Crisis bursátil | El Nuevo Siglo
Viernes, 9 de Noviembre de 2012

* Interrogantes de López

* El círculo vicioso

 

El expresidente Alfonso López Michelsen solía preguntarse que cómo era posible que mientras en otros países, en Estados Unidos y Europa la volatilidad en el mundo de las altas finanzas se llevaba por delante las empresas y las acciones que se exponían a especulaciones de alto riesgo, en Colombia una empresa como Interbolsa había logrado crecer y empoderarse del mercado en tan poco tiempo. Los que conversaban con él solían decir que por la habilidad de sus ejecutivos, por los estudios que hacían del mercado y la audacia de su proceder, invirtiendo en títulos que garantizaban buenas utilidades. López movía la cabeza y decía no es fácil actuar en un mercado como el colombiano. Los que conocen la experiencia de las especulaciones en finca raíz en las que se vieron envueltos los bancos de Estados Unidos y algunos europeos han llegado a la conclusión de que buena parte de esos gravísimos problemas que suscitó la especulación inmobiliaria obedecieron a la falta o al

Incumplimiento de normas o falta de regulación, tendencia que se impuso de desregular la economía desde los tiempos de Bill Clinton.

El anterior fenómeno se da cuando los intereses de los financistas o los intermediarios de bolsa entran a especular para ganar más. Ellos pueden comprar acciones, invertir dinero de sus clientes en esos mismos títulos y hacerlos subir, por lo que consiguen pingües ganancias puesto que el público tiende a invertir en acciones que cree ingenuamente que van a subir de manera indefinida, desde luego en el momento en que los corredores salen a vender para hacer la misma operación con otras acciones, las primeras caen de precio y las nuevas suben. En tanto aquellos que no están en conocimiento del malabarismo de los corredores han perdido grandes sumas de dinero y en algunos casos sus ahorros.

 

Naturalmente en el país tenemos una legislación que procura evitar especulaciones peligrosas con los ahorros del público y una Superintendencia del ramo que debiera intervenir a tiempo para que estas jugadas financieras al borde del abismo no prosperen. Mas los hechos muestran que en el caso de Interbolsa había una telaraña de compañías en las cuales los socios de la empresa tenían intereses y que ponían a jugar entre sí para aumentar sus utilidades y apuntalar sus especulaciones, lo que los llevó a jugarla toda en adquirir acciones de Fabricato mediante un repo con el BBVA por veinte mil millones de pesos, con la idea de venderlas a un tercero y obtener millonarias ganancias. Al fracasar la operación financiera de alto riesgo, según el reglamento de la Bolsa de Valores de Colombia le corresponde a Interbolsa responderles a sus clientes. Lo que lleva a descubrir que en otras operaciones arriesgadas la compañía no había obtenido los resultados en situaciones similares, lo que agravó las dificultades de la compañía y precipitó la intervención de la Supersociedades, todo lo cual desata la liquidación de la empresa. Es de anotar que uno de los socios más importantes de Interbolsa en el pasado había sido expulsado de la Bolsa de Bogotá por transgredir las normas que rigen a los corredores para acrecentar sus utilidades. Con fundamento los expertos se preguntan ¿hasta dónde el influjo de ese personaje pudo contribuir a que se extendiera la maraña de sociedades y operaciones especulativas que ponían en riesgo el patrimonio de la empresa y la inversión de sus clientes?

 

El caso de Interbolsa es una dura lección para aquellos que consideran que Colombia está blindada contra los efectos del malestar económico mundial. No solamente se trata de un gravísimo y reiterado caso de especulación bursátil, en donde se contaba con inversionistas sospechosos, que hicieron dinero rápido en contratos con el Estado que no cumplieron, sino que también sufrieron los títulos valores los efectos del coletazo de la crisis que se ha presentado en otros países. Es de destacar que Interbolsa intentó vender parte de la empresa o incluso su totalidad para solventar la situación, pero ya los rumores comenzaban a hacer estragos en los medios de la bolsa y no pudieron cerrar ninguna negociación; para colmo algunos corredores olieron el tocino y salieron a vender apresuradamente algunos de los títulos con los cuales especulaban en Interbolsa. Ese ha sido a grandes rasgos el descalabro de la entidad, lo que indica que se debe fortalecer aún más el sistema regulatorio y evitar que los especuladores abusen de los ahorradores e inversionistas colombianos.