Comunismo y capitalismo chinos | El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Noviembre de 2012

* La segunda potencia mundial

* Planes de desarrollo y modernización militar

 

La  transformación de China es algo que pocos captan en su verdadera dimensión en Occidente, un país en donde millones y millones de seres han migrado del campo a las ciudades o han pasado del sector oficial al privado, en no pocos casos con sueldos de hambre. En ocasión de los planes de modernización de los noventa se trasladaron del campo a las ciudades más de 160 millones de personas y otros 50 millones dejaron sus cargos, en un esfuerzo por hacer más eficiente el sector oficial. China, a pesar de que supera económicamente a la zona euro, sigue siendo en algunos aspectos un  país subdesarrollado. El PIB  de China del año pasado fue del equivalente a un 17 % del total mundial, que es similar al del PIB de la eurozona, antes de agravarse la crisis y que en el presente año tiende a la baja. China ha mostrado su increíble capacidad de adaptarse a las circunstancias por adversas que sean. Lo mismo que un enorme talento para atraer la inversión extranjera, sin la cual no habría podido convertirse en potencia. No es una casualidad que en el primer debate entre Mitt Romney y el presidente Barack Obama se llegara a la conclusión de que por vías distintas ambos tenían parte de su dinero invertido en China, el republicano de manera directa y el gobernante por cuenta de los Fondos de inversión.

China es un cliente preferencial de Colombia. El intercambio entre China e Hispanoamérica, según los informes oficiales chinos, ha crecido de continuo durante los últimos dos decenios. Sólo el volumen comercial  pasó de US$ 15.000 millones en 2001 a US$ 183.068 millones en 2011, un crecimiento anual promedio del 28,4 %. Según la Cepal: “la relación tiene dos veces más dinamismo que todo el comercio de China con el mundo”. Es de recordar, a su vez,  al presidente de España, Mariano Rajoy, quien sostiene que Colombia es hoy el puente para los negocios con Asia. Y la cancillera María Ángela Holguín se esfuerza por aumentar a todo trance el comercio con China y los países de Asia.

China, en cuanto al producto interno per cápita se encuentra debajo del puesto 100 mundial. Las desigualdades sociales son de las más abismales del planeta, con un número creciente de nuevos millonarios, varios de ellos familiares de los omnímodos dirigentes del Partido Comunista. El país no se salva de los efectos de la actual crisis mundial, pero intenta capear el temporal con medidas oportunas y decisiones que afectan la popularidad del régimen, pero que se deben tomar pensando a futuro. Es así como para morigerar el impacto de la baja en las exportaciones y la desaceleración del sector que hasta ahora ha capitaneado el crecimiento constante del país, siguen devaluando la moneda y en días pasados emitió una enorme cantidad con el mismo fin. Se trata de incentivar la producción y la competitividad, al tiempo que se favorece el alza de los salarios de los trabajadores más necesitados con el propósito de aumentar la capacidad del consumo, clave para sortear el temporal. Al mismo tiempo, mediante ambiciosos planes oficiales se hacen esfuerzos  por desarrollar nuevos centros urbanos y elevar la calidad de los estudios en colegios y universidades, junto con el creciente apoyo a la investigación científica propia orientada a la alta tecnología. En China los mejores estudiantes son enviados al exterior e ingresan con el apoyo del Estado a las mejores universidades, por lo que consiguen captar lo último en tecnología e investigaciones para el desarrollo. El capital humano chino es cada vez más avanzado y se vuelca a la producción y la competitividad...

El presidente Hu Jintao, al dirigirse al Congreso del Partido Comunista que congregó a 2.000 delegados y que  instaló esta semana que termina, cuya gestión ha sido muy controvertida en los últimos tiempos en Occidente, ha dicho que la lucha contra la corrupción  debe ser prioridad del gobierno. Puesto que entiende que es el mal que más daño le hace al país, pues de fracasar el empeño de depuración de las instituciones y la eficacia de la justicia, “se puede provocar el derrumbe del Partido y del Estado".  Impulso que debe estar acompañado en una repotencialización del  poderío naval y militar en todos los órdenes, a poco tiempo de lanzar el primer gran portaviones al mar. Lo que preocupa seriamente a las grandes potencias y a sus vecinos. Como Japón.