Está decisión fue tomada por Vanti luego que se hiciera pública la licitación abreviada que se adjudicó en diciembre pasado para renovar el parque automotor en varias zonas de la capital, proceso en el que el gas natural nuevamente fue la opción ganadora por su calidad, bajo impacto ambiental y gran competitividad.
Las nuevas estaciones son complementarias a las seis que abastecerán la fase I y II de Transmilenio y que fueron entregadas antes de la fecha límite establecida en los contratos, con una inversión cercana a los US$14 millones.
Las tres nuevas estaciones contarán con sistemas robustos de compresión que permiten un tiempo récord de tanqueo, que oscila entre 8 y 10 minutos por bus, gracias a la tecnología de llenado rápido para sistemas de transporte masivo fabricados y ensamblados en Canadá.
De acuerdo con la cantidad diaria de buses a atender, se pueden abastecer flotas de 50 hasta 300 buses en los distintos patios distribuidos por la ciudad, garantizando recorridos por bus de 250 Km diarios en promedio.
A la fecha, Vanti ofrece una infraestructura de suministro de gas natural con una sobre capacidad del 42% frente a los requerimientos reales de la operación de Transmilenio, brindando la máxima disponibilidad y respaldo al Sistema y sus usuarios.
“La experiencia altamente satisfactoria en operación, competitividad e impacto ambiental de la nueva flota de buses a gas natural de las fases I y II de Transmilenio y la nueva adjudicación de 556 buses del SITP también con esta tecnología, consolidan al gas natural como la mejor opción para la renovación de flota de transporte público en la ciudad y en el país, sobre todo, por sus grandes beneficios para la calidad del aire, y sin ningún tipo de sobrecostos”, puntualizó Rodolfo Anaya, presidente de Vanti.
Una apuesta medioambiental
De acuerdo con el estudio más reciente de la Universidad de los Andes, realizado el pasado 13 de noviembre, Bogotá logró una reducción del 50% de material particulado, con tan solo la operación de 351 buses a gas natural Euro VI, de los 741 adjudicados con esta tecnología en la flota renovada de Transmilenio. Este logro y sus consecuentes beneficios directos en la salud de los usuarios al interior de los buses, en las troncales, y en la ciudad en general fueron ratificados hace pocos días por la Alcaldía de Bogotá, en el patio temporal Norte.
“Los resultados ambientales comprobados por la Universidad de los Andes, en los que el mayor aportante en la reducción de material contaminante fueron los buses a gas natural, demuestran que, aún sin haber vinculado la totalidad de la nueva flota a gas en Transmilenio, el impacto ambiental ya es altamente positivo, ratificando así que el gas natural es el camino que la ciudad debe seguir para mejorar la calidad del aire sin necesidad de incurrir en sobrecostos para Bogotá. Los 390 buses restantes a gas natural para las troncales ingresarán durante el primer semestre de 2020”, afirmó Rodolfo Anaya.
Los vehículos a gas natural reducen la emisión de micropartículas (PM2.5), principal agente que afecta la calidad del aire de la ciudad, en un 99,9%, y en un 50% de CO2. Todo, sin que le cueste más al sistema, contribuyendo a su sostenibilidad ambiental y financiera. Con el gas natural el Sistema Integrado de Transporte logra ahorros por más del 25%.
Un tema para destacar es que Bogotá cuenta con una cobertura superior al 95% en la red de gas natural, lo que garantiza disponibilidad en cualquier lugar de la ciudad para la construcción y operación de nuevas estaciones de servicio.