. Sin embargo, las cifras continúan siendo favorables con relación al histórico de producción.
En materia de precios promedio, el interno tuvo una leve caída de 1,10% al pasar de $5.963 por kilo en 2016/2017 a $5.897 en el año que concluyó en septiembre pasado. Sin embargo, en el caso del precio promedio internacional de la Bolsa de Nueva York se observó un ligero incremento del 6,59% alcanzando 2.262 dólares por tonelada frente a 2.122 dólares del año anterior.
Vale mencionar que los precios internos siguen siendo rentables para los cacaocultores aunque hayan experimentado un descenso en el último año.
Comercio
En cuanto al comercio internacional, aunque también se observó una baja en las exportaciones, hay que considerar que lo mismo sucedió con las importaciones, lo que demuestra que la industria nacional se está abasteciendo con la materia prima nacional.
De igual manera se debe tener en cuenta que como la producción nacional en el año cacaotero 2017/2018 disminuyó, los excedentes de exportación fueron menos, lo cual explica, en parte, las menores ventas externas en este período.
A nivel internacional, la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por su sigla en inglés) elevó su previsión para un superávit mundial de cacao en la temporada 2017/18, en base a una producción superior a la esperada inicialmente.
El organismo intergubernamental pronosticó que habría un superávit de 31.000 toneladas en 2017/18 (octubre/septiembre), frente a un cálculo anterior de 10.000 toneladas.
La ICCO aumentó su pronóstico para la producción mundial de cacao en 58.000 toneladas a 4,645 millones de toneladas. También revisó al alza sus provisiones para las moliendas mundiales.
La entidad dijo que el mayor pronóstico de producción se debió principalmente a ajustes al alza para Brasil, Ecuador, Ghana y Nigeria.
La producción de Ghana se calcula en 900.000 toneladas desde una expectativa previa de 880.000 toneladas. Para Costa de Marfil el pronóstico se mantuvo en 2 millones de toneladas.
A pesar del efecto climático reflejado en la disminución de la producción en el año cacaotero 2017/2018, los cacaocultores colombianos mantienen el optimismo para lo que resta del presente año, toda vez que se ha visto un repunte significativo de volúmenes en el transcurso del último trimestre.
Además, se espera que tanto la producción como las exportaciones retomen su senda de crecimiento, cuando las plantaciones que se han renovado en los últimos años comiencen a dar sus frutos.
Fedecacao hizo énfasis en el control de enfermedades que por efecto de la humedad se incrementan dañando la producción, por lo que los controles culturales a tiempo deben ser reforzados por parte de los cacaocultores.