Biden desenfunda “arma” del crudo | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Marzo de 2022

* La geopolítica de la energía

* Tsunami del petróleo y la inflación

 

Como está demostrándose con la guerra de Ucrania, el soporte esencial del mundo es la energía. Esto, que suele darse por descontado o se olvida por parte del ciudadano común, cobra en la actualidad una vigencia inusitada en el propósito que tiene el gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Joe Biden, de estrangular política, económica y financieramente a Vladimir Putin.

En efecto, este martes se produjo finalmente el embargo sobre la importación estadounidense de petróleo ruso y sus derivados. De esta manera, el primer mandatario norteamericano desenfundó el arma geopolítica de mayor impacto, al cerrarle la extraordinaria fuente monetaria que Putin tiene en la gran producción petrolera y gasífera de Rusia y sus exportaciones. Con lo cual Biden prendió la mecha que hacía falta dentro del acumulado de sanciones económicas ya impuestas. Tratando, asimismo, de mantener la contienda entre los dos gigantes por fuera del ámbito nuclear y militar. Y profundizándola en el plano de la economía universal.

Por una parte, ciertamente, Estados Unidos deja de depender de las importaciones de crudo ruso. Sin embargo, ya venía adelantando este ejercicio y en realidad hoy el índice correspondiente no pasa del tres por ciento de su portafolio. De hecho, ese rubro es similar al de las exportaciones petroleras colombianas al país del norte.

De otro lado, el flujo mayoritario de compras petroleras estadounidenses, en la actualidad, proviene de Canadá (60 por ciento) y en mucho menor medida de México y Arabia Saudita. El vacío dejado por el aporte que venía de Rusia será de inmediato llenado con petróleo procedente de Irán y Venezuela. Lo que demuestra el gigantesco interés que Estados Unidos tiene en taponar a Putin. Aun si para ello ha tenido que modificar, en efecto, sus políticas frente a los anómalos regímenes actuantes en estos dos países. No en vano, el mismo presidente colombiano, Iván Duque, fue invitado por Biden para, entre otros, hablar de este tema crucial. Y no deja de ser una sorpresa al mismo tiempo que Israel esté en la lista de posibles mediadores del conflicto ruso-ucraniano. Esto señala, naturalmente, el viraje cardinal e intempestivo de la geopolítica planetaria en menos de dos semanas.       

No obstante, sigue prevaleciendo la dependencia energética europea de Rusia. Efectivamente, la Comisión Mundial de Energía ha presentado un documento en que se señala que esa subordinación todavía tomará un período considerable en superarse. En todo caso, el Reino Unido, país que tiene posibilidades de energía autónomas, anunció que se adheriría a las sanciones norteamericanas en un plazo. Otras naciones europeas, que tienen una mayor dependencia, se han mostrado menos decididas.

De suyo, la debilidad energética de Europa continúa siendo la nota predominante en medio de la guerra. Inclusive Alemania, por ejemplo, que ha dado un giro total a su política continental, está pendiente de construir terminales para poder acceder a un gas diferente que le permita salvar la importante sujeción de Rusia en la materia. Y no menos ocurre con Italia y Holanda. Por su parte, como se sabe, Francia tiene un modelo de energía nuclear que le ha permitido mostrar independencia y presentarse de mediadora.

Frente a las sanciones petroleras de Biden, otra incógnita es necesariamente China. Por lo pronto, el coloso asiático ha señalado que su interés primordial es resolver ipso facto la crisis ucraniana. Pero, en la perspectiva de que ella se prolongue, no se sabe si llegue a dar un paso en torno de comprarle el petróleo y el gas remanente a Putin. Y que igualmente, por esa vía, se pueda evitar el congelamiento de sus multibillonarios depósitos en el exterior, además de mantener financiada su guerra y evitar el colapso interno.

Por otro lado, en el contexto global la consecuencia de las últimas sanciones seguirá siendo la escalada astronómica del precio del petróleo. En el caso colombiano, es evidente que esto actuará como una especie de bálsamo sobre las finanzas públicas y por fortuna nos toma con un Ecopetrol a la avanzada. Pero un riesgo de tener en cuenta es el impacto sobre la inflación al incrementarse, en paralelo, el valor internacional del galón de gasolina. Es probable, en países como el nuestro, que se mantengan los subsidios al combustible y se evite así una mayor embestida inflacionaria, pese a incrementarse el ya abultado déficit del Fondo de Estabilización. Pero en naciones, como Estados Unidos, donde ese mayor precio se traslada automáticamente al consumidor la carestía podrá desbocarse con una incidencia aun peor que la actual.

En ese orden de ideas, es evidente que la reactivación y el crecimiento económico mundial sufrirán mella. Ha dicho Biden, en todo caso, que la defensa de las libertades y la democracia tienen una cuota de sacrificio. Esa es la ruta por donde marcha el mundo.