El reto argentino | El Nuevo Siglo
Lunes, 23 de Octubre de 2023

* Unión de la derecha es vital en torno a Milei

* Espurias maniobras del régimen kirchnerista

 

Cumplida la primera vuelta de las elecciones presidenciales argentinas varios son los aspectos a destacar. Por una parte, no deja de sorprender que el ministro de Hacienda y candidato peronista, Sergio Massa, que ha duplicado la inflación del país austral del 69 al 138%, haya logrado el primer lugar. Esto, además, y como si fuera poco, bajo la dramática contradicción política de que el combate a este flagelo es de lejos la principal preocupación popular.

Pero, por otra parte, es también ostensible que ese resultado solo se entiende a partir del espurio engrase de la maquinaria peronista, del reparto de prebendas y canonjías, de la entrega de dinero al por mayor a los sectores más deprimidos e incluso de dar curso al más desembozado populismo con el regalo de electrodomésticos, incluyendo refrigeradores, según narran corresponsales internacionales.

A ello hay que añadir una rebaja generalizada e intempestiva de impuestos al consumo en un país acogotado por la deuda externa y condenado a las emisiones monetarias que lo tienen al borde del abismo de la hiperinflación, además de sujeto al eventual impacto de una sexta recesión económica en los tiempos recientes. Mejor dicho, como bien puede constatarse, los factores demagógicos desquiciados en todos sus frentes.

Valga decir, al mismo tiempo, que este tipo de procedimientos no es cosa nueva en una nación acostumbrada a más de setenta años de peronismo irremisible, de hecho, con muy pocas pausas. Lapso durante el cual el derecho al voto se ha visto aparejado con la oportunidad de lograr beneficios personales en aquellos eventos, aparentemente, democráticos. En este sentido, no podría decirse ciertamente que en Argentina no exista democracia, pero resulta evidente que prepondera, por decirlo así, el “partido del presupuesto” y la compraventa de conciencias como formulación política esencial. No en vano, el país gaucho es el núcleo genitor de la andanada populista latinoamericana y cuenta con esa presea que algunos quieren imitar. Lo que, sin empacho, ahora llamaron el “Plan Platica”.

Bajo esta plataforma, Massa obtuvo el 37% de los votos frente al 30% de Javier Milei, ya con el 23% de Patricia Bullrich fuera de contienda. Lo cual quiere decir que, pese a la victoria del ministro de Hacienda, es posible que las fuerzas partidarias de un drástico giro frente al peronismo kirchnerista y tengan posibilidades de ganar en la segunda vuelta, al llevarse a cabo el 19 de noviembre. Para ello, tendrían que unirse los sectores políticos, económicos, sociales e institucionales que están contra la lesiva, corrupta e ineficiente “casta” política dominante de la izquierda populista.

De hecho, tras el campanazo de Milei, en torno a que “… la elección que tenemos por delante es muy clara: cambiamos o nos hundimos”, ayer mismo comenzaron los alinderamientos en pos de ese objetivo. Bullrich, como principal vocera del macrismo, ofreció el apoyo de su partido “Juntos por el Cambio” al aspirante libertario. La ahora excandidata conservadora fue clara en torno a que debe continuar la cruzada contra las mafias corruptas que hundieron a Argentina en una de las peores crisis de su historia. Una crisis con niveles de pobreza por encima del 40%, inflación propia de los estados fallidos, economía en vilo, inestabilidad cambiaria y un alto nivel de conflictividad social. "Si no queremos perder el país en manos de este gobierno de delincuentes es fundamental que todos los que queremos un cambio trabajemos juntos. Tenemos treinta días para hacer historia”, reaccionó de inmediato Milei.

La viabilidad de esa alianza entre el macrismo y los libertarios se sustenta, no solo en que sumados sus porcentajes de votación llegarían al 54%, sino en que, aunque el peronismo fue la bancada más votada en los comicios legislativos de este domingo, el tándem de fuerzas de centroderecha y derecha constituiría mayoría en la Cámara y competirían tú a tú en el Senado.

Ya en Ecuador pasó algo similar. La aspirante del correísmo ganó en primera vuelta, pero en el balotaje el centro y la centroderecha se unieron en torno al joven empresario Daniel Noboa, quien ganó en las urnas y cerró las puertas a un regreso de la fracasada izquierda populista.

Argentina, como se ve, tendrá el 19 de noviembre la elección más crucial de su historia. Es claro que el Gobierno tratará de profundizar su estrategia politiquera y corrupta para allanar apoyos espurios a un Massa que parece ya tocó su techo electoral. Sin embargo, la realpolitik señala que, vistos los resultados del domingo pasado, es innegable que los sectores que buscan erradicar del poder el régimen kirchnerista y el peronismo anacrónico son mayoritarios. Lo importante es revalidarlo en las urnas, esta vez en torno a un solo nombre: Milei. Ese es el reto.