Una de las mayores problemáticas en la capital del país es la siniestralidad vial. Y dentro de este flagelo, el actor que más preocupa son los motociclistas, ya que es el que mayor número de accidentes provoca y el de mayor saldo en materia de muertes y heridos.
Son múltiples las campañas y medidas que se han implementado para disminuir el riesgo que corren los conductores y pasajeros de las motos en la ciudad, pero lamentablemente todavía los índices de fatalidad son muy altos.
De acuerdo con Probogotá, los motociclistas representan casi la mitad del total de los fallecimientos por siniestros viales en la capital del país. Es más, el 53% de las muertes de los peatones tiene relación con accidentes en los que se ven involucrados estos vehículos. Esto explica por qué cerca del 65% de los decesos en las calles y avenidas de la ciudad están asociados a incidentes en los que se aparece uno o más usuarios de motocicleta.
De ahí que sea necesario seguir trabajando en políticas sectoriales. Precisamente esta semana se llevó a cabo una Mesa de Expertos en Movilidad pide priorizar la seguridad vial de motociclistas. En este segundo informe de recomendaciones se priorizaron cuatro flancos para revertir ese escenario fatídico.
Se plantea, en primer lugar, establecer mecanismos que permitan una mayor rigurosidad en la expedición de licencias de conducción para los usuarios de motocicletas. Incluso se plantea crear un sistema de puntuación que dependa del desempeño de los conductores.
Esto es clave porque no se puede desconocer que, lamentablemente, muchos de los accidentes se deben a la impericia de los conductores de estos vehículos.
En segundo lugar, se recomienda generar lo que se denomina “Sistema de Movilidad Seguro” que abarca temas como infraestructura vial adecuada, gestión de la velocidad y controles para el cumplimiento de las normas de tránsito, sobre todo en los sitios de mayor siniestralidad.
Probogotá advirtió que, según los estudios observacionales de la Universidad de Johns Hopkins, 6 de cada 10 motociclistas conducen por encima de los límites de velocidad señalizados en la ciudad. El promedio de desplazamiento es de 63 kilómetros por hora, pese a que en zonas urbanas no se debe transitar a más de 50 km/hora.
Partiendo de la base de que la forma en que están diseñadas las vías es una causa directa de la siniestralidad en las ciudades, se recomienda la construcción de infraestructura que desestimule la oportunidad de conducir a altas velocidades con carriles angostos, radios de giro pequeños (en intersecciones y accesos viales) y presencia de separadores viales.