Tasas de interés del Emisor podrían terminar este año en 8% | El Nuevo Siglo
Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, señala que el Banco de la República tiene margen para seguir bajando sus tasas de interés, pero con cautela. / @LuisFerMejia
Viernes, 12 de Enero de 2024
Redacción Economía

EN UN año en el que la economía apenas crecería al 1,8 %, hay posibilidades, si la inflación sigue bajando, de que el Banco de la República disminuya sus tasas de interés al 8 % al cierre de 2024.

Así lo indicó el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, en entrevista con EL NUEVO SIGLO, en la que destacó la inflación al cierre de 2023, pero advierte el riesgo de un efecto adverso por alza del 12 % en el salario mínimo.

Insistió en que la economía este año crecería 1,8 %. Urgió eliminar cuellos de botella en inversión de infraestructura y ser más eficientes en presupuesto bienal de regalías. De paso, advirtió sobre falencias graves en proyecto de reforma laboral y afirmó que alza en el precio del diésel debe ser gradual.

EL NUEVO SIGLO:  Inflación del 9,28 %, aumento del salario mínimo en 12 %, tasas de interés del Emisor en 13 % y posible PIB 2023 de 1,1 %... Con estas cifras, ¿cómo ve el panorama de la economía para 2024?

LUIS FERNANDO MEJÍA: Lo primero es que fue una muy buena noticia el cierre de la inflación el año anterior. La expectativa que teníamos desde Fedesarrollo era que iba a estar en el orden del 9,6 % y el dato oficial de 9,28 % indudablemente sorprendió a la baja.

Es una buena noticia, porque indica que, al final del año, empezó a caer un poco más rápido el ritmo de crecimiento de los precios de la canasta familiar. Por otro lado, es una buena noticia también que el Banco la República haya iniciado esa senda de reducción de su tasa de interés, con la última reunión en diciembre, en donde la disminuyó en 25 puntos básicos. En el contexto de un año con un crecimiento relativamente bajo, como fue el 2023, la inflación ya parece estar cayendo un poco más rápidamente.

 

Muy seguramente en este 2024 tendremos un ambiente económico más favorable, en el contexto de lo que será una política monetaria que reducirá su tasa de interés a lo largo del año y que permitirá un crecimiento un poco más acelerado que el que tuvimos el lapso anterior.

Puntualmente nuestro pronóstico de crecimiento para este 2024 es del 1,8 %, todavía por debajo de las cifras del crecimiento potencial de la economía colombiana, que son del 3 %, pero indudablemente más dinámico de lo que fue un año muy difícil en materia económica, como el 2023.

ENS: Si la inflación causada fue más de 2,7 % menor que el aumento del salario mínimo ¿cree que habrá un efecto inflacionario por ese incremento?

L.F.M.: Infortunadamente sí, y eso lo advertimos nosotros el año anterior, cuando de una manera muy respetuosa sugerimos que, en el contexto de una economía que infortunadamente no andaba bien y tampoco en materia de empleo, lo más responsable era generar un aumento del salario mínimo que fuera lo más cercano a la inflación causada del año anterior. La que, sin duda alguna, iba a quedar por debajo del 10 %.

El aumento del salario mínimo, que fue en la práctica del 12 %, podría poner presiones adicionales a la inflación en los primeros meses de este año porque, cuando aumenta el costo del empleo formal en sectores, por ejemplo, como el comercio, que son de muy baja rentabilidad y, además, de alta demanda de empleo, no quedan muchas alternativas distintas a trasladarles ese aumento del costo salarial a los consumidores a través de mayores precios.

Por eso el Banco de la República había enviado un mensaje en su última reunión del año anterior, pidiendo mucha prudencia en el aumento del salario mínimo.

Así que seguramente habrá algunos efectos inflacionarios de este aumento del 12 % del salario mínimo y por eso creo que el Banco si bien reducirá sus tasas de interés, lo hará de manera mucho más prudente al principio del año, para ir calibrando los efectos inflacionarios del aumento del salario mínimo.

ENS: ¿Ve espacio real para que el Banco de la República siga bajando sus tasas de interés?

L.F.M.: No nos cabe duda, el Banco irá gradualmente reduciendo su tasa de interés. Nosotros estimamos desde Fedesarrollo que las tasas llegarán  a niveles cercanos al 8 % o 7,75 % en diciembre de este año. Es decir, tendremos una reducción superior a los cinco puntos porcentuales en la tasa de interés, lo cual es una buena noticia porque, al final de cuentas, esa reducción se trasladará a todas las modalidades de crédito y abaratará el costo del endeudamiento, tanto para los hogares como las empresas.

ENS

¿Por qué el Banco de la República adoptará esta política? Porque en el balance entre crecimiento económico e inflación, con las buenas noticias recientes en materia de inflación, seguramente la balanza se inclinará más hacia el lado del crecimiento económico. Este, indudablemente, ha tenido una desaceleración muy importante, por lo cual el Emisor a lo largo de este año reducirá su tasa de interés en repetidas ocasiones.

