La escalada de demanda de dólares en Argentina sufrió un salto brusco el jueves, que llevó a una devaluación de 7,64% del peso el cual cerró a 23,30 por dólar, según las cotizaciones de bancos oficiales y privados.
La devaluación de la moneda argentina acumula más de 10% en el último mes, cuando comenzó la presión cambiaria por la incertidumbre en los mercados, lo que ha forzado al Banco Central a vender más de 7.500 millones de dólares de sus reservas para evitar una baja mayor.
Al mismo tiempo este jueves el Banco Central elevó por segunda vez en una semana la tasa de interés de referencia, para ubicarla en 33,25%, unos 300 puntos básicos por arriba del 30,25% al que la había fijado el viernes para frenar la devaluación del peso.
El Banco Central "tiene que seguir interviniendo con la venta de reservas y subiendo la tasa de interés" para "convencer a los argentinos de que va a defender el valor del peso", dijo el economista Aldo Abram, de la fundación Libertad y Progreso.
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El jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo ante la prensa que "las situaciones de volatilidad no nos tienen que asustar y tienen que ser parte del aprendizaje de vivir con un tipo de cambio flotante". Las reservas del Banco Central se ubican en unos 55.000 millones de dólares.
"Cada vez que esto pasa, los países que dependen de la deuda empiezan a tener problemas. Es sólo el síntoma de una economía que no crece y expectativas que no se concretan. Lo más preocupante es un déficit de cuenta corriente. Hay un ataque especulativo", dijo a radio 10 el extitular de la Comisión de Valores (reguladora bursátil) Alejandro Vanoli.
La tensión en la moneda se agudizó la semana pasada a partir del alza de las tasas de los bonos Tesoro en Estados Unidos que redundó en la depreciación de las monedas de la región.
Fondos de inversión se desprenden de las letras Lebac, pese a los altos rendimientos. En la memoria de los argentinos están los fantasmas de la hiperinflación de los años 1980 y la debacle económica de 2001.
Los argentinos buscan refugiarse en el dólar ante el mínimo temblor de los mercados. El Banco Central mantiene una meta inflacionaria para 2018 de 15%, mientras el Fondo Monetario Internacional la proyecta en 19,2% y analistas privados por encima de 20%.