China denunció el viernes el "chantaje" comercial del presidente estadounidense Donald Trump, pero negó querer destronar a Estados Unidos como primera potencia global, en medio de un creciente deterioro de las relaciones entre las dos principales economías mundiales.
Días después de que Trump impusiera aranceles a importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares, y prometiera seguir hasta que China “cambie de actitud”, el ministro de relaciones exteriores del gigante asiático, Wang Yi, aseguró que Pekín resistirá.
"China no será chantajeada ni cederá ante la presión", dijo Wang en la Asamblea General de la ONU, sin mencionar ni a Estados Unidos ni a Trump.
También se refirió a Pekín como un "campeón del multilateralismo", en momentos en que Estados Unidos es criticado por su enfoque unilateral en los asuntos mundiales.
"China siempre ha defendido el orden internacional y buscado el multilateralismo", señaló Wang en el podio de la ONU, alabando su "respeto" por las decisiones surgidas de negociaciones.
La inicial bonhomía entre Trump y el presidente chino Xi Jinping se deterioró rápidamente, en particular por acusaciones de Washington de robo de tecnología, que llevaron a aplicar aranceles al gigante asiático.
Con su característica franqueza, Trump dijo el miércoles que ya no puede considerar a Xi como un amigo, tras acusar a Pekín de interferir en la política estadounidense y de buscar su derrota en las elecciones legislativas de noviembre como reacción a las medidas económicas de Washington.
No entrar en "pánico"
Wang consideró que las tensiones son naturales entre dos grandes países, al hablar en un influyente grupo de expertos en Nueva York, poco antes de dirigirse a la Asamblea General.
"Pueden producirse varias fricciones y esto no es sorprendente, y tampoco es motivo de pánico", dijo Wang.
Refiriéndose a investigadores estadounidenses que afirman que China está intensificando sus esfuerzos para alcanzar una posición hegemónica en el mundo, Wang apuntó, que quiere “decirles muy claramente que este es un error de cálculo estratégico grave".
"Es una presunción equivocada que será extremadamente perjudicial para los intereses estadounidenses y el futuro de Estados Unidos", advirtió en el Consejo de Relaciones Exteriores.
En los últimos años, China ha incrementado significativamente su dominio en el mundo, especialmente en América Latina y en África.
En la ONU, China también está ganando terreno, involucrando a más personal militar en operaciones de paz y aumentando regularmente sus contribuciones financieras a la Organización.
Wang probablemente se refería al libro "Thucydides's Trap" del académico de Harvard Graham Ellison, en el que cita a las antiguas Atenas y Esparta para predecir la probabilidad de un conflicto entre China y Estados Unidos.
El libro se ha leído tanto en los círculos políticos que incluso fue citado por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en su discurso de apertura a la Asamblea General.
La primera Estrategia de Seguridad Nacional de la administración Trump, lanzada en diciembre, advirtió crudamente de los crecientes retos que supone China, un reporte ampliamente aceptado en todo el espectro político de Estados Unidos.
Aunque China suele desmentir eso, los académicos occidentales con frecuencia recuerdan a Deng Xiaoping, el padre de la China moderna y de la apertura económica, que aconsejó a los líderes de Pekín mantener un perfil bajo en los asuntos mundiales hasta que el país haya alcanzado una posición clave de fortaleza.
Wang también negó rotundamente que China esté robando tecnología de compañías estadounidenses, una afirmación que desencadenó las medidas comerciales contra el gigante asiático. "Esto simplemente no es verdad, esperamos que paren esas acusaciones falsas", dijo.
Washington asegura que China se aprovecha de la tecnología de manera más indirecta, al exigir a las compañías extranjeras que se alíen con firmas locales para ingresar al mercado más poblado del mundo. Wang insistió en que el proceso de alianzas comerciales es "abierto y transparente".
Funcionarios estadounidenses dicen que China es el mayor mercado del mundo, y que los socios se apoderan de los conocimientos técnicos por sí mismos. Wang insistió en que el proceso de alianzas comerciales era "abierto y transparente".
Y Wang se mantuvo firme en sus reclamos sobre el mar de la China Meridional, un área de altas tensiones con varios vecinos, pero aseguró que Pekín quiere "medios pacíficos para buscar soluciones" y que tampoco "interferiría" en la alianza de Estados Unidos con Japón.
La administración Trump, aunque se llama a silencio en temas de derechos humanos cuando se trata de sus aliados, ha denunciado en términos contundentes el trato de China a su minoría mayoritariamente uigur.
Un reciente informe de la ONU dice que China ha detenido hasta 1 millón de personas, en algunos casos hasta por compartir saludos islámicos en las redes sociales.
Wang defendió las medidas de seguridad de China, a pesar de las amplias críticas de grupos de derechos humanos y activistas uigures exiliados.