ENS: ¿Cómo explicar que una economía que en 2021 creció al 10,8 %, en 2022 al 7,5 %, ahora en 2023 solo llegaría al 1,2 % y en 2024 no alcanzaría el 2 %?

L.F.M.: La explicación principal tiene que ver con que los crecimientos que tuvo la economía colombiana en el 2021 y en el 2022 realmente eran insostenibles. Si bien en 2021 tuvimos en parte el “efecto rebote”, luego de un año de contracción económica tan importante como fue el de la pandemia, que Colombia haya liderado el crecimiento económico por encima del 7 % en el 2022 realmente fue sorprendente. Y parte de eso tenía que ver justamente con un crecimiento que realmente no era sostenible en el largo plazo y que, además, estaba causando presiones muy importantes desde la demanda y en el aumento de los precios.

Por eso Colombia, además, fue el único país de América Latina que no tuvo un pico en su inflación en el año 2022, solamente hasta marzo del 2023. Y, a pesar de las buenas noticias recientes, en materia de inflación continúa el país con tasas de costo de vida por encima del 9 %, mientras que el resto de naciones pares, exceptuando Argentina y Venezuela, ya están con inflaciones por debajo del 5 %.

La insostenibilidad de ese crecimiento llevó al Banco de la República a aumentar su tasa de intervención rápidamente, dejándola en el 13,25 %, para frenar ese crecimiento desbordado del gasto de los hogares y generar un aterrizaje suave de la economía colombiana que permitiera, por un lado, un crecimiento económico más sostenible, y por otro, una inflación más cercana a la meta del Emisor, que es del 3 %.

ENS: El Gobierno dice que ya está en marcha un ‘plan de choque’ para reactivar la economía. ¿Lo ve así? ¿Qué le falta?

L.F.M.: Hasta ahora es muy temprano para evaluar la eficacia de un plan de choque por parte del Gobierno nacional. Los mensajes siguen siendo los mismos que hemos ratificado desde el año anterior: la importancia de poder eliminar los cuellos de botella que no han permitido que el sector de la infraestructura, y en particular de las obras civiles, sea un elemento dinamizador de la economía colombiana.

Esto requiere una capacidad gerencial y de coordinación por parte del Ejecutivo, que permita dar un impulso a la economía a través de inversiones que son prioritarias desde el punto de vista de la infraestructura para el país. También es una oportunidad muy importante para que el Gobierno, en coordinación con los gobernadores y alcaldes entrantes, pueda diseñar planes, con rápida ejecución, de proyectos de infraestructura con recursos propios de las entidades territoriales.

Y adicionalmente urge agilizar la ejecución del presupuesto bienal de regalías. Son unos recursos muy importantes que no deberían estar en cuentas bancarias, sino generando crecimiento económico y demanda de empleo en el territorio nacional.

Impacto de reformas

ENS: ¿Qué tanto el posible impacto de las tres reformas claves del Gobierno (salud, pensiones y laboral) ha afectado el dinamismo económico, la inversión y la competitividad?

L.F.M.: Creo que la reforma que puede estar afectando en parte la dinámica de la inversión privada es la laboral, ya que pretende aumentar el costo del empleo formal. Nuestros cálculos son que podría generar la pérdida de cerca de 306 mil empleos formales. Esto indudablemente puede jugar en contra en términos de la rentabilidad de proyectos de inversión, especialmente por la incertidumbre frente a lo que será eventualmente el costo del empleo formal en el país. Sin embargo, más que esas reformas estructurales, creo que una de las explicaciones más importantes, en términos de la dinámica de la inversión privada, tiene que ver más con las últimas dos reformas tributarias, la del 2021 y la del 2022.

Por un lado, la reforma del 2021 aumentó la tarifa de renta de las empresas –el impuesto que pagan las personas jurídicas del 30 al 35 %–, dejándonos con la tasa de impuesto de renta más alta de toda América Latina, junto con Argentina, que no es propiamente un buen ejemplo en materia de crecimiento y competitividad.

Y la reforma más reciente, la del 2022, mantuvo esa tasa de impuesto a las empresas, pero además aumentó sustancialmente el impuesto a los dividendos y, al final de cuentas, al inversionista lo que le importa no es solamente lo que paga la empresa, sino lo que paga el dueño, el socio. Y en esa reforma, como se dijo, aumentó sustancialmente la tributación, a través del incremento de los impuestos a los dividendos.

Ese elemento, creo, es determinante en la explicación de por qué la inversión no anda bien y por qué, incluso, tuvimos una contracción de la inversión total del 11 % en el tercer trimestre del año pasado. Por eso, aprovecho para mencionarlo, celebro la noticia del presidente Petro en el sentido de poner sobre la mesa otra vez la discusión de eventualmente reducir un impuesto de renta que no es competitivo y no incentiva la creación de empresas en el país.

Alzas en diésel

ENS: ¿Por cuánto tiempo más cree que el Gobierno podrá seguir aplazando las alzas en el diésel?

