Antes de la pandemia, cualquier jefe de familia o ama de casa iba al mercado y podía comprar una libra de papa en $700, los huevos estaban en $300, la carne en $7.000 la libra y las verduras como el tomate y la cebolla tenían en promedio un valor de $600.
En enero de 2020, año en que se inició la pandemia en Colombia, la inflación anual llegaba a 6.94%. Posteriormente, cuando el gobierno decretó la cuarentena total desde el 25 de marzo de 2020, hasta el 31 de agosto, el índice de precios estaba en 8,53%.
Dos años y seis meses después, en octubre de 2022, el mismo consumidor compra la libra de papa en $1.800, los huevos doble A no se consiguen por menos de $550, la libra de carne llegó a $17.000 y las verduras se pueden comprar por $2.500 la libra.
Normalmente, y si nos atenemos que el país no ha mostrado problemas de abastecimiento, los precios deberían haber bajado sustancialmente por lo menos a niveles cercanos de la prepandemia. Sin embargo, hoy eso no ha sido posible.
Zoraida Romero, una ama de casa residente en el barrio Bolivia, al occidente de Bogotá, y que semanalmente acude al mercado del vecindario, sostiene ante el incremento de precios, que “los se quedaron como subieron, precios a la comida con la disculpa que se han incrementado el valor del transporte, de los fletes, y cuando se le pregunta a un productor, dice que no puede bajarlos porque está asumiendo el alto costo de los insumos de los cultivos”.
Sin duda, Colombia está viviendo el choque inflacionario más pronunciado en lo que va de este siglo, y llevará a que al cierre de este año la variación anual de los precios esté en el rango superior del 12%, como prevén varios analistas consultados por EL NUEVO SIGLO.
El director de investigaciones del Bancolombia, Juan Pablo Espinosa señala en un análisis que “en los próximos meses prevemos que las variaciones en alimentos y regulados se mantendrían elevados, sumado a que, entre noviembre y enero, se suelen concentrar los mayores incrementos de las tarifas de arrendamientos. A esto se sumaría un mayor traspaso de la depreciación de la tasa de cambio a los precios locales de los bienes importados, que se acentuaría dada la coyuntura de alto crecimiento que todavía vive la economía”.
La inflación en octubre subió al 12,22% anual (0,78% mensual), mientras que el IPC subyacente aumentó hasta el 8,24% (+82 puntos).
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La alta inflación anual se explicó principalmente por la variación anual de las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles.
La división Alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación anual de 27,02%, siendo esta la mayor variación anual.
Señala el Sistema de Información de Precios del Sector Agropecuario (Sipsa), que la mayor caída del precio de la naranja (-7,4%), la zanahoria (-7,1%), el tomate (-5,7%), las moras (-3,4%) frente a la observada en septiembre, sumado al inicio de la tendencia corrección de precios del tomate de árbol (-2,9%) y de las hortalizas y legumbres secas (-2,9%) compensaron los nuevos incrementos de los alimentos más consumidos por los hogares colombianos como la carne de res, de aves, de cerdo, de mar, la leche, el arroz, las frutas frescas, el pan, los huevos y los quesos.
Entre los de mayor avance, se resalta el cambio de tendencia del comportamiento mes a mes de los precios de la papá (+14,1%), la arracacha (+9,3%), el café (+5,8%), los bananos (+3,3%) y las frutas frescas (+2,3%). El avance de los precios de la papa, la arracacha y las frutas frescas, en especial el mango, estuvo explicado por las condiciones climáticas adversas y la finalización de cosechas.