Avanza reforma educativa | El Nuevo Siglo
Lunes, 8 de Julio de 2013

* Gigantesco esfuerzo de concertación

* La búsqueda de la excelencia con desarrollo

 

El triunfo de los grandes ejecutivos y personalidades más conocidas está ligado a su carácter, formación y estudios profesionales, así entre los hombres más creativos y de éxito de los últimos tiempos, figure una minoría que por motivos diversos abandona la Universidad, generalmente, para dedicarse a actividades económicas o empresariales propias o investigar por su cuenta en el vasto campo del saber, pero son la excepción. Uno de los más citados es Bill Gates, que dejó sus estudios de Derecho en Harvard, para impulsar su propio negocio. Pese a que por épocas las sociedades atraviesan etapas de ruptura en las cuales se estancan, pareciera que por un tiempo llegan a un tope de crecimiento y dejan de generar los puestos de trabajo que requieren las nuevas generaciones, cuando sus títulos no  son garantía de conseguir un buen puesto. Entonces, las personas  cargadas de títulos hacen fila sin conseguir que los contraten; de éstos varios superan el temporal económico y terminan por volverse notables y emprendedores empresarios, ellos suelen ser los más creativos. Pocos  perciben que uno de las aspectos de la crisis de los países árabes tiene que ver con la expansión de la sociedad, con la bonanza petrolera que permitió a muchos jóvenes estudiar becados en Europa o los Estados Unidos, en una época en la que por el modelo de desarrollo las empresas estatales podían asimilar a los que se educaban fuera. Hasta que llegaron las privatizaciones y esa burocracia profesional que encontraba rápida ocupación en el área estatal y salarios pasables, descubrió que mientras estudiaba en el exterior habían llegado nuevos modelos económicos y muchas de las empresas estatales se habían privatizado. Sus propietarios no profesaban el paternalismo, reducían el personal y compraban más ordenadores, así que, paradójicamente, se redujeron las posibilidades de empleo. Y no siempre los nuevos dueños invierten en sus empresas, prefieren llevarse las ganancias para comprar otras en distintos países, así que poco invierten en capital humano. Es una especie de filibusterismo financiero sin alma. Muchos de estos jóvenes terminan manejando taxi o en actividades menores. No pocos de los indignados, de los que protestan en las calles, son de esa extracción, un nuevo tipo de gente educada, frustrada e insatisfecha que no encuentra un futuro como esperaba en una sociedad en la que se multiplican los seres a más velocidad que las oportunidades.

 

Lo cierto es que  la educación clásica en el bachillerato y la carrera, junto con la especialización y el doctorado, sustituyen el famoso bastón de mariscal que en un siglo azotado por las guerras creía ofrecer Napoleón a los soldados suyos valientes y capaces que más se destacaran. Frase que se complementa cuando se entiende que para ser un buen soldado en esos tiempos había que ser un gran organizador, estar enterado de los variados asuntos administrativos, de  logística, las funciones del personal, saber mandar, conocer a sus hombres, entender de estrategia y poder inflamar en sus seguidores la mística que es clave para sacar adelante las grandes empresas y poder innovar para coronar la actividad bélica con la victoria.

 

Condiciones esenciales que debe tener en lo posible cualquier buen empresario de los que surgen por cuenta de la revolución industrial. Expertos matemáticos señalan que si los jóvenes que estudian bachillerato en Colombia pasan y culminan sus estudios profesionales, después de pagar impuestos ellos y sus familias incrementarían sus ingresos en un billón de pesos.

 

El Ministerio de Educación busca promover la excelencia. En cada país y en el conjunto de países en los cuales se firman tratados de integración, como en la Unión Europea, la oferta laboral ofrece personal de distintos orígenes. Las multinacionales desde mucho tiempo antes se ocupan en conseguir los mejores profesionales de diversos lugares del planeta, no siempre para emplearlos en su especialización, prefieren utilizarlos en actividades para las cuales tienen condiciones excepcionales, se supone que el título que portan garantiza su buen juicio y capacidad de entender y obrar en diversas funciones por complejas que sean.

 

Está claro y es una frase de cajón, que la mayor riqueza de un país es el capital humano, cuando es posible orientarlo a un propósito de importancia, en lo posible  por los grandes visionarios de la política, de lo contrario, en la pugna implacable de todos contra todos del darwinismo social puede una Nación de gentes capaces desgarrarse en pedazos por el poder del dinero. En la cumbre del Estado debe estar un líder superior que sea capaz de arbitrar con grandeza las fuerzas en conflicto, es cuando se produce un Julio César en Roma, un Napoleón o un Bolívar.

 

Estos asuntos de la urdimbre social y educativa nacional los conocen a fondo la ministra de Educación de Colombia, María Fernanda Campo, y la viceministra Patricia Martínez Barrios, las que cuentan con un equipo  para avanzar en la construcción de una política pública educativa. Ya han consultado 31.000 personas a lo largo del país, en diversos foros de trabajo. Han participado en 6 diálogos regionales, en sonados conversatorios en 9 departamentos, se han efectuado 29 investigaciones especializadas, se cuenta con 444 propuestas y se ha hablado con los mejores expertos, como profesores y estudiantes de todo el país. Un trabajo intenso, sin antecedentes en ese campo.

El presidente Juan Manuel Santos estima que para avanzar al desarrollo es fundamental una gran reforma educativa concertada con los distintos sectores. Se trata de un diálogo nacional participativo sin antecedentes, que cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Educación superior. Un centro de pensamiento formidable en el cual  trabajan de consuno el Ministerio de Educación, Planeación Nacional. Colciencias, el sector productivo, los rectores de las principales instituciones de Educación Superior públicas y privadas, varios representantes de los estudiantes, de los profesores universitarios y de la comunidad.