L.F.M.: La verdad, no creo que quede mucho espacio adicional. Ahora, primero, ratifico la importancia de lo que ha venido haciendo el Gobierno nacional en materia del precio de la gasolina: un aumento que supera el 50 % en un período un poco más largo de un año ha logrado eliminar completamente la brecha que existía entre el precio de venta en Colombia de la gasolina y el precio de paridad internacional.

Queda, por supuesto pendiente, el aumento del precio del diésel, que deberá hacerse de manera gradual, al igual que se hizo el aumento en el precio de la gasolina, seguramente en un período cercano a un año o un año y medio. Además, porque el valor del diésel le pone presión al costo del transporte y puede tener efectos inflacionarios. Así que seguramente en los próximos meses el Ministerio de Hacienda empezará a anunciar, junto con el de Minas, estos aumentos del precio del diésel, que son absolutamente necesarios, pero que se deben hacer de forma gradual para evitar efectos inflacionarios.

ENS: Cuando se habla de crecimiento económico siempre se piensa en el ámbito nacional, pero poco en las regiones, en donde la desaceleración productiva es más marcada. ¿Cómo ve el panorama departamental para este año?

L.F.M.: Una cosa muy interesante que hemos hecho desde Fedesarrollo es pasar del análisis puramente nacional al análisis que podría llamarse regional o departamental. Hemos hecho un esfuerzo muy importante en los últimos cuatro años en cuanto a poder desagregar el crecimiento nacional de la economía colombiana, en términos de lo que son las diferentes regiones y departamentos. Eso lo hacemos en nuestra publicación emblemática: Prospectiva Económica.

¿Qué estamos viendo nosotros en términos del crecimiento regional para el 2024? Primero, la cifra nacional, el crecimiento del país en nuestros cálculos, será el 1,8 %. Y habrá algunas regiones que estarán ligeramente por encima de ese crecimiento; otras por debajo.

¿Qué regiones estamos viendo muy dinámicas? Bogotá, que es una ciudad que tiene, por supuesto, una gran base no solamente industrial, sino de servicios, y que podría estar creciendo ligeramente por encima del 1,8 %.

También la Amazonía y la Orinoquía, que dependen mucho del sector minero-energético, que ha tenido un buen comportamiento en los últimos meses del año anterior y seguramente continuará en este 2024. Y la región Caribe, que ha tenido también una dinámica muy interesante, especialmente en el caso del Atlántico, en materia no solamente de inversiones y crecimiento económico, sino también en generación de empleo.

Ahora bien, tenemos dos regiones en donde va a haber algo de dinámicas un poco inferiores. En particular la región pacífica tendrá un crecimiento alrededor del 1,3 % y la región oriental también un poco por debajo de lo que será el crecimiento nacional, con un índice del 1,5 %.

Ahora, en cualquier caso, los crecimientos de todos los departamentos seguramente estarán en ese rango entre el 1 y el 2%, lo cual muestra que, a pesar de esas diferencias en general, las regiones del país tendrán crecimientos positivos en este 2024.

¿Concertación?

ENS: ¿Ve este año una mayor disposición de la Casa de Nariño a concertar con los gremios?

L.F.M.: El Gobierno desde el año anterior ha venido trabajando en la coordinación de algunas mesas sectoriales. Creo que son positivos los mensajes que se han enviado en las reuniones con empresarios y organizaciones de la sociedad civil. Ojalá. Lo importante en este 2024 es que esas reuniones y esos acuerdos que se han determinado se puedan traducir en planes concretos, con responsables, recursos y tiempos específicos que permitan pasar de la planeación a la acción. Ahí va a estar el elemento determinante. Muy bien que el Gobierno escuche, que se siente a dialogar. Lo fundamental ahora es que en este 2024 ese diálogo se traduzca en acciones concretas para el crecimiento económico y la generación de empleo.

ENS: ¿Cómo hacer para que el empleo se reactive de forma más contundente?

L.F.M.: En el corto plazo, indudablemente, el apoyo del Gobierno nacional directamente, a través de la movilización de recursos en infraestructura, será muy importante. Volviendo al punto anterior, es fundamental que el Ejecutivo pueda resolver los cuellos de botella que no han permitido que las obras civiles tengan un desempeño destacado en la pospandemia. Ahí está un elemento fundamental para el crecimiento económico y la demanda de empleo.

No hay que olvidar que el sector de infraestructura no solamente demanda alto empleo para la construcción, sino que también tiene importantes encadenamientos con otros sectores económicos, como la industria y los servicios, que igualmente terminan generando empleo de forma indirecta.

Y en el mediano y largo plazos, Colombia continúa con un problema muy grave de altas tasas de desempleo y altas tasas de informalidad laboral. Tendrá el Gobierno que sentarse a discutir reformas que permitan incentivar la generación de empleo formal. Obviamente la reforma actual no lo hace. Diría que va en la dirección completamente contraria. Pero ojalá el Gobierno pueda escuchar las críticas constructivas y redireccionar esa reforma del mercado laboral en el objetivo fundamental: generar empleo y empleo más formal.