Colombia pasó examen | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Marzo de 2022

* El buen pronóstico del FMI

* Insumo realista para candidatos

 

Cada año, en desarrollo de lo que se conoce como Evaluación del Art. IV de los Estatutos del Fondo Monetario Internacional (FMI), esa institución realiza un análisis de la economía de cada uno de los países miembro. El informe sobre Colombia acaba de concluir.

Es necesario distinguir este tipo de evaluaciones -cuyas conclusiones no son obligatorias- de las que efectúa el Fondo en aquellas naciones que, como sucede con la Argentina, requieren el apoyo financiero de esta entidad multilateral. Estas últimas sí son obligatorias.

Pero aunque, en el primer caso, las recomendaciones del FMI no son obligatorias, no dejan de ser un termómetro útil para conocer cómo evalúa una entidad independiente y de altos niveles técnicos el comportamiento de nuestra economía y sus perspectivas.

El informe del Fondo incluye proyecciones sobre el crecimiento económico y la inflación para el año en curso en Colombia. Sobre este aspecto se prevé que tendremos en 2022 un aumento del PIB del 5,75% impulsado, tal como aconteció en el 2021, por un firme consumo de los hogares y una recuperación de la inversión y las exportaciones.

En cuanto toca con la inflación, el estudio del FMI estima que este año continuaremos observando una presión al alza que terminará en un 6,75% a diciembre. Si se tiene en cuenta que a la fecha llevamos un Índice de Precios al Consumidor anual cercano al 8%, esta proyección implica que durante el segundo semestre las fuerzas inflacionarias comenzarían a ceder. De todas maneras, si se analiza que el límite superior del rango estimado por el Banco de la República es del 4%, ello significará que al final de 2022 el aumento de precios terminará siendo mayor que el rango señalado por el Emisor.

Esta proyección de la inflación para el año en curso requerirá, como el mismo FMI lo indica, de “recalibramientos” en los meses venideros. Principalmente resta por calcular cual será el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en materia de precios. Por el momento, este conflicto ya se refleja en un notable incremento de las cotizaciones de los fertilizantes en los mercados internacionales (30% de los cuales importamos de esa potencia), lo que naturalmente terminará traduciéndose ya sea en el desaliento de los agricultores o en mayores costos en la producción del campo, los cuales terminan trasladándose a los consumidores dentro de un contexto de altos precios de los alimentos, que ya sobrepasan a la fecha el 20%.

El conflicto entre Rusia y Ucrania o, para mejor decirlo, la injustificable invasión de la primera a la segunda, tendrá sobre la economía colombiana tanto efectos negativos como positivos. Entre los primeros debemos mencionar la elevación del costo internacional de insumos claves para la producción alimentaria del país, como el maíz y el trigo, cuyos precios se han disparado a niveles impensados. Y entre las consecuencias positivas hay que mencionar que, como exportador neto de crudo y de carbón, Colombia se beneficiará de este incremento de cotizaciones externas. Todo ello le permite al FMI estimar que el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que fue de -5,7% del PIB en 2021, empezará a declinar a -3,3% y -3,4% del PIB en 2022 y 2023, respectivamente.

Aparte de estas proyecciones, el informe del artículo IV del FMI para Colombia resulta muy favorable en cuanto tiene que ver con la manera en que se manejó por las autoridades la política económica durante la pandemia, el apoyo a los sectores más desvalidos durante los últimos dos años y la actitud del Banco de la República ante la crisis. Aunque no lo dice explícitamente se entiende, por el contexto de este informe, que el FMI ante las perspectivas inflacionarias imparte su bendición para que el Emisor continúe subiendo sus tasas de referencia (como se concretó precisamente ayer) a fin de enfriar una economía que registra síntomas de elevación en el termómetro de la fiebre inflacionaria.

El informe concluye haciendo un llamado para que el gobierno colombiano -el actual y el que venga- no olvide poner en marcha las reformas estructurales que tanta falta siguen haciendo en el país, tales como la pensional, mercado laboral, otra para una estructura tributaria más equitativa y progresiva,  así como la de economía verde.

Este informe debe ser, entonces, lectura obligada para los candidatos presidenciales y para sus equipos asesores. Se trata de un diagnóstico profundo y realista que permite aterrizar las propuestas de reforma y ajuste al rumbo productivo y fiscal del país.