70 años del CPB | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Febrero de 2015

CON  la presencia del presidente Juan Manuel Santos se celebraron los setenta años del Círculo de Periodistas de Bogotá  (CPB) que ha congregado por siete décadas a los comunicadores comprometidos en la defensa de la libertad de expresión. En el evento conmemorativo se le entregó al Jefe de Estado copia del acta de la fundación de la entidad gremial, de la que hace setenta años fueron sus primeros directivos su padre Enrique Santos Montejo, junto a Álvaro Gómez y José Salgar, periodistas, respectivamente, de El Tiempo, El Siglo y El Espectador; otra copia del mismo documento se le entregó a Mauricio Gómez Escobar, hijo del asesinado jefe conservador, cuyo crimen sigue en la impunidad.

En el marco de la ceremonia del CPB se rindió un sensible homenaje a los periodistas y los cuatro caricaturistas franceses de la revista satírica Charlie Hebdo que fueron asesinados por un comando terrorista en París semanas atrás. Se recordó, igualmente, que decenas de periodistas fueron abatidos en los últimos años en nuestra región, al tiempo que las amenazas de toda índole llueven sobre los informadores y los medios de investigación y denuncia. Se confirma así que la profesión de periodista es una de las de más alto riesgo.

Los premios que otorga el gremio a sus colegas en las diversas modalidades informativas, mostraron en varios casos cómo, a pesar de las amenazas, atentados y presiones de otra índole, los periodistas veteranos y los jóvenes no se acobardan ni renuncian a develar la corrupción. En el trasfondo de muchos de esos trabajos se evidencia que existe una alianza entre el crimen organizado y sectores políticos, de la que participan además agentes aislados de las autoridades. Los tentáculos de la corrupción se extienden de un extremo a otro del territorio nacional, por lo que las denuncias de los medios suelen ser claves para combatirlos, al tiempo que determinan la acción e investigación de los entes de control y fiscalización.

Ese noble compromiso de los periodistas que no se dejan sobornar y defienden la verdad y objetividad a toda costa, muestra como aún funcionan los anticuerpos de la sociedad y existen buenos elementos dispuestos a contribuir, de ser preciso con su propio sacrificio, a construir una Colombia mejor.