Actualización y reingeniería conservadora | El Nuevo Siglo
Martes, 2 de Octubre de 2012

Reingenieria conservadora

* No nos dejemos atosigar por minucias

* Consagrémonos como potencia

¿CUÁL  es la razón  de ser de los partidos conservadores en Hispanoamérica y  en Colombia? ¿Qué papel compete a los conservadores en la sociedad del siglo XXI? ¿Por qué se evaporan las huestes conservadoras en algunos países de la región? ¿A qué se debe que tengamos en el país más conservatismo que partido? ¿Qué compromiso tiene el conservatismo con el cambio? ¿Cuál con las Fuerzas Armadas  y el Fuero Militar? ¿Qué tiene que decir el conservatismo en materia de desarrollo económico y social? ¿Tenemos política urbana? ¿Qué diferencia al Partido Conservador de los otros partidos? ¿Derivar en club de congresistas o dar paso a los más capaces? ¿Por qué no divulgamos más los postulados conservadores de defensa del medio ambiente y la ecología? El dilema es: ¿partido comodín o  con vocación de poder? ¿Siendo  un  país petrolero y minero, qué papel juega el conservatismo? ¿Hasta donde llega el compromiso conservador con el orden? ¿Qué papel cumple el  conservatismo en cuanto a la educación? ¿Cuál es el aporte conservador a la paz? ¿Debemos ser partido de masas o de cuadros? La mujer y la juventud no pueden ser tratadas como gremio burocrático. ¿Qué salvar de la manoseada y modificada Carta de 1991 y qué  reformar? ¿Cómo fortalecer la democracia y evitar que nos ahoguen los males que estremecen a otras naciones? Son preguntas que no se absuelven en un editorial, sobre las cuales los conservadores debemos meditar y proponer alternativas.

Los anteriores  interrogantes  y otros muchos  que  afloran en las charlas habituales entre conservadores y con gentes afines de otros partidos de orden, son temas recurrentes sobre los cuales se puede departir  por horas, sin que, infortunadamente, prosperen soluciones alternativas en medio de la atosigada mecánica política. Sin el aporte conservador a la democracia el sistema se debilita  y corrompe. Pocos recuerdan que  la iniciativa de Familias en Acción y la Banca de las oportunidades es conservadora. En Hispanoamérica en el momento que decaen o sucumben los conservadores se deriva en la fatal lucha populista de derecha e izquierda, que facilita a la larga la llegada al poder del denominado socialismo del siglo XXI. En esa confrontación de las democracias contra el socialismo del siglo XXI, que por ahora vienen perdiendo las primeras, la respuesta conservadora es vital; cuando  no se reacciona la izquierda llega al poder por la vía electoral. Elocuente es el caso de Eduardo Frei en Chile, quien prefirió apoyar a Allende en minoría y le dio la espalda al conservador Alessandri, no se percató que estaba cavando la tumba de la democracia y abriendo las compuertas a todos los excesos de izquierda que dieron lugar  a la reacción militar y la dictadura del general Pinochet, en un país que tenía la mayor tradición democrática de Hispanoamérica. Y los partidos de centro y centro-derecha de Venezuela de Rómulo Betancourt y Rafael Caldera, ambos divididos, dieron origen a la peor crisis económica e institucional de su historia, lo que abrió el paso en hombros del pueblo al izquierdo-populismo socialista del comandante Hugo Chávez.

Tales interrogantes  asaltan con frecuencia y con perturbadora inquietud patriótica  a las gentes de bien, que les duele Colombia e instintivamente  consideran que la vigencia del conservatismo es vital para la  democracia. Sobre la primera pregunta es claro que la Colombia del siglo XXI, no es la misma del siglo XX, como reseñamos ayer al comentar cómo nos ven los europeos y gobernantes como el presidente de España, Mariano Rajoy, y mostramos que  nos consideran  una potencia mediana. Que seguimos a Brasil y México en la región, por tanto nuestro esfuerzo, junto con todos los colombianos es consolidarnos como potencia. El compromiso es explotar con inteligencia nuestros recursos naturales, sembrar e invertir las regalías, negociar mejor los contratos, defender con ardor los intereses nacionales, la industria, el comercio y en especial la agricultura; y combatir la corrupción. El conservatismo debe defender en todos los casos el uso inteligente de nuestros  recursos, el país debe saber que en el gobierno de Mariano Ospina Pérez se  reversó la Concesión de Mares y en el de Laureano Gómez, se hizo Ecopetrol, una de las primeras empresas de la región. Por eso debemos defender su existencia y vigilar sus inversiones, como todas las que se hagan en el sector petrolero y minero.  Es la política del siglo XXI, que debe tener un insobornable  compromiso de justicia social y desarrollo económico.