Transcurridos varios días de negociaciones entre los empresarios y las centrales obreras para concretar el incremento del salario mínimo, el viernes pasado quedó plasmada una situación. Que mientras los empresarios aumentaron sus previsiones de 4,5% a 5%, los sindicatos se mantuvieron firmes en el 8,1% que pusieron sobre la Mesa de Concertación el martes pasado.
La postura de los trabajadores se mantuvo firme debido a que en medio de las discusiones se atravesaron primero el paro y las manifestaciones, y luego las discusiones de la reforma tributaria que se tramita en el Congreso.
Pero el cenit de este diálogo que aparentemente es cordial, es el de, ¿lo toma o lo deja?
La postura de los trabajadores es de no ceder y ante ello las cosas quedaron así: un aumento de 8,1% para $1 millón, propuesto por las Centrales Obreras y el 5% planteado por los gremios que equivale a $971.405. La diferencia es de $29.600 mensuales, menos de $1.000 diarios.
¿Mesa de qué?
El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dijo que lamentaba que la comisión llamada de Concertación Nacional, la quieran volver la comisión de la imposición nacional.
“Las centrales obreras manifestaron su posición de inmovilidad, lo toma o lo deja, nosotros somos conscientes como empresarios que tenemos una responsabilidad de un salario que les dé poder adquisitivo a los trabajadores, pero también estamos preocupados por el empleo e incrementamos nuestro ofrecimiento hasta el 5%, pero lamentablemente no están dispuestos a bajar”, afirmó el dirigente gremial.
Por su parte y en nombre de los trabajadores el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, manifestó que ratifican su propuesta de un salario mínimo de $1 millón, sumado el salario y el subsidio al transporte.
La coyuntura
Para los analistas, las negociaciones del salario mínimo durante este año han sido diferentes debido a la actual situación social del país, con paros y manifestaciones, y de los proyectos tributarios que se tramitan en el Congreso.
“Nunca como ahora han coincidido todos los hechos que pueden convertirse en un problema. La coyuntura de incertidumbre social está presionando a unos y otros, pero sobre todo al Gobierno para que sea más blando en las negociaciones y decida un mayor incremento salarial”, sostiene el experto Ricardo Morales.
Esta visión coincide con lo que piensan los empresarios y con lo ya declaró el Presidente de Fenalco. Y eso precisamente es lo que lleva a incluir en la negociación temas distintos al incremento salarial, el cual es el tema concreto de la mesa.
Según fuentes allegadas al proceso, las dificultades para que se logre un acuerdo antes de la fecha en la que vence el primer plazo para que el aumento sea concertado, están en los cuatro puntos adicionales que plantearon las centrales obreras en las últimas horas, varios de los cuales, se salen del contexto y alcance del tema del incremento, que es el que convoca en la actualidad a la mesa de concertación.
Las peticiones
Al salario mínimo de $1 millón (incluyendo subsidio de transporte), petición que ya venía discutiéndose desde hace unos días, le agregaron cuatro más:
- Congelación de los precios de los productos y servicios regulados por el Gobierno. Por ejemplo, la distribución de energía, gas y agua.
- Reducción de la cotización en salud para pensionados del 12% al 4%, siendo esta es una de las propuestas del Gobierno que actualmente se discute en la reforma tributaria.
- Incremento de las pensiones amarrado al aumento del mínimo y no al de la inflación.
- Que se produzca un alza general de los salarios para todos los trabajadores
Ante esta situación, la ministra de Trabajo, Alicia Arango Olmos, fue enfática al afirmar que “nunca cierro las puertas a la concertación, porque eso es cerrarse las puertas a la vida, la vida está para concertar y para escucharnos entre todos. Ojalá pudiéramos llegar a una cifra que sea conveniente para todos”.
Sobre el congelamiento de los precios de los productos regulados, los trabajadores argumentan que es un asunto relacionado con el salario mínimo porque genera inflación y, por consiguiente, presiona para que el incremento a los empleados se pierda al poco tiempo de recibirlo, reduciendo así su poder adquisitivo. “La inflación media fue de 5%, lo que se sobrepasó por encima de la inflación del 2018”, dijo Orjuela.
La reducción de la cotización en salud para pensionados, del 12% al 4%, según indicaron las fuentes, ya es un tema ‘chuleado’, toda vez que fue uno de los anuncios del presidente Iván Duque hace ya un par de semanas.
A los empresarios, los dos puntos restantes, indexación del aumento del ingreso del pensionado al salario mínimo y no a la inflación, como en la actualidad; al igual que el incremento general de salarios para todos los trabajadores, les suena a temas de una reforma laboral y no de la mesa de negociación.
Sin tiempo
Lo cierto es que el cronograma para una negociación concertada empieza a agotarse. Según las reglas establecidas, “el primer vencimiento para que las partes lleguen a un acuerdo vence el día 15 de diciembre. En todo caso, con o sin acuerdo, el Gobierno nacional debe expedir el decreto que fija el salario mínimo a más tardar el 30 de diciembre de cada anualidad”, señala un documento del Ministerio de Trabajo.
El lunes tanto empresarios como trabajadores presentarán ante el Gobierno nacional las salvedades. Sin embargo, la ministra Arango citó para el próximo jueves una reunión extraordinaria con el fin de acercar posiciones y tratar de llegar a un acuerdo.
El mismo Ejecutivo ha reconocido, como lo dijo la Ministra, que “los empresarios tienen voluntad de negociar, ellos aumentaron a 5%, los trabajadores dicen que sus puntos son inamovibles pero nosotros consideramos que en una mesa de negociación los inamovibles no puede existir porque la idea es llegar a un acuerdo”.